Historias corrientes (2a parte)

Historias corrientes (2a parte)

En los minutos siguientes, los mensajes comenzaron a llegar al perfil de las chicas sin parar. Al principio trataban de leerlos, pero pronto se dieron cuenta de que era imposible. Además, hasta donde pudieron leer, la mayoría eran bastante insustanciales. 

Decididas a realizar una búsqueda más activa, comenzaron a buscar perfiles de chicos de su zona. Esta vez serían ellas quienes tomaran la iniciativa. 


Eran ya las 2:00 de la madrugada. Comenzaba a cabecear cuando, por el rabillo del ojo, Ángel vio como un mensaje aparecía en la bandeja de entrada. Incrédulo, como si creyera que se trataba de un sueño, se frotó los ojos y echó otro vistazo. Para su sorpresa, en la foto adjunta Reconoció enseguida a Helena, la novia de su amigo Felipe. A su lado, Vanesa, todavía desconocida para él. 


-"Ángel, tú eres justo lo que andábamos buscando esta noche." Rezaba el mensaje.


En casa de Vanesa las chicas, entre risas, comentaban la jugada. 
Conociendo a Angel, Helena estaba bastante segura de que este no rechazaría la oferta. 
Podría describirse de otra manera, pero Vanesa exclamó textualmente. 
-" Quiero esa poya!!
Las mujeres rieron...


Ángel no era quizá el más agudo del alfiletero, pero en estos menesteres se desenvolvía bien. Además, sabía de la relación abierta que tenia Felipe con su chica. 
Había vuelto al espejo, esta vez con una fuerte erección, y se había quitado el slip para tomarse una foto que  había utilizado como respuesta al mensaje.


Tras un perspicaz intercambio de mensajes, los tres en cuestión decidieron verse aquella misma noche. 


Ángel se encontraba frente a la puerta en casa de las chicas.  De pie en aquel descansillo, su imaginación hervía en fantasías sobre lo que iba a suceder a continuación. Tocó el timbre y se le aceleró el pulso. 


