En noche de luna llena, y entre árboles nos montamos un festín...
Todo empezó a través de un chat, un joven de 27 organizaba una quedada en un sitio muy discreto para hacer disfrutar de buen sexo, me interesó la idea y a otro colega igual.
Quedamos esa noche, era un descampado que aunque alrededor estaba habitado, era un sitio seguro en donde nadie se acercaría. Quedé con mi colega y alli fuimos, un camino estrecho de tierra hasta llegar a unos árboles en plena oscuridad.Esperamos unos minutos, hasta que a lo lejos se acercaba el joven con un cigarro encendido , di por echo que era él, de mediana estatura, moreno y cuerpo definido.
Nos saludamos y nos llevó un poco más escondido, detrás de aquellos altos árboles.Por un momento estaba nervioso con ganas de disfrutar de ellos dos.
Nos empezamos a tocar los bultos, sacándonos las pollas nos ibamos pajeando uno a otro, timidamente el joven nos miraba a las pollas queriendo mamarlas, y al poco rato empezó por la de mi colega, éste me cogió de la cintura para acercarme más a el y que el joven nos la comenzara a comer a la vez, un placer enorme sentir su boca, su lengua lamiendo mi polla junto a la otra. Aproveché en morrearme con mi colega, estabamos muy cachondos los dos y viendo como nos la comía al mismo tiempo.
Así estuvo un buen rato, disfrutando de nuestras pollas. Seguidamente se levantó y se puso en medio nuestro, yo por detrás suya, que aunque no quería que se la metieramos esta vez, frotaba mi polla entre sus nalgas, y bien agarrados los tres nos estuvimos rozando.
Nos separamos y decidí en mamarle su polla, cogi la de mi colega y se la empecé a comer, una polla larga y gruesa, al levantar la mirada les veía morreándose, menudo morbazo.
Desde esa posición les estuve masajeando las nalgas e intentando meterles el dedo, buenas nalgas que tenían los dos, sobre todo el jovencito una pena que aun no se dejara follar, pero estaba muy apetecible.
Mi colega quería follarle y se lo susurraba a su oído en varias ocasiones, pero no fue posible. Aún así me puse por detrás de mi colega y arrodillado abrí sus nalgas y por primera vez le empecé a lamer su culo, mordiendo en algún momento sus suaves glúteos.
Después de eso, me levanté e hice lo mismo que el joven, me puse en medio sintiendo entre mis nalgas la polla de él y frente a mi colega, morreándonos como podíamos, menudo gustazo.
En varias ocasiones repetimos el sandwich, me daba tanto morbo sentir tanto las nalgas de ellos como sus pollas en mi entrepierna, que gozaba de placer y a la misma vez que nos abrazábamos dándonos algunos besos por el cuello y morreándonos los tres juntos.
Mientras les subía las camisetas para mamarles sus pechos, igual el joven a nosotros dos, estaba muy agusto y se le veía disfrutar a tope, una cara de deseo que quería más y más, sin dejar de pajearnos nos la volvía a mamar conjuntamente, unía nuestros capullos saboreándolos gutosamente dejándolos bien lubricados.
La noche era perfecta, al aire libre e iluminados por la luna, decídimos en corrernos, primero empecé yo, estaba aguantando hasta que no pude más, eché toda mi leche quedando agusto y agarrado a mi colega, luego fue él, su larga polla cada vez estaba mas dura a punto de sacar todo ese líquido espeso, y así fue, sacó bastante, se apreciaba muy bien como se dispersaba al suelo. Y finalmente el joven que aunque había tardado un poco más, sacó su leche en varios chingos, tenía bastante acumulado.
Allí los tres agarrados, habiendo descargado, comenzamos a limpiarnos y vestirnos.
Era la 1 de la madrugada, nos despedimos hasta otra ocasión, que quien sabe podría unirse alguno más, ... están invitados!!
chicharron | 03/04/2018 14:14
muchas gracias parejacan!, un abrazo grande