Muchas veces las casualidades dejan experiencias que ni en los mejores sueños. Os pongo en situación.
-Tío!!!, he conocido a dos chicas que les va el rollo liberal, el sábado se animan a ir al club con nosotros.
-Perfecto!!!, le daremos candela de la buena jeje.
Esa fue la conversación que tuvimos un día cualquiera de un mes cualquiera de un año cualquiera, un amigo y yo.
Llegó el sábado, fuimos a buscar a las chicas, nos presentamos nos montamos en el coche y conversamos hasta llegar al local, una vez entramos nos dimos cuenta que era un poco temprano, sobre las once y algo, y éramos casi los único del local junto a los dueños, pedimos bebidas nos sentamos cómodos y seguimos conversando y conversando hasta que nos dimos cuenta que ya habían entrado varias parejas y el local parecía tener ambiente, las conversaciónes eran futiles y no había chispa de ningún tipo, yo me "ausenté" de la conversación y me centré en la gente del local y de repente entran al local un chico con tres chicas y... WOW!!! a una de ellas la conozco fuera de ese ambiente y me sentí algo cortado puesto que una semana antes habíamos tenido una cita, nos habíamos conocido a través de una red social, ese encuentro fue muy correcto, un cafesito una tarde de llovizna y una conversación agradable. Físicamente no me pude fijar en ella ya que yo llegué después y ella ya estaba sentada, al despedirnos sí que me fijé que tenía un buen culito, no esperaba menos ya que tenía descendencia cubana.
Una vez que nos miramos dentro del local, yo me levanto y me dirijo hacia ella, la saludo y nos preguntamos los dos casi al mismo tiempo- ¿y tú qué haces aquí? acto seguido nos reimos, luego me presentó a las chicas con las que iba y me dijo... - bueno, a ver si nos vemos por aquí luego a lo que yo respondí - a ver, a ver.
Volví a sentarme con mi amigo y las chicas con las que fuimos pero ya me había despertado la morenita la curiosidad, no la imaginaba en según qué situaciones cuando tuvimos la cita y a partir de aquel momento no le quitaba la vista de encima, llevaba una camisa escotada y unos pantalones dos tallas menos recuerdo que parecía que el culito lo iba a reventar.
Me olvidé por completo de las chicas con las que habíamos quedado, la morenita pidió copas con sus amigas y se perdió por algunas de las estancias del local. A los 5 minutos dejo el sofá donde compartia conversación y me dispongo a dar una vuelta por el local, llegando a la zona de duchas y jacuzzi oigo risas y murmullo de mujeres y cuando llego veo a varias personas dentro del jacuzzi y a la morenita con una toalla que cubría sus senos hasta sus rodillas y me dice - ¿ Te animas? y contesto - Voy a por una toalla y dejar la ropa en la taquilla, cuando llego al jacuzzi ya estaban todas dentro, creo recordar que había una pareja en una esquina, la morenita sus dos amigas y otra chica más. Dejo la toalla colgada y entro al jacuzzi, me pongo cerca de la morenita y comentamos que no nos imaginábamos estar ahí entre otras cosas, reímos y todo fluye muy natural y espontáneo, de pronto siento la necesidad de rozarla y me acerco más, comenzamos a frotar nuestros pies con suavidad por debajo del agua y ella me acaricia, parece tener bastante experiencia en estas situaciones, yo ya estaba caliente desde que me dijo -a ver si nos vemos luego. Las caricias empiezan a ser toqueteos por todo mi cuerpo hasta que llega a mi miembro, estaba más erecto que nunca, la chica desprendía un morbo como jamás había visto antes, me pongo de pien en el jacuzzi y se lanza a mi pene y se lo come como si fuera el último pene de la tierra, era un deleite, regocijo, vamos un gustazo bestial, salvaje, mientras ella seguía como si le fuera la vida en ello veo a sus amigas riéndose mientras se van acercando, la morenita las siente venir y les hace un hueco, de repente me encuentro con tres chicas saboreando mi pene, yo ya no cabía en mí más aún cuando miraba a su cara (de la morenita) y veía en su mirada la lascivia, livinidad, lujuria me decía con la mirada - te voy a destrozar, y eso eso me ponía más cachondo, la parejita que estaba en el jacuzzi se había ido hacía un rato, y la chica que aparentemente estaba sola, conocía a las amigas de la morena, y cual fue mi sorpresa que tras esos momentos de placer, ella se acercó también, con un leve toque en los hombros de las chicas que lamían mi pene hago un hueco para la cuarta chica, no podía creer lo que estaba viendo, cuatro chicas besándose entre ellas y comiéndome el pene, yo agarraba sutílmente sus cabezas y las empujaba hacia mi miembro, solo veía labíos y lenguas abrazar mi polla, pensé que llegaría al climax y me correría en sus caras cual peli porno, pero no fue así, luego fueron turnándose de una en una, pero yo no lograba correrme, poco a poco fueron dejando la felación una a una hasta que me quedé solo con la morenita, no sé exactamente cuanto tiempo había pasado pero yo quería pararlo, que no terminase por favor.
La morenita después de pasar un rato sentada en el jacuzzi, se pone de pie, momento en el que la veo por primera vez de arriba abajo, Ufffff, cómo no me había fijado en el polvazo que tiene antes?, acto seguido pone un pie en el murito del jacuzzi y se pone con el culito respingón mirando para la pared, gira su cabeza y me hace un gesto con su dedo índice, ven acércate, me acerco y sin darme cuenta me coge del pelo de manera brusca y me lleva la cabeza hasta su culazo, ahí ya me volví loco, abrí sus nalgas de par en par y pasé mi lengua por todo su culito de manera salvaje, giré la cabeza le abrí más las piernas y le comí sus partes, Dios!!! que cosa más rica, ella empezó a gritar y más loco me volvía yo, gemía como un león loco por comer con ansia lo que tenía delante, acabamos follando como unos salvajes en el jacuzzi hasta quedar exhaustos los dos, luego la frase final fue... Bendita casualidad.
Por supuesto esa no fue la última vez que ví a la morenita, ya tenía su teléfono, y preparamos otra quedada con otra pareja que fue apoteósica, pero esa historia más adelante.