Hace unos años me divorcié, vendí el piso a medias con mi ex y en todo este lio conocí a Marga, la agente de ventas. Morena 40 años, divorciada, un hijo y un hijo de puta de ex que le amargaba la vida.
Una vez hecha la venta, mi ex se empeñó en vender también la finca y eso que no era fácil ya que no estaba completamente documentada. Marga, como no, vino a ver la finca dos veces, la primera con un fotógrafo jilipollas y la segunda por que yo se lo pedí, ya sin fotógrafo. Estuvimos riendo, tomando una cerveza y hablando de los temas de la venta. Al rato salimos a dar una vuelta ya que quería volver a ver algunas cosas. Al subir a la buhardilla iba yo detrás contemplando un culete impresionante, pantalon clarito y un tanguita color blanco que generosamente los pantalones me dejaron ver al apretarse al subir la escalera. Una vez arriba me reconoció que era un lugar encantador a lo que yo le respondí que la felicidad estaba allí arriba y acercándome a ella le besé con pasión, al tiempo que apretaba su culo con mi mano buscando las marcas de su tanga. Jugaba con ventaja, Marga desde hacía tiempo me miraba de forma especial y yo a ella, también conocía su vida por encima, pero era suficiente. Fue como poner en marcha una guerra declarada.
La puse sobre la cama quitándole la blusa y los pantalones. Le pasé mi lengua por todo su cuerpo y mi polla ya se ponía exigente. Le quité el sujetador y su tanga blanco con encajes. Cuando Marga salió de su casa ya sabía qué ponerse y yo lo que me encontraría. Chupé despacito su clítoris, su culo y le mordí sus nalgas hasta que se retorció en una corrida que yo quise prolongar durante minutos.
Luego la besé, le comí sus pezones y ella me fue desnudando al tiempo. Cuando mi polla salió de su jaula Marga la chupó con el mismo entusiasmo que su helado favorito (avellana). Después de un rato cogió mi polla y se la acomodo en su coñito decorado con una mariposa de vello cortito en su púbis.Me dijo que se lo hacía su ex que de vez en cuando se la seguia follando... y manipulando. El hijo de puta era bueno con el diseño... y su mantenimiento. Estuvimos follando un rato hasta que me pidió que la follara por el culo. Nada más metersela se corrió con una corrida que yo creí que alguna teja de la buhardilla peligraba. Seguí follándola y cuando estuvo otra vez a punto saqué mi polla. Volví a clavársela con fuerza y aprovechando el grito de dolor y placer le dije: "hija de puta, como me vendas la buhardilla te rompo el culo a pollazos". Siguí follándola y cuando notó mi líquido blanco y caliente en su culo se corrió con tanta fuerza como antes. Después de un rato nos duchamos, nos chupamos de nuevo y nos vestimos, era la hora de irse, no sin antes reconocerme que era una pena vender la finca y sobre todo la buhardilla.
A día de hoy Marga no ha conseguido vender la finca, ni por supuesto la buhardilla. Sigue siendo nuestro nido aunque a veces nos pasamos a la piscina, al césped o a la terraza con el mar de frente. Ella me anima a que otras chicas visiten la buhardilla de la felicidad, así que ahí dejo la invitación por si alguna chica de la página se anima. Puede que Marga aparezca de repente, le gusta compartirlo todo. Creo que tendremos buhardilla para rato, a mi ex ya no le urge vender.