La humedad...

La humedad...

La humedad del ambiente hacía presagiar lo inevitable.
La cita era casi a ciegas, porque aunque hubieron compartido fotos y llamadas, el contacto visual de primeras no había surgido. La discreción hizo que él no se abalanzara sobre aquel cuerpo que transmitía un deseo irrefrenable por corresponderle con lengua, labios y manos.

Después del saludo discreto y del intercambio de miradas se dispusieron a entrar en las instalaciones del spa. Atrás quedó el silbo del viento dominante es esa zona. Sonaba una música relajante y un zumbido constante, pero no molesto. Aquí la humedad cálida era una sensación muy tangible. El contraste de colores de los diferentes tonos de las piscinas era muy atractivo.
Luego de haber pagado la entrada al spa y ya más relajados nos comimos a besos. Había ganas desde hace ya algún tiempo. Las manos se aventuraron a invadir la superficie de piel del otro, y entre gemidos y tímidas risas entramos al vestuario. Juntos las manos mías le quitaban a toda prisa la ropa. Ella se dejaba, sumisa, esperando su turno para atacar. Yo la, acariciaba y besaba. Mi lengua salía de mi boca saliveante por la emoción de poder saborear sus grandes pechos. Firmes y los pezones duros por la excitación. Si vulva, mojada literalmente en mi boca me hizo gozar el sabor de una de sus eyaculaciones. Saber que domina el arte del squirt me la puso extremadamente dura. Ella lo notó y no tardó un segundo en metersela en un su boca. Dios que placer...  

Continuará

Publicado por: jagpibex
Publicado: 13/03/2016 15:16
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