Había sido una semana complicada era viernes y por fin había acabado mi jornada laboral, no me apetecía volver a casa y empezar con las rutinas domesticas, asi que decidí ir a almorzar a la zona turística en algún restaurante de los que me gustaba su oferta. Hacia fresquete cosa rara en los últimos años, aparque y baje del coche, mientras me aseguraba de dejar cerrado el coche opte por ir al italiano, no solo comería un plato de deliciosa pasta, sino que la música ambiental si no había mucha gente me encantaba y dejaba un ambiente acogedor.
Entre di los buenos días y elegí una mesa donde no solo estaba un poco apartado sino que además tenía buena vista del paisaje y no llegaría mucho ruido y me deleitaría con la música. En lo que esperaba a ser atendido por el camarero fue llenándose el local, hasta la mesa más cercana a la mia, que ocupo un joven, al menos bastante más que yo, de pose y maneras muy delicadas. Pensé para mí que seguro que le gustaría más yo que ya eran un maduro más cerca de la caducidad que la joven y hermosa camarera que nos atendió a los dos. Pero pase de pensar en el, y esperando por mi plato de pasta y mientras bebía el vino me deje llevar por la música y el vaivén del mar cercano.
En esas estaba cuando me di cuenta que el joven me observaba y sonreía, pues creo que no solo toqueteaba la mesa algo fuerte llevando el ritmo de la música, sino que sin querer había subido el volumen de mi tararear. Automáticamente le devolví la sonrisa, pero seguí a lo mío, además ya divisaba como se acercaba la comida y ya en aquel momento era algo fundamental. Termine o devore el plato, algo más o bastante más vino, y como no un algo dulce de postre para contrarrestar las amarguras de la semana. Pedí la cuenta, pague y decidí ir al wc antes de volver ahora si irremediablemente a mi rutina. No caí en la cuenta pero el joven de la mesa cercana debía ir a la par que yo, pues calco mis movimientos y justo en el baño mientras aliviaba mi vejiga, sentí una presencia en el urinario continuo y era él, que mientras disimulaba que orinaba mi miraba la polla y me sonreía. Ahí confieso que no supe cómo reaccionar si devolverle la sonrisa e irme sin más o que. Debió notar mi indecisión pues rápido y sutilmente recogió su pene se me acerco y me dijo “si quieres en mi apartamento puedes pasarlo bien, te espero afuera”.
Mientras me lavaba las manos, valoraba que hacer, si olvidar su invitación y reincorporarme a mi vida normal, o tal vez aconsejado por el vino y la necesidad de liberar la tensión de la semana, dejarme llevar y ver qué pasaba. Cuando salí del local allí estaba esperando mi reacción, le sonreí y empezó a caminar delante de mi marcando el recorrido hasta unos apartamentos cercanos. Como un zombi seguí sus pasos por escaleras y pasillos hasta llevar a una puerta que abrió, se adentro en un apartamento y yo detrás del misterioso joven.
Entre y cerré la puerta un poco aturdido por la situación que no controlaba mucho. Ahí estaba él sonriente y me dijo “gracias por venir lo pasaremos bien”. Acto seguido nos dimos un rato de morreo mientras nos explorábamos cada rincón de nuestros cuerpos, y poco a poco empezamos de desprendernos de la ropa, pues al menos yo me sobraba el pantalón y los calzoncillos necesitaba liberar una polla que pedía un espacio diferente. Cuando estábamos completamente desnudos, me cogió de la mano y me acerco a la cama, me acosté en ella mientras el se ponía encima mío y me recorría el cuerpo a besos, proporcionándome un gusto infinito, hasta que empezó a darme la mamada de mi vida, como jugaba con su boca, como pasaba su lengua por mi polla tanto para lamerla como si fuera un piruli, como cuando me la comía y para con toda ella dentro y jugaba con su lengua en mi capullo, uumm como jugaba con mi testículos, como me los chupaba, como me los tocaba cuidadosa pero placenteramente. No sé como pero le sobraba tiempo para acariciar la zona interna de mis muslo. La verdad creí explotar de placer, entonces inicio un recorrido hacia arriba y después de morrearme un poco me susurro al oído que me lo follara. Se puso a cuatro patas se palmeo las nalgas y me enseño el agujero de su culo por si no sabía el camino no me perdiera. Jugué un poco con aquel agujero, se lo comí dejándolo lubricado de saliva, mi lengua le fue arrancando suspiros y leves gemidos, mientras se masturbaba lentamente, además fui metiendo dedos primero uno y luego más para ir dilatando el mismo.
No recuerdo el tiempo que estuve así, la excitación me hizo perder la noción de todo lo que me rodeaba. Ya no podía aguantarme más y decidí penetrarlo y complacer su deseo de ser follado, pille el lubricante que tenia por allí, y me puse un condón, sin más espera empecé a penetrarlo y oír como gemía y se retorcía de gusto, eso me puso a mil y comencé a encularlo poco a poco a ritmo lento, o agarraba por la cintura para atraerlo hacia mí y que la penetración fuera más profunda y ver como de boca salían sonidos de placer, hasta que me empezó a subir un calor y acelere el bombeo hasta que me no pude contenerme y me corrí vaciándome por completo. Caí rendido a un lado de la cama, exhausto, entonces vi como él se había corrido también al masturbarse y se recostaba a mi lado, con las dos pollas babeando esos restos de semen del final, cada una en el cuerpo del otro mientras nos abrazábamos.
Estuvimos un momentito abrazados mientras nos acariciábamos y dábamos suaves comidas de boca. Pero aquello forzoso tenía que parar y bueno opte por dirigirme a su baño para asearme un poco y al salir empezar a vestirme mientras lo contemplaba en la cama desnudo, satisfecho y como me miraba feliz. Al irme a despedir e irme se levanto de la cama desnudo, me dio un último morreo se que abrazo fuertemente y me dijo “cuídate”.
Me costó encontrar la salida, pero llegue al coche por fin, y cuando conducía camino de vuelta a casa no podía sacarme lo sucedido de la cabeza. El resto de la tarde mientras hacia mis cosas, tenía en mi pensamiento como una autopista de dos carriles por uno iba lo que estaba haciendo y por el otro lo que había sucedido. Al estar en la cama antes de dormir me volvió la película de lo sucedido y no pude evitar masturbarme recreándome en aquel recuerdo aun bastante caliente. Así hasta quedarme dormido y por cierto la pasta del almuerzo estaba muy rica.