Casualidad...

Nos vimos de casualidad, nada más encontrarnos nuestras miradas se cruzaron. Una vez se cruzaron ya no se olvidaron, nos deseamos con fuerza anhelando juntar nuestros cuerpos, estar piel con piel sobre aquellas sábanas blancas de aquel hotel, con el que una vez soñé. 

Una embestida, un gemido seguido por el siguiente, dos almas deseosas de ser amadas y entregadas a placeres, éxtasis y a todo lo que nuestras mentes perversas y ardientes pudieran imaginar.

Hacía mucho calor, la luna también estaba excitada igual que nosotros, brillaba como nunca, el sudor recorría cada parte de nuestros ardientes cuerpos, nos invadía la locura, nos encantaba estar así...

Mis caderas bailaban sobre él una danza suave y salvaje a la vez, haciendo que su sexo y su mente volaran hacia lo más alto, donde quizás nadie pudiera alcanzar. 

Había mucha lujuria, había mucha pasión, me descontrolaba de deseo, mi mano intentaba alcanzar su miembro.

Todo terminó, fue intenso, rápido y fugaz. Cada uno de nosotros, a pesar de estar abrazados resurgiendo del éxtasis emanado, cada uno se encontraba en un espacio diferente, él anhelando lo que tanto engañó, yo pensando en lo mucho que lo amé y volvería a hacer. 

Nos despedimos con un sutil beso en los labios, nunca pensé que sería la última vez que lo fuese a ver. 

Al día siguiente se despidió con un "no puedo más, esto me está volviendo loco, no esperaba conocer a alguien como tú y mucho menos desear tanto como si de una droga se tratara". 

Cada beso que nos dábamos no era simplemente eso, siempre fue algo más, nunca se quedaba ahí, siempre invitaba y nos llevaba a otro lugar. 

Tanto era así que nuestros labios no paraban de arder y nuestras lenguas de enloquecer, mientras él deseaba con tanta pasión, también sentía culpabilidad por sentir aquello con tanta atracción. Ella disfrutaba de cada segundo que le regalaba la vida y al que no pensaba renunciar, ni por el más grande tesoro que le pudieran ofrecer.

Pero de repente, todo terminó. La cordura llegó, la locura se esfumó, y él desapareció de tan excitante historia de sexo y de amor.