En el trabajo (Fantasía)

En el trabajo (Fantasía)

Los gemidos de Laura resonaban por todo el hospital. No pude reprimir la curiosidad así que puse "orejas" para adivinar de dónde venía y deduje que se escuchaba al fondo de la sala de consultas externas. Debía ser de la sala de yesos o de la de reumatología, sin duda.

Consultas externas estaba vacía y a oscuras y yo,  decidido y nerviosamente excitado me acercaba al origen de esos insinuantes sonidos, mi respiración se aceleraba y el bulto de mi pantalón crecía a cada paso...    me movía con dificultad arrastrándome entre las paredes de la gran sala hasta que por fin di con la puerta de dónde venían los sonidos...  Acerqué mi oído  y pude reconocer a Laura, mi exuberante y libidinosa supervisora de enfermería.
Tenía fama, una vez la pillaron follando con un camarero en plena cena de trabajo. Solo pensarlo me excitaba más...  Tuve que acomodarme la polla en el pantalón porque me molestaba y vi luz en la cerradura. Rápidamente me agaché a fisgonear y efectivamente era Laura, tumbada en la camilla de yesos y gozando como una perra.
Solamente veía su cara extasiada y apreciaba como manoseaba sus enormes pechos como buscando más placer del que parecía que estaba recibiendo. Por su mirada hacia abajo y las convulsiones de su cuerpo deduje que lo más probable es que le estuvieran comiendo el coño... "  ¡Joder, Con lo que me gusta esa tía, qué cabrón será, quien se la esté haciendo!"   Pensaba…
La verdad que me hubiera encantado entrar y que  me  invitaran al festín  "pero eso solo pasa en las pelis, así que me apaño solito que ya tengo permiso". De esta manera empecé a tocarme y a fliparlo con mi jefa... Ponía unas caritas de vicio que ¡uffff!
En una de esas, la muy zorra se dio la vuelta para que le comieran en esa postura y en el movimiento aparece el otro... Bueno... ¡La otra!  “Es Marta  la nueva auxiliar, una pibita con pinta de poca cosa pero  ¡vaya con la tía, qué vicio!”
En este trasiego Laura me puso el culo justo en mi cara y a Marta la veía a veces de perfil y a veces de espalda... La tía le metía un dedo por el culo y con su lengua recorría jugando toda su vagina haciendo especial hincapié en el clítoris. De vez en cuando Marta le soltaba una doble nalgada con ambas manos en el hermosísimo culo de Laura... Yo la verdad que no podía más e Intentaba aguantarme el orgasmo apretando mi suelo pélvico y el prepucio con dos dedos; y ellas dale que te pego...
Marta se levantó e hizo agachar a la sometida Laura de tal modo que  yo era el ilustre espectador de Laura comiéndole el bonito coñito a su subordinada. Solamente veía ese cuadro: Cara de Laura de perfil lamiendo como una perra y la cadera de Marta convulsionando.
Se apreciaba que Laura era una mujer bregada en cualquier escenario, le metía dos dedos de abajo arriba y le escupía en el clítoris para dar morbo (porque no era para otra cosa) y lamia y relamía ambos flujos que rebosaban y caían por entre su barbilla. No me puede contener y me corrí en mi mano puesta como un cazo para recoger la leche. Me ruboricé y sentí un placer extraño...  Entre un frío escalofrío y un estremecedor orgasmo... Tanto que sin querer golpee la puerta...
 
