PARTE 2 de 2
Desde luego que este primer beso compartido con Laura no ha estado nada mal… sobre todo teniendo en cuenta el añadido entremedias de la delicia de mi marido. Con el cuerpo perlado de sudor, se va recobrando poco a poco, toda vez que su esencia, compartida con Laura, nos suaviza la garganta y nos reconforta. Apenas tuvimos que intercambiar poquísimas palabras para saber qué hacer llegado el momento de la explosión, dejando que fuesen nuestras bocas las que intercambiaron un beso dulzón, denso, absolutamente delicioso.
“Inma”, me llama Toni por mi nombre, “Ven aquí”, y me acurruco sobre su pecho, sintiendo el corazón desbocado de mi marido irse serenando poco a poco. Al otro lado Laura hace otro tanto, uniéndonos los tres en un abrazo cálido, lujurioso y tierno, mientras nos sonreímos, jugueteando ambas con los pezones de Toni entre nuestras lenguas.
No pasa mucho tiempo hasta que los juegos inocentes pasan a otro nivel. Toni se revuelve no sé muy bien cómo, y me encuentro tumbada, con la espalda contra el cabecero de la cama. Apenas me he dado cuenta de cómo, pero ya tengo la lengua de Toni bailando sobre mis ingles, con mis pechos acariciados, besados y lamidos por Inma. Con apenas un movimiento de cabeza, Laura entiende que ha de darle el relevo a Toni, y ahora es ella quien se centra en mi sexo, hundiendo la cabeza entre mis piernas. Toni toma un sorbo de agua de la botella que reposa en la mesa de noche, se sonríe con picardía al vernos jugando entre nosotras… y se encamina a los pies de la cama.
Siento cómo me agarra de los tobillos, con suavidad pero con firmeza, y tira de mí hasta bajarme a la mitad de la cama. Inma, ensimismada como está con un delicioso cunnilingus, me sigue, quedándose de rodillas al borde de la cama… justo donde Toni la quiere.
La primera embestida atraviesa a Inma, al recorrerme el sexo por completo con la lengua, antes de dejar escapar un jadeo, un suspiro, una mezcla de sorpresa y placer a partes iguales al ser follada desde atrás con dureza. Toni se deleita saliendo lentamente, el tiempo que Inma recobra el aliento y el ritmo de nuestro cunnilingus, sólo para perder de nuevo el compás, el ritmo y casi hasta el sentido, con cada nueva acometida de Toni. Pese a todo, siento cada centímetro penetrándola, como si su lengua fuera el miembro de Toni, aguardando el nuevo ataque, que va incrementando el ritmo hasta convertirse en un ritmo contínuo, resonando el golpeteo de las nalgas de Inma contra la pelvis de Toni, como si de un martillo neumático se tratara.
El orgasmo de los tres es algo que no olvidaré en la vida. La pelvis de Toni, catapultada hacia adelante, la boca de Inma, cubriendo por completo mi sexo, y mi propio clímax, agarrando del pelo a Inma para que por nada del mundo separara su cara de mi entrepierna. Ella, agotada, se derrumba sobre mi vientre, abrazada y exhausta. Noto su respiración jadeante, y mi corazón retumba en su caja torácica. Toni en cambio apenas ha tardado unos segundos en desprenderse del preservativo, tras lo que me pone a tiro su miembro, aún palpitante. Doy buena cuenta de cualquier gota blanquecina que pudiera quedar en él, Inma me besa para compartir el dulzor de mi boca, y Toni se arrodilla a nuestro lado, acariciándonos, la espalda y las nalgas a ella, la cara, el cuello y el pecho a mí.
Aún había tiempo para más. Inma y yo nos removemos en la cama, yo quedo bajo los testículos de Toni, que aún sigue arrodillado, mientras ella queda por arriba. Ambas nos llenamos la boca con la virilidad de Toni, cuya musculatura se tensa con el placer. En apenas unos minutos de atención por nuestra parte, el miembro ha vuelto a tomar la consistencia del granito, aunque esta vez Inma casi tira la toalla: “No puedo más. Pero puedo ayudar con otra cosa”.
Del bolso que hay junto a la silla saca una bolsa más pequeña… de la que surge como por arte de magia un cinturón con un arnés. Con la habilidad que sólo la práctica otorga Inma se lo coloca, y veo un dildo blanco como la nieve contrastar contra el correaje negro azabache. Inma toma mi puesto en la cama, y yo cabalgo a horcajadas sobre este miembro rígido, mientras veo los pechos de Inma oscilar con cada movimiento. Por si la situación no fuera lo suficientemente excitante, siento un líquido denso caerme entre las nalgas, seguido por unos diestros dedos que lo extienden en torno a mi ano, penetrándome poco a poco, mientras yo sigo follándome a Inma.
Las manos de Toni hacen presa sobre mí. Una de ellas me aferra de la cintura, mientras la otra dirige su enhiesto miembro directo al único lugar donde hay hueco. Un aullido de placer y sorpresa surge de lo más profundo de mi ser, agarro los pechos de Inma como un náufrago agarra un salvavidas, sintiéndome plena por completo cuando muerdo la lengua de Inma, respirando con fuerza por la nariz, deseosa de compartir con ella el enorme placer que me están proporcionando.
Así, con cuatro manos acariciándome y sujetándome, una boca sobre la mía y otra sobre mi nuca, y follada por partida doble noto los espasmos de un orgasmo brutal, donde juraría que pierdo la noción del tiempo y hasta el sentido durante segundos (¿o son minutos?), y para cuando me recobro, soy yo quien reposa sobre el pecho de Inma, con Toni acariciándome, sus manos temblorosas por el agotamiento del orgasmo, y una sonrisa compartida entre los tres cuya complicidad llevaremos de por vida.