Al abrirse la puerta, como si se tratara de una visión, aquellas dos imponentes mujeres se encontraban por fin frente a él. Helena se había puesto uno de aquellos ceñidos vestidos con un gran escote. Vanesa, a su lado, sonriente, se presentaba completamente desnuda. Al entrar Helena hizo las presentaciones con total naturalidad y el joven se acercó con la intención de dar dos besos a la chica. Ella le besó en en la comisura de los labios y Ángel la tomó por la cintura. Ella, como en una suerte de paso de baile, Dió una vuelta y le ofreció su espalda, puso sus manos sobre las de él y las llevó a sus pechos. Vanesa, sentía aquella hinchada poya perfectamente dibujada  en su trasero, y contoneándose, notaba como comenzaba a abrirse paso bajo el pantalón entre sus nalgas.
Helena rodeó con los brazos la cintura de Ángel desde atrás. introdujo las manos en su pantalón.Tiró de ellos hacia abajo dejando su palpitante poya al descubierto. Mientras Vanesa se ponía de rodillas frente a él, Helena descansaba en su espalda y le acariciaba el pecho besándole por el cuello, Ángel podía sentir sus enormes pechos en su espalda.
En cuanto Vanesa comenzó a mamar notó en su boca la dureza de aquella poya. Casi no podía meterse tan solo su esculpido glande. Ángel deslizó con suavidad su poya un poco más a dentro en su boca, casi  con un tierno gesto, y ella acompañó el movimiento haciéndola entrar más adentro, sintiendo como aquella poderosa verga la llenaba por completo.
Helena se puso de cuclillas para besar en la boca a su amiga. Agarró la poya de Ángel y en un solo gesto la introdujo tanto como pudo en su boca para sacarla poco a poco apretando al final con sus labios el hinchado glande, provocando al chico una intensa sensación. 
Ángel, que contemplaba como aquellas dos mujeres alternaban sus experimentadas bocas para darle un indescriptible placer, tomó la iniciativa. Ayudó a Vanesa a incorporarse, y agarrando con fuerza sus nalgas la tomó en sus brazos despegando sus pies del suelo y la depositó con suavidad sobre el sofá. Comenzó a lamer sus erectos pezones y a recorrer su cuerpo con cientos de astutos besos. Se detuvo en su cuello para luego irse dejando caer poco a poco a su ombligo. Besó sus muslos suavemente acercándose cada vez más a su entrepierna. Vanesa le agarró la cabeza dirigiéndola donde deseaba que él estuviera. Y sintió las húmedas caricias de su lengua en su sexo. Aquel hombre sabía lo que hacía. Rodeaba su clítoris haciendo una suave succión con sus labios. Alternaba con movimientos de arriba abajo explorando bien todo su coñito que notaba cada vez más mojado y metía bien adentro su lengua mientras con sus dedos acariciaba su pelvis. 
Helena, sumándose a los dos amantes, se acercó a Ángel para besarle en la boca y luego mamó enérgicamente su poya dejandola bien mojada con su saliva. Dejandola hacer, se sentó en el sofá, lo que Vanesa aprovechó para colocarse encima. A horcajadas, agarró la verga y se sentó encima haciendola entrar por completo en su mojado coño. Permaneció un instante con aquella poya dentro disfrutando de la sensación de placer que le proporcionaba, para comenzar a trabajarla toda ella con su coño. La hacia salir, lentamente, casi por completo, para volver a hacerla entrar hasta su base una y otra vez. Helena alternaba besos entre los dos mientras frotaba enérgicamente su coñito. 
Ángel se recostó en el sillón mientras aquella mujer cabalgaba sobre él y Helena puso su entrepierna en su cara. Ángel comenzó a comer aquel coño la mismo tiempo que ella lo estrechaba contra su cara y se balanceaba adelante y atrás. La excitación que esto le produjo hizo que Vanesa sintiera, contra todo pronóstico, una poya cada vez más hinchada y dura en su interior. 
Ángel casi no daba más de sí. Había postergando estoicamente su orgasmo para disfrute de aquellas dos calientes mujeres. Ya sentía, en cada una de las profundas penetraciones, como su poya palpitaba queriendo descargar toda su tensión sexual en forma de tibia  y espesa leche sobre aquellas dos bellezas. Pronto los movimientos de ambas mujeres comenzaron a antojarse más rápidos y vigorosos. Las dos, frente a frente se besaron y Vanesa comenzó a exclamar "me corro!", mientras los besos de Helena ahogaban sus gritos en pleno orgasmo. En ese instante Ángel sintió como Helena se corría sobre su cara, dejando su rostro empapado en sus fluidos. Era la señal que estaba esperando. Ángel se incorporó. Se puso de pié frente al sofá y comenzó a pajearse con fuerza mientras las dos mujeres se arrodillaban frente a él en actitud de recibir su leche. 
Segundos después el semen comenzó a brotar de su poya en rápidos y consecutivos estertores. Las dos mujeres recibían su leche con dedicación. Mientras todavía brotaban violentos impulsos de semen comenzaron a mamar su verga succionando enérgicamente y drenando hasta la última gota. Ángel retiró suavemente su poya de la boca de Vanesa, que parecía no querer soltarla y cayó exhausto sobre el sofá recreándose en las dos chicas aún de rodillas, perdiéndose en caricias y besos con su semen esparcido sobre sus cuerpos desnudos. 
Finalmente, los tres en cuestión, con una expresión de felicidad en el rostro, aún desnudos, se miraron y sin palabras supieron que no sería la última vez que se verían. 


A la mañana siguiente, ya en casa, Ángel recibió un mensaje de Felipe que decía: "Esta noche, cenamos en casa" y añadía: "Los cuatro".






Nota del autor: "No sabéis cómo he llegado a odiar al tal Ångel" 😂😂😂

Publicado por: elreymono
Publicado: 20/06/2016 13:17
Visto (veces): 175
Comentarios: 1
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Comentarios (1)

lois-y-peter | 28/06/2016 13:06

Una continuacion digna de su inicio. Muchas gracias por dejaarnos disfrutar de ély odiar tambien un poco a Angel, jejejeje

elreymono | 28/06/2016 20:28

Jaja gracias

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