Cuando menos te lo esperas

Una noche de verano estaba buscando nuevas aventuras y se me ocurrió ir en plan caperucita-voyeur sola a mi club favorito.
Dejé mis reservas a un lado y me dispuse a disfrutar de una copa mientras el ambiente se iba calentado cuando entró una pareja acompañada de un hombre alto y fuerte con una mirada desgastada y peligrosa. Intenté disimular lo magnético que era para mí ineficazmente.
Se dirigió a mí presentándose y ofreciéndome su compañía pero algo en él me intimidaba.No pude evitar mirarle cuando estaba con la pareja y él lo tomó como una provocación.
Cuando terminó con ellos yo estaba a punto de irme con un chico joven que parecía vulnerable y fácil de dominar cuando apareció mi debilidad.No  tardó ni en segundo en tener toda mi atención y la miraba se me iba a su enorme paquete.
Antes de que mi parte racional funcionara ya estaba pidiéndole a áquel desconocido que me atara y me llevara a la mazmorra. Enséñame tu parte dominante le pedí.Me ató suavemente a una cruz de san andrés y empezó a azotarme, acariaciarme, chuparme y morderme y el deseo por él era cada vez más ardiente.Cuando me desató me arrodillé y saboreé aquella polla grande y gorda mientras miraba su cara de goze hasta que no pude aguantar más y le rogué que me follara en el columpio. Era aún mas grande de lo que pensaba cuando lo sentí dentro de mí no sabía si correrme o desmayarme y el se dio cuenta así que empezó con un ritmo in crescendo hasta que acabó embistiéndome como un animal y en los últimos jadeos de nuestra culminación levanté la mirada y vi a nuestro pequeño público. Él me miró con una mirada cargada de complicidad pero era muy pronto para saber que lo había encontrado, mi mayor objeto de deseo, mi compañero de caza.
Este fue solo el comienzo de la primera noche que acabó al amanecer y de muchas aventuras y momentos que compartimos.
Desde mi retiro pienso en tí...
Recuerda que prefiero el dulce flagelo de tu guerra que esta paz interminable.