El reencuentro.

El reencuentro.

En el instituto y ya desde el colegio Manuel yo eramos uña y carne, jugábamos, estudiábamos y salíamos con nuestro grupito los fines de semana sin tener todavía mucho interés en el sexo. Es cierto que Manu tenía algo de pluma, pero nunca le di la importancia que se le da a estas cosas hoy en día. Es curioso como sin hacer nada las cosas cambian simplemente con el tiempo. Manu me confesó el último año su homosexualidad, yo en aquel momento salía con Susana, mi primera novia, le dije que aquello no cambiaba nada. Y efectivamente no cambió nada pero todo cambió. Al terminar el instituto tomamos caminos diferentes y poco a poco nos fuimos separando hasta prácticamente perder el contacto. Alguna vez nos encontrábamos por la calle y nos poníamos al día.

¿A qué viene esto? Simplemente a que un sábado nos encontramos en una playa nudista, los dos estábamos desnudos, nos saludamos, nos dimos un abrazo y moví la toalla y mis cosas hasta donde él estaba. Empezamos a ponernos al día de nuestras vidas, la familia, el trabajo y como no nuestra vida personal, ninguno estábamos saliendo con nadie, él se quedó más extrañado por mí que yo por él. Si has salido con muchas chicas me decía, y tú con muchos chicos, le decía yo, pero eso no es garantía de éxito para conseguir una relación estable.

Hablamos de todo largo rato, nos bañamos, casi antes se irnos me pregunta: ¿puedo hacerte una pregunta personal? Claro que sí hombre, le respondí. Bueno no, mejor no, no vayas a pensar mal. Dispara, le dije. Me miró, cogió aire y disparó... ¿Te has acostado alguna vez con un hombre? Me preguntó como avergonzado. 

Sí, me he acostado con hombres, no sé si muchos o pocos, pero sí he mantenido relaciones sexuales con hombres. Manu no dijo nada, se limitó a arquear una ceja como sorprendido por la rotundidad de mi afirmación, sin opción a otra pregunta. 
Comencé a decirle: un día sentí curiosidad y decidí probar, sin saber si me iba a gustar o no, pero las cosas hay que probarlas... ¿o no? Manu asintió con la cabeza. ¿Y te gustó... ? Me preguntó. 
Al principio no mucho, pero a pesar de ello me daba mucho morbo el sexo masculino. Es como hacer algo prohibido. 
¿Mejor que con una mujer? Me volvió a preguntar. Ni mejor ni peor, es diferente. En un momento te puede apetecer estar con un hombre y en otro con una mujer, o con ambos. 
Yo una vez estuve con una mujer y no me gustó nada, me comentaba Manu como con rechazo. 

¿Te apetece venir a cenar a casa y seguimos hablando? Claro que sí, respondí. Me dio sus señas, pasé antes por mi casa para ducharme y quitarme la arena y comprar vino y un postre. Cuando Manu me abrió llevaba unas cholas, pantalón de deporte y camiseta de asillas, se le veían los hombros muy quemados. ¡Anda que te has puesto bueno con el sol! le dije. No veas como me está empezando a molestar me decía Manu. Trae que te echo aftersun. Se quitó la camiseta y comencé a embadurnar aquel espalda quemada por el sol, cuando acabé le dije: anda que estas bonito... Él se limitaba a asentir con la mirada como buscando una disculpa. Cogí el bote y empecé a darle aftersun en las piernas, cuando acabé me dio las gracias. 

¿Gracias? Si tienes así la espalda y las piernas no quiero ni pensar como tienes que tener el culo! No le dejé reaccionar y le bajé el pantalón y vi ese (precioso) culo quemado. Comencé a darle crema con cuidado sin querer darle importancia a la situación hasta que Manu me dice medio sonriendo: ¿te parece bonito dejarme en pelotas mientras tu estas vestido? Hombre mucho no, la verdad para que te voy a engañar... Y soltamos una carcajada, me quedé en calzoncillos y cuando le vi desnudo dije: ¿pa’qué, si ya nos hemos visto desnudos en la playa? Desde el instituto, acuérdate en el vestuario de gimnasia cuando había que ducharse. Es verdad, le dije. Y ahí estábamos los dos desnudos en la cocina de su casa. 

