Gestiones

Es lo que tiene vivir en la capital de la isla, que tienes todas las administraciones a mano y esta amiga tenía un asunto que resolver pero venir desde el otro lado lejano de la misma para entregar unos papeles que extrañamente no se podían entregar on line hizo que recurriera a mí, obviamente no pude negarme y tal vez tendría la oportunidad de verla para entregárselos y poder charlar un momento de cómo nos iban las vidas. Esa gestión se resolvió sin problema alguno, el problema empezó para devolverle los comprobantes de la misma.
Tenía que venir a una consulta médica justo una tarde que venían a dar unos de los retoques que faltaban en una casa que administro a unos herederos conocidos de mi familia y que para poder ponerse en alquiler necesitaba un par de arreglillos y justo la tarde que ella venia, el colega de los arreglos económicos y sencillos tenia libre para los mismos. Total que cerré con ella venir a recoger los documentos al piso en cuestión.
La tarde paso volando y después te tomar café con el colega de los arreglos que salió disparado a otra casa para ganarse la vida, y estaba recogiendo para irme, sono el móvil, era ella. Me dijo que disculpara pero que todo le había salido con demora, que si todavía estaba en la casa que le comente y le dije que si. Al momento sono el portero, subió la hice pasar y le ofrecí café que aun quedaba, y aunque no estaba del todo caliente, si estaba  de temperatura aceptable para tomar. Dicho y hecho café y conversación.
Mientras me contaba cómo le iba, y como había confianza opte por en medio de la conversación levantarme para cambiarme la camiseta pues tenía una de esas que usamos por si nos manchamos, momento en el que detecte una mirada insospechada hasta aquel momento que hizo que me recorriera un escalofrío por la espalda y me puse colorado.
Ella empezó a reírse, dejo el café y se acerco a mi, me comento que aquel día estaba más caliente que el café que le serví y que a pesar de la cantidad de años que hacía que nos conocíamos y que nunca había pasado nada, hoy le apetecía conocerme algo mejor. Me quede paralizado y ella tomo el mando me saco la camisa otra vez, y empezamos a besarnos y abrazarnos. En algún momento del intenso magreo empecé a ser consciente de lo que iba a suceder y reaccione, la empecé a desnudar de medio para arriba, al sacarle el sujetador y liberar sus turgentes pechos sentí la necesidad de jugar con sus pezones y acariciar los pechos mientras ella suspiraba y me mordisqueaba los labios.
Luego fuimos ambos despojándonos el resto de la ropa que nos cubría el cuerpo, quedando mi pene erecto frente a su figura espectacular en la amplitud de su desnudes. Mis manos encontraron acomodo en la humedad de su vagina y mi boca sacio las ganas de satisfacerla con el mejor sexo oral del que fui capaz mientras sus manos jugaban con mi pelo y mi cabeza.
Después de un carrusel de gemidos, sus manos atraparon mi pene, y las vueltas de nuestros cuerpos dieron con mi espalda en la cama y su cuerpo encima del mío, mientras me besaba y bajaba por mi pecho y mi ombligo para transportarme a otros cielos al llegar su boca a mi pene. En esas estaba cuando se siente a horcajadas sobre mí, se introduce el pene en su vagina y empieza un leve cabalgar a la vez que me domina con sus manos sobre mi pecho, poco a poco según sube nuestra calentura suben el ritmo de cabalgada y sus gemidos. Siento que me voy a partir en dos y el calor que precede al orgasmo va anunciando el éxtasis final, mientras mi vientre se humedece cada vez más y sus gemidos son cada vez mayores. Llegados los dos al orgasmos casi a la vez y ella cae sobre mi intentando encontrar las fuerzas para hablar.
Cuando ambos nos recuperamos me dice que después de unos días duros necesitaba aquel desahogo, y que para hacer el recorrido de vuelta era urgente dejar tensiones, pues la carretera ya anocheciendo era un poco peligrosa por las típicas obras interminables de la administraciones publicas. Dicho lo cual me pidió pasar al baño, salió aseada y vestida mientras aun estaba en la cama disfrutando de lo ocurrido. Se marcho y bueno tuve que recoger  la casa y dejarla como si no hubiera ocurrido nada, pues en dos días vendría unos potenciales inquilinos del nada módico alquiler.
Al día siguiente mientras estaba en el trabajo concentrado recibo un wasap de mi amiga, diciendo que estaba en aquel momento en el trabajo y al ver los documentos de mi gestión se acordó de lo bien que lo había pasado la tarde anterior. Después de un breve dialogo, reconozco que apenas pude concentrarme debidamente en mis tareas. Y es que nunca había resuelto de tan buena manera tantas gestiones