Ya teníamos ganas de volver al Mystique y todo confluyó en el sábado para hacerlo. Queríamos descubrir el nuevo local y repetir increíbles momentos de morbo y sexo como en el antiguo local.
Llegamos allí sobre las 12pm, y como siempre nos recibió Nora, desprendiendo esa sensualidad irresistible que una mujer de su altura tiene (a mi mujer le pone que no veas). Entramos y vimos que había gente en la pista bailando y en la barra, todo parejas, ya que los sábados es para parejas. Nos tomamos algo en la barra mientras tomábamos nota de la decoración del local, pues era la primera vez que estábamos en esta nueva ubicación, bailamos un poco, nos acabamos nuestras bebidas, nos desnudamos en la zona para ello y pasamos a la parte "más sexy del local".
Hemos de decir que esta parte nos pareció más pequeña que la del anterior local, principalmente debido a que, aunque habían habitaciones con diferentes temáticas sexuales (columpio, sado, yacuzzi, habitación oscura, gloryhole... ) y parejas dentro, la parte "común" era más pequeña.
Aún así desborda sexo por todos lados y al momento ya estábamos calentitos los dos, viendo a una chica a 4 patas siendo follada por su pareja y a su lado otra pareja en la que él le comia todo su sexo a ella. Ambos nos pusimos muy excitados y nos empezamos a meter mano junto a esas parejas. Mi mujer se sentó en la cama común y me empezó a comerme la poya como ella sabe hacerlo... que placer... otras personas que visitaban la habitación común nos veían junto a las otras parejas realizando sexo y eso nos ponía aún más.
Nos levantamos y vamos de visita por las habitaciones, viendo otros espectáculos sexuales y excitándonos más aún. Así hasta que encontramos una habitación vacía y en esa nos quedamos. Mi mujer estaba muy cachonda y en seguida se sentó en la cama y empezó a comérmela de nuevo. Luego yo la tumbé hacia atrás y empecé a comerle su sexo, que ya estaba muy mojado por toda la excitación que acumulaba. Empezó a gemir de placer mientras otras parejas y algún chico solo se asomaban a las ventanas y puertas de la habitación y disfrutaban del espectáculo, mientras se masturbaban. Eso me ponía mas cachondo, y hacía que se lo comiera con más ímpetu a mi mujer, que pronto empezó a gemir más alto y se corrió en mi boca. Yo me subí sobre ella y mientras la penetraba le comenté que había un chico mirándonos, y que si ella quería que nos acompañara. Su respuesta fue que sí, así que le dije a ella que se pusiera a 4 patitas y le hice señas al chico para que pasara y se tumbara en la cama delante de ella. Mientras yo ponía mi poya apuntando a su coño, la incorporé y le dije al oído que le chupara la poya a aquel chico, pero que me mirara a mi, que eso me ponía a mil... y vaya si me puso... le agarró la poya al chico y empezó a masturbarla, mientras yo le metía la mía por su coñito que aún escurría sus flujos. Entonces ella acercó su cara a la poya del chico, se giró hacia mi, y con una cara de vicio irresistible me sonrió y se metió aquella poya en la boca... dios como me puse... la veía chupar y masturbar a otro mientras yo la agarraba por sus caderas y me la follaba. Mi excitación crecía muy rápido y empecé a follármela lo más fuerte que podía. Ella jadeaba con aquellas dos poyas: una en la boca y otra dándole duro en su coño. Así hasta que yo estallé dentro de ella. Me vacié completamente en su coño, pero mi poya no perdía dureza por la excitación que me producía verla chupar la poya de otro, y ante su requerimiento, seguí follándola un poco más hasta que ella se corrió de nuevo.
Decidimos descansar un poco, así que pasamos por la ducha y salimos a tomar otra copa a la parte de discoteca. Pedimos nuestras bebidas y bailamos semidesnudos mientras bebíamos. Ella disfrutaba de poder estar desnuda en el local y mostraba una sonrisa picarona que dejaba prendado a cualquiera. Terminamos nuestras bebidas y volvimos a la parte de atrás del local, a por el segundo asalto. Nos volvimos a pasear por las habitaciones, viendo a parejas solas, dobles parejas y más combinaciones... excitándonos de nuevo, pero no llegamos a intimar con ninguna pues en la mayor parte de los casos ya estaban con otras parejas.
En una de las habitaciones vimos a dos parejas follando tumbadas de lado sobre la cama, con las chicas al centro. Los chicos se las follaban mientras que ellas se besaban y acariciaban. Esa visión de las chicas, junto con la visión de Nora paseándose en ropa interior supersexy por el local, excitó sobremanera a mi mujer. Luego nos asomamos a otra habitación y habían tres parejas follando en la misma cama. Una de las chicas estaba a 4 patas y su chico se la follaba desde atrás, mientras que otra pareja hacía lo mismo justo delante de ellos y las chicas se besaban con pasión. Luego uno de los chicos sacó su poya de su chica y se la acercó a la boca de la primera, que empezó a chuparsela, mientras su chico se la empezaba a follar muy duro. Mi mujer no perdía prenda, así que bajé mi mano a su coño, que estaba empapado por aquella visión, y empecé a masturbarla mientras mirábamos. Ella me agarró mi poya y empezó a masturbarme también... al momento se giró hacia mí y me susurró al oido "quiero que me folles el culo ahora"... joder como me puso... buscamos una habitación vacía y nos tumbamos, yo seguí masturbándola y ella a mi. Luego ella se puso a 4 patitas y yo empecé a follármela desde atrás mientras le lubricaba su culito con un dedo y saliva... cuando ya estaba bien lubricado, saqué mi poya de su coño y empecé a meterla en su culo... dios que placer... Empezó entrando despacito y poco a poco, hasta que estuvo toda dentro, y aumenté mi ritmo. Mientras, ella se recostaba sobre la cama con sus tetazas y metía su mano entre sus piernas para acariciarse el coño mientras yo le follaba el culo hasta el fondo, cada vez más rápido, cada vez más excitados los dos, sus gemidos aumentaban y yo no me aguantaba más, así que le metí mi poya hasta lo más profundo que pude y con un gemido ronco derramé toda mi corrida dentro de aquel culo tragón. Ella estaba a punto de correrse también, así que salí de ella y la tumbé sobre la cama boca arriba. Volví a comerle el coño hasta que gritó de placer mientras se corría. Nos besamos apasionadamente y nos acariciamos la piel mientras comentábamos, con una sonrisa de oreja a oreja, lo bien que lo pasamos cada vez que vamos al mystique. Ya era tarde, así que nos fuimos a la ducha, nos vestimos y para casa.
Durante el trayecto de vuelta sonreiamos y comentabamos algunos de los momentos vividos esa noche.
Mystique genial como siempre.