-¿Alguien quiere desayunar? -Se oyó la voz de Rober.
-Hombre Rober, ¡qué susto me has dado!- contesté dándole un abrazo.
En ese momento, el joven que dormía sobre mi sofá se despertó con cara de sorpresa. -¿Qué hago aquí? ¿Dónde está mi ropa? Preguntó.
- Tú llegaste aquí conmigo chaval y en pelotas, el delantal es lo único que tenías cuando saliste del laberinto. Por cierto, este es Amari. - contestó Rober.
Jasón y yo saludamos a Amari que nos miraba entre tímido y preocupado.
-Tranquilo, desayuna y luego vemos cómo arreglamos el tema de tu ropa, le dije para calmarlo.
De camino hacia la mesa donde desayunaríamos pude ver el cuerpo de Amari, sin un ápice de grasa. Parecía haber sido esculpido y por supuesto, tenía también un número en la nalga izquierda, el 5.
Durante el desayuno, conversamos sobre la noche anterior. La idea de los números había sido de Rober y cada uno de los camareros llevaba un número impar marcado. Además, todos debían estar totalmente depilados.
-¡estás loco Rober! ¡Qué más dará la depilación para ser camareros!, y ¿Por qué números impares? Dije riendo.
-Pues porque el cuerpo luce mejor sin pelo, cuestión de gustos supongo. Y los chicos lo cumplieron, verdad? Levántate Adari para que te veamos bien! - pidió Rober.
Adari se quedó pensativo unos segundos, pero se puso en pie.
-Ves Pablo! No tiene ni un pelo en los huevos! Y contestándote a tu otra pregunta, eran números impares porque los pares eran para los invitados! - Rober no dejaba de reír.
-No seas Capuyo! Adari siéntate, no hace falta que le obedezcas. - contesté incómodo con la situación.
- En parte, si tiene que obedecerme Pablito! - Rober trató de imponerse.
- Bueno, creo que yo voy a vestirme y me marcho ya- dijo Jasón desviando la conversación.
- ¿Quieres que te lleve? Yo traje mi coche- dijo Rober.
- no gracias, cojo un taxi.
Despedí a Jason en la puerta y desvié mi mirada hacia la casa vecina. No parecía que se hubiera mudado nadie. El coche de Rober estaba aparcado a la izquierda y yo trataba de recuperar algo de la noche anterior, pues solo era capaz de visualizar la entrada al Laberinto.
Volví al interior de mi casa y escuché el sonido de la ducha. Era cierto que Rober y yo nos habíamos convertido en buenos colegas y teníamos confianza como para ducharse en mi casa o desayunar sin pedirme permiso. Pero el caso es que a veces se comportaba con mucha chulería y prepotencia. Entré y efectivamente Rober había ido a ducharse pero Adari lo había acompañado.
Subí las escaleras hasta mi habitación y justo a la derecha quedaba el baño donde se estaba duchando. Me acerqué y pude ver cómo Robert enjabonaba el cuerpo de Adari.
El chico se dejaba y no parecía estarlo pasando mal así que comencé a hacer mi cama para después ir a la farmacia, necesitaba algo que me quitara este terrible dolor de cabeza. Minutos después Rober salió de la ducha visiblemente excitado. -¿Puedes prestarle al chico algo de ropa? -preguntó Rober.
-Si claro, ven Adari, ponte este pantalón y camiseta- le respondí.
-Yo lo llevo a la casa y que me de la ropa para devolvértela- se apresuró a decir Rober.
Adari por su parte no hablaba mucho, cogió la ropa y comenzó a vestirse. Con la camiseta no tuvo problemas pero el pantalón le costaba subirlo tanto por su voluptuoso culo. Además, no pude prestarle ropa interior porque yo no solía llevar y tampoco le serviría.
Ambos se despidieron y salieron de casa. Yo me vestí y escuché de nuevo aquel sonido que comenzaba a ponerme nervioso.
-¡Qué coño será eso! - me pregunté en voz alta.
El estruendo metálico parecía que estábamos en los camarotes inferiores de un barco donde, debido al golpe de las olas, suena de forma parecida.
Me dirigí a la entrada de casa para ir a la farmacia, pues podía hacerlo caminando, cuando me sorprendió ver el coche de Rober tal y como lo había dejado la noche anterior, sin rastro de mi amigo ni de Adari.
fotografoycuidad | 09/01/2024 20:09
Mañana pondré la continuación