Marta se asustó y se levantó de golpe. Se hizo el silencio
Se abrió la puerta de golpe y me pillaron con la cara de pardillo y la mano pringada. Laura mi jefa, me pillo por la bata y me metió para adentro cerrando la puerta. Estaba entre enfadada y sorprendida y me puso una cara de mala hostia que me confundía. Marta la apaciguó murmurándole al oído y Laura me miro de abajo a arriba y se detuvo en mi mano que albergaba mi corrida como un tesoro, me la cogió... Se quedó mirándola y al oler la leche le cambió la cara... Me agarró la mano y la restregó en la carita de Marta, luego se besaron lameteándose entre ellas y también mi mano como dos gatitas con un cazo de leche.
Yo no sabía dónde ponerme aunque mucho no podía hacer porque Laura no me quitaba la mano de encima; así que me quede quieto hasta que me obligó a agacharme para que le comieran el coño a Marta que se había sentado en la camilla con las piernas subidas en la parte acolchada con lo que me ofrecía toda su raja a pleno esplendor. Me explayé como a mí me gusta: Lamiendo suavemente toda la vulva y besando su pelvis, ahí donde hace cosquillitas. Mientras, Laura le comía las tetas y le metía los dedos en la boca en plan lasciva. Mi polla empezaba a reaccionar de nuevo. Semejante banquete era inimaginable en mi trabajo.
Laura palpó “mi ánimo”  y al ver que reaccionaba me hizo levantar para ella agacharse y metérsela en la boca mientras yo seguía con el coño de Marta.  "Bonita estampa" pensé…
La verdad que mi jefa era muy buena feladora...  Y yo un buen celador... jeje.  Laura se metía mi polla hasta la garganta (según más tarde me confesó no tenía glotis y se podía meter lo más grande sin ahogarse) ¡y sacaba la lengua! Algo solo apto a las más experimentadas felatrices. Y a su vez, con sus manos me acariciaba las pelotillas con sumo virtuosismo: Eso es suave pero no flojo, con decisión pero sin apretar demasiado, ... Todo en su justa medida.
Marta, que como dije parecía una mosquita muerta, era una guarrilla de cuidado. No le bastaba con mi lengua y ella misma se refregaba el clítoris con la velocidad del punto de nieve. Se metió una corrida que casi me ahoga ¡La tía! … inesperadamente soltó un chorro agridulce de flujo que me llenó la boca y hasta le cayó a Laura quien lo disfrutó sobremanera. Laura que para algo es la jefa, me ordenó que la follara a cuatro patas... Así que reorganizando todo se puso encima de la camilla a cuatro patas con Marta debajo haciendo un 69  y yo por detrás para zumbarla. De esta manera tan pornográfica le metí tremendo polvo a mi jefa mientras "su Chica" le comía el chochito (y mi polla de vez en cuando) por debajo. A mí me gusta meter poquito al principio y de vez en cuando empujar fuerte dando una nalgada... mmmmm
Así metía la puntita suave y ¡zas! Nalgada y empujón.  La reacción era grito de Laura, gemido de Marta y corrimiento de camilla. Laura cada vez me pedía más intensidad así que yo que soy un subordinado obediente lo hacía...  Al final ya estábamos con la camilla en la otra pared y algunos paquetes de yeso habían caído al suelo con lo que se creaba una atmósfera surrealista: Iluminación ténue de una lamparita de oficina con el polvo de yeso en suspensión… ¡Imagínense!
Finalmente Laura me suelta: "Estoy a punto de correrme, quiero que te corras en la boca de Marta” ¡Joder, eso me puso a cien mil! Y efectivamente, cuando empezó a engullirse desquiciadamente el coño de Marta que estaba tumbada y a convulsionarse como una loca, no hizo falta más de dos embestidas salvajes para que sacara mi pene y  lo metiera en la boca de Marta echándole mi segundo y no por ello menos “extasiante” lechazo.
Nos quedamos tumbados encima de la pobre Marta sudados como animales y cansados... Fue un polvazo a recordar.

Publicado por: flamencorro
Publicado: 28/09/2017 15:02
Visto (veces): 488
Comentarios: 5
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Comentarios (5)

deseos | 01/11/2017 00:24

Me encanta el relato, esta lleno de morbo y lujuria

mikitfe | 29/09/2017 17:54

asi da gusto hacer horas extras!!! gracias por compartir lo imagino y me pongo como un diablillo!!

benditasoy | 29/09/2017 16:20

Estupendo ejemplo de cómo hacer que el trabajo sea mucho más divertido :) Sólo espero estar a tiempo de poder cambiar mi Centro de Salud... ;) Voy corriendo a hacer las gestiones!!! Gracias :)

tr0nc0 | 29/09/2017 16:04

con la jefa no se discute. buen relato, gracias.

gricelia | 28/09/2017 16:38

Ese día me imagino que el trabajo se hizo más ameno... Gracias por compartir. Un beso.

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