Cada mañana siento un deseo diferente, pero todos ellos me llevan hacia ti.
Cada madrugada mi adicción crece, una adicción por tu sabor, tu olor y tu calor.
Cada noche mi humedad aumenta, imaginando tus besos traviesos y la atracción de tus partes.
Cada mañana mis pensamientos se convierten en pervertidos, mi apetito se convierte en voraz, tu cuerpo en un deseo difícil de controlar.
Cada madrugada te espero ansiosa con un simple hola o con un silencio intencionado, deseando sentir ese placer doloroso que al mismo tiempo me mata y me hace sucumbir.
Cada noche deseo correrme en tu boca para después, sentirte dentro como si fuera la última vez que me fueras a poseer, a tener y a enamorar para jamás olvidar.