Manu, ¿te puedo hacer yo ahora una pregunta? Adelante, respondió. 
Me he fijado que no tienes un solo pelo en el cuerpo salvo en la cabeza que cada vez tienes menos, jajajaja!  Que cabrón! me dijo entre risas.
El cuerpo vale, pero y los genitales como lo consigues? Le decía yo, porque mejor no te cuento yo como me los dejo con la maquinilla de afeitar...  
Pero que bruto eres, me dijo. Hay crema para eso, te la aplicas, se cae el pelo solo y cuando sale es más finito y no pica. En ese momento puse tres dedos entre mi polla y mi pubis diciéndole: me pasé la maquinilla hace dos días y mira... Y tu tan suave... Manu estaba callado así que aproveché esos tres dedos para llevarlos sobre su polla y pubis, empecé a acariciarselo, cerró los ojos; yo creo que casi se corre de gusto; pasé mi mano por sus huevos y gimió. 

Empezamos a empalmarnos y a meternos mano. Siempre soñé con esto... me decía Manu, yo también... le respondí mientras nos besábamos, era la primera vez que nos dábamos un beso desde que nos conocíamos. Enseguida Manu se lanzó a comerme la polla mientras yo gemía de placer. Nos fuimos a su dormitorio, puso unas sábanas para no manchar con el aftersun. Nadie me había comido tan bien la polla como él, nadie! Enseguida le tomé el relevo, la tenía muy húmeda, y aquel líquido preseminal me sabía a manjar. Enseguida Manu se puso un condón y yo puse cara de circunstancia, tranquilo me decía, no te voy a hacer daño, se armó de paciencia para dilatarme, cuando lo consiguió con un leve reproche en broma por lo que le había costado, su polla entraba y salía, sus suaves huevos golpeaban mi culo mientras le miraba de frente. Sin que me diese cuenta me puso un condón con la boca y empecé a follarle. Más fuerte, me decía, mientras yo le azotaba, más más más... insistía. Me quitó el condón y empezó a morderme en los hombros, que bueno! Y de nuevo me volvió a comer la polla. Córrete dentro, ¿vale... ? Vale, asentí. Allí le solté toda mi leche que tragaba mientras se le salía de la boca. 

¿Dónde quieres que me corra? Me preguntó. Cogí su polla y me la llevé a la boca. Soltó un grito y se corrió. Nos abrazamos durante un buen rato, después nos duchamos y cenamos. ¿De postre? Repetimos de nuevo, esos genitales tan suaves sin vello me tenían loco. Es curioso como nos separamos tras la adolescencia y como de adultos nos volvimos a encontrar. Actualmente tiene pareja, es feliz y me alegro mucho por Manu, se lo merece.

Publicado por: discr-tfe
Publicado: 16/10/2016 20:31
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Comentarios: 4
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Comentarios (4)

rui | 24/05/2022 11:26

Me encantó este relato, y me encantan todos los que escribes... Ojalá pronto nos deleites con otra participación literaria más...

discr-tfe | 24/05/2022 17:34

Gracias, el próximo relato podría ser contigo, jajaja 😉

rui | 24/05/2022 17:47

Pues claro que si, ¿por qué no? 🥰

chanel | 19/10/2016 16:10

Me a encantado tu historia. Y sobre todo la naturalidad de cada uno de sus momentos. Mi felicitación la tienes ya.

discr-tfe | 19/10/2016 16:32

Muchas gracias.

atrevidolp | 18/10/2016 12:18

Soy hetero, sin ganas de probar. pero gran historia. Me alegra q os reencobtraseis. Saludos 👏👏👏👏

discr-tfe | 19/10/2016 08:01

Muchas gracias. ¿Te animas a pasar al lado oscuro? Yo también decía que no y ya ves... 😉 Un saludo.

dongatodiscreto | 18/10/2016 10:30

Bonito bueno, discr-tfe. Felicidades.

discr-tfe | 19/10/2016 07:59

Gracias

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