Les voy a contar lo que me pasó. Yo vivo en un bajo, normalmente suelo tener la ventana abierta pero nunca abro la persiana. Pues ésta mañana como hacía sol abrí la persiana y la ventana que abre hacia dentro. Desde la calle no me ven porque aunque es el bajo, tiene como 2m de altura la ventana. La cuarentena me tiene las hormonas revolucionadas y haciendo un parón con el teletrabajo, me decidí a relajarme ya que tenía la polla saliéndose del calzoncillo. Me pongo a ver un poco de porno para motivarme un poco más, me despeloto y me pongo manos a la polla, llevaba ya un rato cuando escucho en la calle “oye que paso tío?” Como normalmente suele pasar gente, no le puse importancia, a los 5minutos escuché un ruido en la ventana. Me asusté, me puse un pantalón corto y me asomé a ver que era. Al asomarme veo a un tío de unos 45 años que me dice “como lo llevas?” A lo que yo le contesto “bien, aquí en casa sin salir. Te conozco?” Y responde “soy el vecino de aquella casa, te he visto y si necesitas una mano ya sabes, yo encantado” le digo “entra un momento al portal que no sé lo que quieres decirme con tanto misterio” cierro la ventana, le abro y al entrar al portal me dice “que quiero comerte el rabo!” Con una sonrisa de oreja a oreja y una cara de vicio que nadie hubiese podido resistir. El tío flacucho, moreno, velludo y medio calvo, pero tiene una cara muy morbosa. Le digo que pase, pero primero le pregunto si se encuentra bien y me dice “tranquilo, no tengo coronavirus llevo 3 semanas en mi casa sin salir” Al cerrar la puerta me agarra la polla “de cerca está tan dura como de lejos “ y sonríe. Ya total como solo tenía un pantalón corto, me lo quito y me dice “es la primera vez que veo una polla tan cerca sin ser la mia” en un primer momento me dio mucho corte, pero como ya estaba tan cachondo lo único que me salió fue “pues si quieres probarla, aquí la tienes toda tuya” sin pensárselo dos veces se arrodilló delante de mi y le pasó la lengua por la punta, despacio como a mi me gusta. Parecía que supiese que me gustaba así. Poco a poco fue metiéndosela en la boca y yo flipando, entre la situación tan extraña que estamos viviendo con tanta incertidumbre y que encima era mi vecino... Pero decidí relajarme y disfrutar del momento, le dije que tenía que parar. Lo levante del suelo y me lo llevé a mi cama, esa misma donde me había visto por el reflejo del cristal de la ventana. Me tumbé, abrí mis piernas y él se tumbó por debajo quedándose a la altura donde poder mamar bien. Seguimos lo que habíamos dejado en el pasillo de la entrada. Él me había dicho que era su primera vez, pero sus actos decían que era todo un experto. Me agarraba bien la polla mientras chupaba y succionaba el glande insistiendo en el frenillo y eso me estaba encantando. Me comía los huevos, subía con la punta de su lengua por la base del rabo hasta llegar a la punta donde le estaba esperando el delicioso líquido que ahora para él era un manjar que salía de mi polla. Mamando como si no hubiese un mañana, le dije “tu solo quieres eso?” Y solo me contestaba subiendo y bajando la cabeza mientras seguía mamando cada vez más intensamente. Yo me retorcía del gusto en mi cama, con los ojos en blanco del placer que me estaba dando. Al rato le dije “no puedo más, me voy a correr!!” Y me contesta “es lo que quiero, toda la leche en mi boca” y no pude aguantar más llenándole la boca de leche caliente mientras él seguía mamando sin cesar y rebosandole la leche por la comisura de los labios. Se lo tragó todo, me limpio toda la polla con su lengua y cuando terminó me dijo “Gracias, lo estaba deseando” se levantó y me dijo que se iba, yo me puse otra vez el pantalón y lo acompañé a la puerta. Antes de despedirse me dijo “cuando te apetezca ya sabes” y le dije que si dándole mi número de teléfono. A partir de ahora, mi cuarentena promete ser muy interesante