Una experiencia de 3, deliciosa

1:40 am de un sábado noche y yo que calentón llevaba, con ganas de un revolcón pero siempre con el debate, ¿con quién puedo encontrarme cómodo? me apetecía algo más especial que un polvo y ya 

¡Mensaje nuevo! Un matrimonio saluda y muestra sus intenciones de ser 3 esa noche aprovechando que tienen la casa sola para ellos, querían compartir esta ocasión, mi cabeza comienza a fantasear. Parecían dos mentes abiertas, él decía ella que era juguetón y a ella, le apetecía mucho. 

Así que me dispongo a prepararme para salir pasadas las 2 de la mañana a su encuentro en el que me recibe él en la calle en busca de la discreción y una "vista previa". Me invita a pasar a la casa y se nos vienen unos minutos cogiendo una pequeña confianza mientras charlamos y tomamos algo de agua, ella al parecer, estaba en la cama y ahora íbamos a su encuentro. 

Al acercarnos a la habitación, el marido propone quitarnos la ropa para entrar más cómodos y preparados ya que ella está desnuda. Para que no entrara blandita propone animarla y se agacha dando paso a una felación totalmente inesperada a la que mi miembro reacciona adquiriendo la dureza de una piedra, me puso muy cachondo. 

Entramos y nos ponemos a su lado, ella sonríe, tiene dos machos para ella y va a gozar, fue su expresión la que habló por ella. Le da cariño a su marido y mientras, su mano palpa mis piernas en busca de mi rabo para cogerlo con deseo y comenzar a masturbarme suavemente, que morbazo ver como disfrutan besándose y ella tocándome.

Cambian las posturas, favorenciendo la entrada de mi rabo en la boca de ella, que me va tocando con la otra mano los huevos causándome un placer supremo con ambas cosas a la vez, aunque no siendo poco, se suma su marido besándola primero para luego pasar a relevarla y comérmela ahora él. Que rico tacto sus pezones y sus lindos pechos, me encantó acariciarlos y lamerlos sintiendo como su respiración manifestaba su gozo, mis manos curiosean por todo su cuerpo, no quiero dejar nada pendiente de tocar, y qué calentita estaba por dentro, mmmmm, con lo que me gusta jugar con los dedos. 

Tras recibir ese brutal placer, ella vuelve al relevo velando por mi gozo mientras él va recorriendo suavemente su cuerpo hasta comenzar a jugar con su lengua entre los muslos de ella, que morbazo, viendo su cara empotrada entre sus piernas haciéndola gemir mientras ella tiene la boca totalmente llena con mi polla, su mirada grita placer! 

Su marido pasa a la acción y ya con ello decido pasar a darle un poco más de movimiento y le follo la boca a buen ritmo también, a ella parece que le gusta aún más y mis ojos comienzan a disfrutar en absoluto de lo que ven, sintiendo un placer espectacular, la comodidad y confianza (siendo unos desconocidos) se apropia del buen rollo de la situación y el disfrute se vuelve superior. 

Decidimos ella y yo hacerle disfrutar a él y pasamos a la acción, nos bajamos los dos a jugar con su rabo, un ratito ella, otro yo, mmmm ... el se acomoda y disfruta, se le nota que disfruta. Mis dedos lo acarician y me deleito con su buen tacto procurando pasar por todos lados para activar sus sensaciones, como me gusta terminar dando un paseo por el ojete y cuál es mi sorpresa cuando, su reacción, va a favor de mi mano levantando ligeramente el culete, le gusta! Buf! No lo puedo evitar y llevo mi lengua a jugar con su ojete, que rico! Encontrarme con sus labios con sus huevos de por medio y jugar con nuestras lenguas mientras estábamos haciendolo gozar a él fue majestuoso. 

Que ricura más sorpresiva de un sábado noche, seguimos inventando y probando de todo, hicimos alguna parada para echarnos un tabaco y una cerveza para luego continuar y terminar lo empezado, ella debía quedar safisfecha como mínimo y el cansancio que traíamos después de 2h de puro placer no fue impedimiento, tras una buen ritmo, él consigue hacerla correr y pasamos a quedarnos más relajados disfrutando de la charla comentando la jugada. 

No imaginaba que fuera a llevarme una gran experiencia aquella noche pero desde luego es el mejor trío que he hecho, contar con él y su ausencia de tabúes me hizo sentir increíblemente cómodo y ya, verla a ella como disfrutaba al verlo a él hacerme disfrutar, fue supremo. 

Sin duda, una esperiencia enriquecedora y de la que me encuentro muy agradecido