Necesitaba comprarme algo de ropa, soy un poco dejado para ese tema y poco a poco se me fueron rompiendo los pantalones y casi que tenía un saca y pon. Como últimamente llueve poco pues no hay problema pero estos días de lluvia y frio inevitablemente me pusieron en una complicada situación, no tengo secadora y necesitaba algún pantalón más. No soy de complicarme la vida y fui a la tienda de siempre, pero la verdad busco algo más clásico de lo que tenían y no compre nada, así me fui a otro lugar en el que había un chico joven y que últimamente había conocido intimando un poco pero nada de intenciones, sino eso coincidir hablar y comportarse. Además soy mucho más mayor que el no creo que el viese nada en mi y siendo sinceros en aquella tienda hay un par de empleadas que están tremendas y me gustan más las mujeres. Pero aquella tarde estaba el solo y la de la caja, así que al verme entrar fue solicito para atenderme, le explique y me trajo unos par de pantalones que entre varios si llamaron la atención. Pero claro no me apetecía llevármelos para ver si me quedaban bien y si no volver a la tienda a cambiarlos, pues es cosa que odio, asi que pregunte por el probador, me llevo al mismo que la verdad estaba en la otra punta de la tiempo y un poco aprovechando y recodo del local con lo cual se hacia más útil el resto de la tienda. Pase a quedarme en gayumbos mientras me probaba los primeros y el seguía afuera, cuando me los probe y vi que me quedaban perfectos le pedí los segundos y el descorrió la cortinilla y me los dio pero no volvió a cerrar y al no darme cuenta me quede en calzoncillos ante su mirada. Me dijo que tenía unos calzoncillos preciosos a lo cual reaccione como si me hubieran sorprendido y no supe cómo reaccionar. el chaval con una sonrisa picarona me dijo que no tenía un tremendo pollón, pero que no estaba mal dotado. Entro en la cabina cerro la cortina, se agacho ante mi me bajo los calzoncillos y empezó a darme una tranquila mamada. Hacia virguerías con su lengua y mi polla, me comía los huevos y yo tenía que hacer auténticos esfuerzos por no aullar y ser descubiertos. La situación me desbordo y me corrí rápido. Se lo trago enterito y me dejo seco. Salió del probador con los dos pantalones y me dijo que el otro tenía un corte idéntico y que me quedaría igual de bien que los primeros que iba a la caja para hablar con su compañera y aplicarme un descuento y que si por algo los segundos pantalones no me quedaban bien que fuera al día siguiente por la tarde que el volvería a ayudarme. Salí de allí como si hubiera robado y azorado pase por caja donde la chica me atendió muy solicita, pague y me fui. Reconozco que los pantalones me quedaron ambos perfectos. Ahora que han pasado unos días no sé si volver con el disimulo de comprar una camisa o ropa interior para ver qué pasa. Ya veremos.