La copa de vino que hizo perder mis sentidos...

Sujetabas una copa de vino entre esas manos que hacían perder mis sentidos. De repente, comenzaste a verter el líquido sobre mi vientre, recorriendo mi cuerpo hacia mi parte más ardiente.

Mis tetas quedaron desconsoladas deseosas también de ser mojadas, con la mezcla del vino y la humedad que me dabas. Tu boca dejaba entrever una lengua con ganas de lamer, una lengua juguetona que solo quería probar la piel de mi eterno ser.

Ignoraba todo sentimiento, no quería amor, solo sexo. Ese sexo que me hacía enloquecer cuando me tocabas con un ligero placer. Tu boca ávida se apresuraba hasta mis labios, que no podían dejar de sonreír solo de saber que me ibas a follar y sentir.

El vino mezclado con tu saliva solo conseguía hacerme enloquecer, tu mirada loca por poseerme me transformaba en lujuria, pasión y en mucho más que prefiero no dejar aparecer.

Mis ojos cada vez más brillosos te animaban a continuar el camino y llegar al destino. Ese destino ardiente y peligroso que solo tú podrás descubrir y vivir con plenitud.

Abría aún más mis piernas con tanta fuerza, que no podía parar de jadear. Mis gemidos se escuchaban cada vez con más instinto y mis gritos se hacían latentes, excitantes y corrompidos.

No pares, sigue, sigue follándome hasta que mis líquidos y flujos se conviertan en tu poderío.