A veces para que organizar tus vacaciones si todo sale como menos lo espera. Empiezan mis vacaciones y sin tener nada organizado, y como escapada para romper mi monotonía, me voy a Los Cristianos, dejo mis cosas en el apartamento y me voy a visitar antiguos amigos y lugares que solía frecuentar en anteriores situaciones. Al día siguiente de mi llegada estando en la piscina me fijo en una chica que soliamos coincidir pero que nunca llegamos a nada más, me fijé en sus tatuajes, y que siempre estaba con sus padres como en otras veces. Nos miramos y ahí acabó todo. El paso de los días, bajaba a la piscina con ganas de verla, un bonito cuerpo, que seguro que le acompaña su forma de ser, intente encontrarnos pero todo acababa en un intercambio de mirada y una sonrisa. Una noche coincidimos en la cafetería del complejo pero no dio para mucho, unos intercambios de palabras "otro año más, cómo estás, a ver qué tal el verano, etc", eso sí mi mirada fija en ella, seguíamos viéndonos pero ya había algo más que una mirada, un "Hola, buenos días, cómo estás hoy", pero ahí quedaba, la presencia de sus padres, ahorraban cualquier interes.
El día 14 agosto, se celebra un baile en la playa de los Cristianos y voy a ver qué tal estaba y ver el ambiente, después de un rato me compro algo de comer y me voy hacia las hamacas de la playa y cuál fue mi sorpresa que la vi, si a la vecina que tanto quería conocer, fui en su búsqueda y se vino hacia la hamaca, le pasaba lo mismo salió con idea de ver que tal la verbena, después de un rato hablando y compartir intereses, la cogí de la mano para ver los tatuajes del brazo y me acerco hacia ella, aproveche y la besé no sé quién estaba más ansioso de los dos, terminamos recostados en la hamaca y besándonos como dos quinceañeros, la cosa se fue poniendo mas caliente y me pidió cambiar de lugar, había mucha gente alrededor. Nos fuimos más retirado de la playa, con idea de darnos un baño y ahí ya pude contemplar lo interesante que esta, una velada increíble con la mujer que últimamente deseaba y desnudos en una noche cálida, nos bañamos, nos besamos y llegamos a tener sexo, podríamos llamarlo la postura de la flotabilidad. Volvimos a la arena, nos vestimos como pudimos y le ofrecí mi casa para que se cambiara ella acepto y allí estábamos, otra vez desnudos bajo la ducha, abrazos y besándonos, ella termino masturbándome hasta que me corrí, nos secamos y vestidos solamente con una toalla al rededor de nuestros cuerpos. Era increíble, como suceden las cosas sin organizar nada, estuvimos hablando un buen rato tomando cerveza y oyendo la música de la verbena. Le pedí que se quedará esa noche conmigo, y creo que ella estaba esperando la invitación, tenía que familiarizarme con su cuerpo, conocer los lugares que aún no había visto solo palpado o poseído, la noche fue tan ajetreada y más cuando me dice que adora el sexo oral y anal, ese fue el comienzo de una noche plena, mi lengua y labios recorrieron su cuerpo no hubo parte que no visitará, sus gemidos más me ayudaban a complacerla, que noche, no quería que acabará, nos despertamos a la mañana siguiente, abrazados, desayunamos y bajo a su apartamento, se me quebró el corazón con su marcha, pero fue todo lo contrario, ahora estamos juntos, a veces comemos en casa, y pasamos alguna que otra noche, sus padres me miran sonriente no sé con qué interés pero el mio es que no acabe agosto.