Nunca he sido partidario de mantener relaciones con compañer@s de trabajo para evitar ser la comidilla de todos y los malos rollos que a veces se dan, pero como todos sabemos... Nunca digas de este agua no beberé.
Me estaba recuperando de una lumbalgia, anteriormente había estado preparando las cajas con la documentación para llevar al archivo, le comenté a mi jefe que tardaría unos días en llevarlo todo hasta el archivo ya que no quería sobrecargarme con el peso, me dijo que ni se me ocurriese tocar una caja, que ya avisaba a mantenimiento para que ellos lo llevasen, yo solo debía decirles donde había que colocar cada caja, cosa que me hacía sentir inútil.
Enseguida apareció Iván con un carro, un chico moreno muy guapo de unos 27 años delgadito, con una barba fina y siempre sonriente, de esas personas que siempre te transmiten buen rollo. En un momento cargó todas las cajas en el carro, cogí la llave del archivo y nos metimos en el montacargas. Al llegar abrí las dos puertas para pasar el carro. Iván cerró con llave, cosa que me sorprendió y no me gusta hacer porque si pasa algo nadie se entera de que estás allí. Íbamos hablando de todo y nada. Cuando llegamos a las estanterías cogí una caja ya que no me gusta ir de señorito e Iván me la quitó rápidamente de las manos.
Me había quedado paralizado mientras sus manos rozaban las mías, no sabía que hacer, mientras él se reía como un pillo. En un momento colocó todas las cajas menos la última que la tenía entre mis manos. Iván me la quitó con mucha suavidad mientras las yemas de sus dedos acariciaban el dorso de mis manos, me dio un dulce beso en los labios, colocó la última caja, se quitó la camiseta gris de su uniforme y me ayudó a quitarme la camisa, enseguida nos abrazamos, nos besamos, nos comimos los pezones, nos los pellizcamos...
Se bajó su pantalón del uniforme azul, tenía un bóxer blanco muy ajustado con un bulto enorme que enseguida comencé a tocar, me soltó el pantalón y comenzó a meterme mano, yo le bajé su bóxer y empecé a tocarle su culito, muy suave con poco vello. Tenía una polla enorme de unos 18 cm. muy gruesa y afeitada, sus huevos eran suaves, muy suaves, como si nunca hubiese tenido vello ahí abajo, me tenía a 100. No sé como lo hice pero me faltó tiempo para ponerme de rodillas y empezar a mamar aquella verga toda húmeda. Él hizo lo mismo conmigo mientras me apretaba las nalgas.
No estuvimos mucho tiempo ante el temor de que viniese alguien a buscar algo. Iván se corrió en mi boca y yo en la suya, al terminar no podía dejar de mirar como aquella polla tan gruesa y tan suave se iba desinflando mientras se la acariciaba con mis manos. Me ayudó a incorporarme mientras intentaba vestirme. Antes de volver a abrir la puerta nos volvimos a besar mientras él se reía pícaramente. No habíamos terminado de salir y cerrar cuando llegó una compañera que necesitaba coger algo. Entró mientras nosotros tragamos saliva y nos miramos con cara de no nos han pillado por los pelos...
discr-tfe | 26/09/2016 17:26
Gracias.