Todos tenemos un "lado perverso", algo escondido, para sólo mostrarlo cuando realmente queremos.
Entonces, apareció él, ese ser desconocido que con su magia y poder, hizo que ese lado que mejor nadie quisiera ver, consiguió que apareciera en esos momentos de mucho desdén.
Descubrió en mí ese demonio que, por el momento, solo él conoce. Provocando una ausencia de límites cuando, sutil o salvajemente, entra en mí para no querer volver a salir.
Con su poder me hace volar y a la par, desear al infierno llegar.
Con su miembro que entre sus piernas está, nunca me puedo negar a sus órdenes, mandatos y posesiones que de su boca salen, dejando escapar. Siendo siempre su "juguete, " con que tanto se divierte, sin temor ni compasión, ni mucho menos, amor.
Un juguete lleno de morbo, a veces ángel y otras demonio. Y que sólo él, con su polla y con su ser, sacará lo que quiera cada día sin reparo y con mucho placer.
Besándome de pies a cabeza hasta llegar a poseer lo que siempre quiso, nada más ver.