Esto me ocurrió hace muchos años cuando era un pipiolo adolescente que tenía las hormonas muy revolucionadas.
En esa época yo tenía unos 17 años, era bastante deportista y siempre estaba metido en los pabellones, jugando fútbol, baloncesto, o viendo partidos de los más grandes e incluso luchando. Me encantaban los luchadores.
En la zona donde yo vivía había un luchador que era muy conocido en ese deporte. Un poco alocado a veces. Pero era muy bueno en lo suyo.
El era alto, fuerte, muy musculado, siempre estaba haciendo deporte. Le encantaba practicar pesas y jugar al fútbol. No tenía ni un pelo en el cuerpo y eso me encantaba. Siempre me gustaban los depilados o lampiños.
Pues una noche yo iba caminando hacia los campos de fútbol, y había que pasar por una zona que estaba bastante oscura. Yo no sé porque, pero me entraron unas ganas muy grandes de hacerme una paja. Y me senté en un borde de la acera y me la saqué por un lado del pantalón y empecé a hacerme la paja. La zona estaba oscura, pero aún así se veía algo, y cuando estaba ahí dándole, veía que venía alguien, pues tuve que parar y guardarme la polla que la tenía muy empalmada.
No me podía creer que fuera el mismo luchador que tanto me gustaba el que venía caminando, yo estaba sentado pero nos saludamos y estuvimos hablando. Me dijo que iba un rato a entrenar al gimnasio y yo le pregunté que no sabía que hubiera un gimnasio en los campos de fútbol.
El me preguntó si quería verlo y entrenar un rato juntos. Dios, no me podría creer que me estuviera diciendo eso. Le dije que si con la misma. Nos fuimos. Era un sábado, y claro no habría nadie.
Encima el gimnasio no tiene ventanas que den a la calle, más discreción todavía.
Pues nada que nos metimos a entrenar, y cuando llevamos un rato, hacia un calor horrible allí dentro. Se quitó la camisa y yo no podía dejar de mirarlo. Al final me la quité yo también. Estábamos muy sudados pero es que me daba igual. Yo no podía más de la calentura. Tenía la polla a punto de reventar, no sabía ni como ponérmela para que no se me notará. En una de esas me pidió que lo ayudara a hacer un ejercicio de pecho. Y le pregunté que como. El me dijo que me sentara encima de él y que cuando no pudiera lo ayudara a levantar la barra. Imagínense como estaba yo, sentado encima suya, con su polla rozándome el culo y la mía dura como una piedra.
Cuando terminó de hacer la serie, colocó las pesas en su sitio, yo todavía sentado encima de él. Se levantó y me agarró de la cintura, su cara quedó pegada a la mía. Y me soltó--creo que tienes algo muy duro ahí abajo. De verdad ya la calentura pudo conmigo, me agarré a su cuello y comencé a besarlo yo creo que como nunca he besado a nadie. El me agarró más fuerte abrazandome, yo entré en un frenesí, me volví loco. No podía creerme que esto estuviera pasándome.
En una de esas se levantó conmigo cogido en brazos, sin parar de besarnos, me preguntó si quería que fuéramos a las duchas. No me lo pensé dos veces, le dije que si. El cabrón fue conmigo cogido en brazos sin parar de besarnos.
Llegamos a las duchas que estaban en la puerta de al lado. Entramos, nos quitamos la ropa y nos metimos en las duchas, estuvimos un buen rato besandonos y tocándonos. Y luego de un rato asi, me acerque a su polla y me la meti en la boca, ufff que grande y que buena estaba. Estuve un buen rato mamándola, ver su cara de placer me ponía más perraco. Era la primera vez que yo mamaba una polla, pero creo que no lo había tan mal al ver su cara de placer. Luego de un rato, fue el, el que se puso a mamarmela a mí. Dios que sensación más rica para un chaval de 17 años. No quería que parara. Me corrí en su boca ya que no me dio tiempo de avisarle. El me dijo que no le importaba, le gustaba mi sabor. Se tragó mi semen. Se enjuago un poco la boca y volvió a besarme. Su polla seguía muy empalmada. Yo tenía miedo ya que si polla era bastante más grande que la mía. Pero lo único que quería era aprovechar la oportunidad. Y le pedí que si por favor me follara. El se asustó un poco. Porque sabía que yo era menor. Pero le insistí tanto que acepto.
Comenzó con los dedos, no me dolió con los dos primeros, el tercero ya empecé a sentir algo y aflojó un poco. Pero estaba tan cachondo que me dilaté enseguida.
Ya no pude más. Se sentó en uno de los bancos y yo me senté encima de él, mirándolo. Intenté meterme tu gran polla, le costó un poco, pero al final entro, ufff que gusto. Yo seguía en el cielo, sin creerme que fuera con él, mi primera vez con un tio. No podía dejar de cabalgar, no podíamos dejar de besarnos, si es verdad que para el tipo de deporte que el hacia, fue muy amable en todo momento.
Sentía tanto placer que me corrí encima de él sin tocarme. El, tardó un poco más pero se corrió muchísimo en su primera vez conmigo. Me soltó toda la leche dentro de mí y que rico se sentía. Le dije que no la sacara de momento, que estaba disfrutando mucho y que estuviéramos un rato más. En ese rato no paramos de besarnos. Me dijo que hacía tiempo que no disfrutaba tanto echando un polvo. Que esperaba que no fuera el último.
Luego de sacarla recuerdo que estuvimos un rato, duchandonos juntos, sobandonos en jabón, seguían los besos y los abrazos. Nos corrímos varias veces más.
Antes de abrir la puerta para salir. Me agarró entre sus brazos y me dijo que le encantaría que esto pasará muchas más veces, que quedará entre nosotros, y que aunque quedaramos con otras personas, los besos serían algo exclusivo entre nosotros sin nadie más.
Me dio un beso largo, salimos y cada uno tomo un rumbo diferente.
Si les digo después de esas vez, fueron muchísimas veces más. Casi éramos una pareja en la sombra jajaja
Yo no quedaba con nadie más y él tampoco. Nos pegamos años así. Sin que nadie se enterará.
Ahora ya no nos vemos porque yo tuve que salir del país. Y ya no vivimos cerca. Pero seguimos hablando igual. Estoy deseando verlo y el a mí. Para ser el uno para el otro otra vez.