El chico del balcón

Si que he visto chicos asomados en sus balcones, pero tan interesante como éste, ningún otro.
Transitando la misma calle durante mucho tiempo, al final te quedas con muchos detalles, como las fachadas, los portales, las ventanas y sus balcones. Pocas veces vi alguien asomado a los balcones de esa calle, pero casualmente con uno coincidí en verle todas las mañanas, un tio moreno, alto y aunque no lo apreciaba del todo bien, ya que estaba en un segundo piso, se veía guapete.
En alguna ocasión nos cruzamos las miradas, pero nunca pensé que algo mas podría ocurrir, simplemente el morbo de observarnos, sin más.
Fueron varios meses así, parece que sabía la hora que pasaba por esa calle, y poco a poco nos mirábamos con mas interés, pero de ahí no iba a más.

Un sábado noche pero muy tarde, y por cercanía a mi casa, pasé por esa calle, y casualmente veo que aparece el chico saliendo al balcón, no entendía a esas horas, no era lo normal quizás también llegaba de fiesta o se habría desvelado. Nos quedamos mirando y estuve rondando por esa calle dando la vuelta y volviendo a pasar; mientras que al pasar de nuevo, me hace unas señas para subir, pero claro me quedé asombrado, ya estaba excitado y sin pensarlo mucho me dirigí a su portal, me abrió la puerta por el portero, subí hasta la segunda planta y allí me esperaba con la puerta abierta.

Estaba todo oscuro y me invitó a pasar a su casa, me cogió de la mano y me llevó a su habitación. Él iba con un pequeño pantalón corto y una camisilla, ya estaba apunto de irse a dormir, había llegado de salir con sus colegas y no pensaba que iba a encontrarme en la calle, pero fue así.
Ya sin ropa nos acostamos en su cama, y dentro de las sábanas empezamos a tocarnos y besarnos muy apasionados, esas miradas que tantos meses se habían cruzado, hizo que explotara nuestros deseos de estar juntos, y jugar con nuestros cuerpos.

Bajé a su polla y se la empecé a chupar poco a poco, le escuchaba jadear, estaba muy cachondo tanto el como yo, nos babeaban nuestras pollas, ese 69 esta siendo una ricura, muy suave y muy sensual, nos íbamos acariciando la espalda, las piernas, nos tocamos cada parte del cuerpo, sin pensar en nada sino en disfrutar de ese momento tan apasionado.
Volvimos a morrearnos, y agarrando sus fuertes nalgas, las tenía muy duras y carnosas, lentamente pasaba mis dedos a su agujero que ya lo tenía bastante calentito, acariciándolo, hasta pedirle si se lo podía lamer, con la cara me dijo que si, y ahí fui a su rico culo, le comencé a besar su culete, hasta llegar a su ano, metiendo los dedos y seguidamente la lengua, en esta posición él me estaba haciendo un pajote que a punto estaba de correrme, pero aguanté, chupándole su culo y abriéndole un poquito más y más.

Llegó el momento crucial, me dio un condón y con voz baja me dijo, fóllame. Sin apresurarme mucho me lo puse y me giré para ir metiéndosela, ya estaba bien lubricado por mi saliva, y bien abiertito, la fui colocando poco a poco iba entrando, mientras el jadeada con una cara de mucho placer.
Estuvimos un buen ratito follando, sintiendo mi polla en su interior, hasta que ya no pude aguantar mas y sin avisarle, le cogí bien de las nalgas y me corrí. Con la fuerza que hice, el notó y se apresuro a pajearse mas rápidamente y asi al poquito le salió toda su eche esparcida por las sabanas blancas. Quedamos agustisimo, disfrutamos a tope, me sentía como si fuera un colega, no era un desconocido sino alguien con el que conocía de hace tiempo.

Al terminar me fui al baño y me vestí, él seguía en la cama y ya con ganas de dormir, pocas horas quedaban para amanecer, así que era momento de salir.

Antes de irme me asomé al balcón, y aprecié la vista que tenía cuando me veía pasar, quien me lo iba a decir!
, seguí pasando por esa calle, aunque nunca mas repetimos, solemos saludarnos alguna que otra vez pero ahí quedó la historia y que quería compartir con tod@s.

Sin mucho mas, espero les haya gustado mi relato.
Saludos a tod@s!!