Mensajes que nada más comenzar a leerlos, te hacen dibujar una sonrisa en tus labios y sin pensarlo, respondes ilusionada y con la misma intensidad con la que los recibes.
No te puedes resistir, solo con la primera palabra ya sientes esa humedad entre tus piernas, separando solo una fina franja la imaginación de la realidad.
No puedes evitar pulsar la tecla de videollamada, para mostrarse mutuamente y así sucesivamente, hasta llegar a ese momento tan especial donde los dos cuerpos se funden sin ni siquiera tocarse, solo sentirse y "acariciarse".