Era domingo y mire el despertador, eran solo las 5:30 de la mañana y no podía dormir, Me levanté, me pegué una ducha rápida y vi que mi polla estaba dura como una piedra, pensé en hacerme una paja, pero a lo mejor estaba dura de no poder dormir.
Me puse en plan cómodo y Salí a la calle. Hacía buen tiempo y ya estábamos casi a las puertas de Noviembre, el invierno estaba cada día más cerca, así que comenzaba a hacer un poco de frío pero dio la casualidad que ese día empezaba a hacer buen tiempo, empecé a caminar sin rumbo fijo, aún era de noche, perdí la noción del tiempo mientras caminaba, así al girar una calle me encontré con un parque, tampoco conocía mucho la zona, ya que hacía un par de meses que me había trasladado a aquel barrio. Al llegar allí vi que era un parque muy grande: zonas arboladas, bancos y lugares con césped para reposar, a pesar de la hora aquello estaba muy concurrido, sobretodo de corredores y gente que salía de marcha y venía a apurar los últimos cartuchos antes de irse a dormir, así que me fui en una zona algo menos concurrida y me senté en un banco, me había dejado el móvil en casa así que no tenía que padecer en que nadie me molestara, a pesar de todo y mira que era grande el parque empezaron a pasar grupos de chicas y chicos, algunas solas y otras en auténticos grupitos, deberían tener entre 20 y 25 años, no lo negaré los ojos viendo a esas jovencitas se te van, pero me fije en una: era morena, el color de sus ojos no lo pude ver, llevaba un top blanco sin mangas y una falda roja por encima de la rodilla, junto a unos zapatos de medio tacón oscuros, no lo pude negar era guapísima alta y muy esbelta... aunque no perfecta, pero si de muy buen ver, me quedé mirándola y lo peor es que ella debió notar como la miraba, eso me dio un pelín de reparo, pensaría que era el típico salido, pero mi intención no era aquella, así que cuando pasaron, me miré el reloj y ya eran las 7:00, como nadie me esperaba, me empecé a meter por caminitos, a pesar de ser un parque que desde lejos parecía pequeño aquello casi era un laberinto, así que cuando me decidí a meterme por una pequeña bajada, encontré algo que me sobresaltó, era ella la chica estaba allí al lado de una fuente, estaba totalmente sola, se encontraba con las piernas entreabiertas y se estaba acariciando por debajo de su falda, no hace falta decir que aquella secuencia era excitante y como no mi polla aprobó la visión, ahora tenía una duda: me quedaba allí viendo en un rincón entre la vegetación aquel maravilloso espectáculo acompañado de una buena paja o me tiraba a buscar rollo con ella, diríamos que hubo un tercer factor que aceleró las cosas, ya que pisé una rama y se me oyó, ella se levantó sobre la marcha.
Ella- Quien anda por aquí?. -sobresaltada-.
Yo- Perdón lo siento... he ido a parar aquí, no te seguía ya que buscaba un lugar donde estar tranquilo.
Ella- Pues menudo susto me has dado.
Yo- No era mi intención, es que te he visto toda concentrada.
Ella- Tú no eras él que estaba sentado en el banco?.
Yo- Si era yo -con voz acojonada-.
Ella- Que eres el típico salido que va a ver que mira?
Yo- No sé si te lo creerás o no, pero no podía dormir, he salido a pasear y me he sentado en un banco alejado para que nadie me viera y habéis pasado vosotras y me he quedado embobado mirándote, si esto no es sinceridad que venga dios y lo vea.
Ella- Y también me dirás que aquel bulto que tienes en el pantalón es fruto de caminar.
Yo- Mujer... tu visión y lo que estaba viendo, no lo negaré era de agradable visión.
A ella pareció no sobresaltarle la situación parecía sofocada y yo estaba caliente como una sartén, cuando me dijo.
Ella- Sabes una cosa... -se mordisqueo el labio-, estoy muy caliente, me quería masturbar, pero me encantaría que me comieran el coño.
Ante tal plan, yo no dudé ni un segundo. Me dirigí hacia ella, ni nos preguntamos nuestros nombres, íbamos a lo que íbamos punto y pelota, allí en un rinconcito de la fuente, se subió la falda hasta la cintura, dejándome ver un tanga de color rojo, muy sencillito.
Yo- Te lo quitó o te lo apartó?.
Ella- Quítamelo, y me lo das.
Sus deseos fueron órdenes, levantó un poco el culo, después las piernas, se le enredó un poco con sus tacones, al quitárselo lo olí y me puse aún más perro.. después se lo entregué y la tía se lo metió en el bolso, yo flipaba, ya era una hora para que apareciera gente y allí ni dios, mi polla me apretaba en el pantalón.
Ella- Venga cómemelo, no aguanto más.
