Buenas tardes.
Ando sentado frente a mi usual cortado de la tarde y me he dicho, porque no intentas contar tu historia.
Pues comienzo a contarla...
Esta historia comienza en un avión, debido a mi trabajo suelo volar con bastante frecuencia entre las islas. Y por ello, es normal que vuele entre dos veces en semana e incluso tres.
A mediados del mes de enero de este año, concretamente era lunes volé hacia Tenerife. El día se presentaba con buena temperatura y sin viento por lo que el vuelo fue plácido. Llegué a pie de escalerilla dí los buenos días a la azafata, devolviéndome el saludo por ella e invitándome a ir a los asientos delanteros. Cuando levante la vista para buscar un asiento libre, mi mirada se cruzó con la siguiente azafata.
Pensé uffff como está la azafata, tremendaaaaa.
El comandante se dirigió al pasaje, procedemos al despegue...
La azafata se sento justo al lado mío volvimos a cruzar las miradas y nos sonreimos, no le dí la mayor importancia. Durane el servicio a bordo fue ella la que me atendió en todo momento.
En el momento de recoger la basura, siempre intento ser amable. Por lo que ella, me dío las gracias y me deseo un bue día.
Esa misma semana volaba a La Palma, y casualidades de la vida volvemos a coincidir en el vuelo. Ella se acordaba de mi, su mirada me lo decía y la mía intentaba decírmelo. Me senté en el mismo lugar y volvimos a cruzar la mirada pero esta vez no sonreimos sino hablamos de qué tal estabamos.
Pues pasó esa semana y la siguiente volé a Lanzarote. Y no sabéis con quién coincidí con ella, ese día me parecio que el destino quería decirme algo. Como inténtalo... el no lo tienes, pues repetí constumbres y por supuesto hablamos y saliendo el tema del tema del destino. Diciendo ella, el destino nos tiene algo guardado entre nosotros y le dije; según tú que nos tiene guardado. Se sonrío y me dijo al oído cuando lleguemos intenta salir el último y te lo digo...
Fue el vuelo más largo de mi vida entre islas, pensando que me iba a decir al salir del avión. Pues el momento llegó, me esperé y ella se aproximo y me dijo esta noche te espero a cenar en mi casa esta es mi dirección, la miré incredulo y me dijo no te estoy vacilando.
Pues nada esa noche llegué a casa después de trabajar y procedí a vestirme para la ocasión tenía que sorprenderla. Me subí a mi coche y puse en mi gps la dirección para que me fuera indicando por donde ir y no perderme, ya que me gusta ser muy puntual.
Cuando llegué me dí cuenta que era un lugar que me encantaría vivir, tenía su encanto. Toqué en su timbre y ella me abrío con un vestido muy sugerente, espectacular le dije. Ella sonrío y me invito a pasar, nos sentamos en la mesa y empezamos a hablar de nuestra casualidad y donde ella me dijo que no se creía lo que había hecho al invitarme a su casa.
Pero nos confesamos que ambos sentimos una atracción desde el primer día, uffff eso nos puso muy morbosos después de cenar y tomar unos vinos. Ella cada vez se acercaba más a mi y yo a ella, mi mirada se desvío hacia sus exhuberantes pechos que se podían adivinar en su escote. Ella se percato que mi vista se aparto por un instante y me pregunto. TE GUSTAN... contestándole a simple vista siiiii. Te gustaría verlos liberados, respondiéndole pues claro y también degustarlos. En ese momento nos besamos como unos jovenes en su primera vez, mis manos empezaron a tocarlos y a desnudarlos que pechos más explendidos ambos encumbrados con dos generosos pezones. Los cuales ellas me pedía que se los mordiera, como gemía cada vez que lo hacia.
Sus manos comenzaron a buscar mi pene, hasta que lo encontró suspirando en ese momento. Lo liberó y comenzó a pasar sus yemas de sus dedos sobre la punta de mi pene, que cada vez estaba más humedo.
Sin darme cuenta su boca se aproximo a mi pene y empezó a desgustarlo como si fuese su última vez, que delicia de mujer, que boca. Mientras mis dedos buscaban su rajita para acariciarla y proceder a darle el mismo gusto que ella me estaba dando en ese momento. Como me agradecío cuando mis dedos llegaron al destino, fue súflime su reacción.
Ya no podíamos contenernos y le propuse de introducirme dentro de ella, diciéndome pensé que no llegaríamos a este momento. Ufff comenzé a introducir mi pene gordo en su rajita y donde ella suspiró y con sus manos agarró mi culo con fuerza hasta que ambos llegamos al orgasmo conjuntamente.
Seguimos viéndonos...