como de costumbre cada vez que viajo por mi trabajo madrugo mucho. Era martes y la jornada iba a ser maratoniana. Yo iba intercambiando mensajes con ella cada vez que estaba en la espera de ver a un cliente. Estaba cansado del madrugón, pero la curiosidad por conocerla no me dejaba bajar la guardia. Después de intercambiarnos alrededor de 300 mensajes me dijo que iría al hotel. En ese momento casi se me revienta la cremallera del pantalón. Mi mente se turbó y empecé a imaginármela desnudándose lentamente y con cara de mucho deseo. Me apresuré a terminar la ruta y a coger mi habitación en el hotel. Un entorno rural y silencioso, un pequeño hotel de grandísimas habitaciones con techos y pisos de madera. Cuando abrí la habitación lo primero que me encontré fue una gran bandeja de fruta y una botella de cava 🥂. Abundaban las fresas...
jagpibex | 21/10/2019 12:12
En privado jejeje