Y sin casi dejarme tiempo para pensármelo hundió mi boca en aquel coño, que olía un poco a sudor y que destacaba por un clítoris muy carnoso, así que empecé a lamerlo, me había podido separar un poco, empecé a pasar lentamente mi lengua entre sus labios, ella estaba empezando a soltar pequeños gritos de placer, al estar arrodillado no podía ver su cara, así que cuando pude levanté la cabeza y vi cómo se estaba estrujando sus tetas por encima de su blusa, aquella visión aún me hacía ponerme más cachondo lo que me llevó sin avisarla a empezarle a meter un dedo.
Ella- Ohhh, cabrón métemelo más, húndemelo.
Yo- No chilles que nos van a oír.
Ella- oohhh, continúa, fóllame con tu dedo.
Si te dicen que hagas algo, no dirás que no, pues decidí continuar con mi arduo trabajo, se lo iba metiendo lentamente para que lo disfrutará, estaba tan mojada que al cabo de unos segundos ya me había decidido a meter otro dedo dentro de aquel coño que estaba realmente muy mojado, así que decidí empezar a marcar un ritmo lento pero subiendo poco a poco la cadencia de mis dedos, el ritmo que le estaba marcando era endiablado, ella no paraba de gemir, quizás el miedo a ser descubiertos aún nos ponía más cachondos.
Ella- Ohhh joder... que rico, dios no pares, cabrón... ooohh, así me gusta joder…., no aguanto más.
Después de decirme esto, me puse manos a la obra con un dedo en su coño y lamiéndole sus labios vaginales, en apenas en unos minutos noté una oleada de líquido en mi boca, la muy guarra acababa de tener un orgasmo brutal, parecía desvanecida, me sentía como contento de que aquella chica la hubiera hecho disfrutar como una loca, pero yo también quería mi parte a pesar que había disfrutado con semejante comida de coño.
Ella- Oh, que brutal ha sido, dios mío.. creo que en mi vida, me lo habían comido tan bien.
Yo- Es de agradecer, que te feliciten por tu trabajo -se me escapó una sonrisa malévola-.
Ella- Creo que te mereces, que yo alivie a ti, ya que te has portado muy bien.
Empezamos a oír ruido de gente por allí cerca, eso quería decir que me quedaría sin mi alivio para la polla. Teníamos que darnos prisa, asi que me senté al otro lado de la fuente.
Ella- Ponte en esa esquina y bájate el pantalón.
Yo- Ahora mismo.
Sin esperar, me baje los pantalones y los calzoncillos y allí apareció mi herramienta, toda dura y soltando algún líquido pre seminal, no hubo falta decir nada, ella se agacho y empezó primero a mover la lengua por mi prepucio, poco a poco, me moría por correrme, pero quería aguantar mientras que con una mano y su boca me la chupaba con otra se estaba acariciando el coño, se ve que aún iba caliente.
Yo- Cómo la chupas... ohhh dios mío, no pares.
Ella- Te gusta... ?.
Yo- Joderrrr... venga cómetela, dios miooo...
Ahora decidió ella aumentar el ritmo y empezó a metérsela hasta el fondo de su garganta, alucinaba como se la tragaba no es que mi tranca sea descomunal aunque muchas chicas me han dicho que tiene la curvatura exacta para una buena garganta je je pero tiene una anchura considerable, pensaba que no podría metérsela hasta el fondo, pero la tía lo lograba, con tal mamada yo sabía que no tardaría mucho en correrme, parecía una caldera a punto de explotar.
Yo- Dios, como me la chupas... pero no voy a aguantar más... me voy a correr.
Ella- Quiero que me lo des todo.
Ahora alucinaba, la muy guarra se lo iba a tragar, cosa que no había conseguido ni con varias parejas que había tenido, así que noté, como estaba a punto de explotar, la saqué de su boca, la aparté unos centímetros, ella abrió su boca y empecé a soltar chorros de leche de los cuales muchos fueron a parar a su boca y otros a su cara, sin decirle nada pasó su lengua por toda mi polla buscando aquellas ultimas gotas de mi leche, al cabo de unos segundos oímos.
Gente- Niños no os vayáis lejos.
Se escuchaba gente, me abroché el pantalón lo más rápido que pude, ella se levantó y se limpió la cara con un kleenex, y se disponía a marchar, cuando me dijo.
Ella- Ha sido un placer dar una vuelta por el parque y disfrutar en compañía que mejor sola, adiós guapo.
Ella desapareció entre el caminito, que aún alucino que siendo las 9:30, nadie hubiera aparecido, así que me decidí ir hacia casa, por el camino llevaba una sonrisa que no me cabía en la boca, a ella no la volví a ver nunca más, pero tener lo que tuvimos aquella noche, aún sueño con encontrármela otra vez y acabar em relato de otra manera.