El repartidor

Se que mi relato es bastante típico. pero a veces ocurren estas cosas. Empezaré diciendo que desde hace un año, contraté un servicio de aguas a domicilio. Y la verdad que me va bien. Es muy práctico. Hasta ahora he conocido a varios repartidores. No se demoran mucho en la entrega, pues tienen trabajo y ningún motivo para ello. Pero uno de los meses llegó un moreno muy simpático y sociable. Y a partir de ese día sólo venía él a hacer la entrega. Uno de los dias me pilló recién levantada.Yo acababa de despertarme y apenas me habia lavado la cara y los dientes cuando le abrí la puerta. Me preguntó donde me ponia las tres botellas de 20 litros que solía dejar y yo normalmente le decía que en la misma puerta. Pero aquel día tenía ganas de recrearme la vista y le dije que por favor, las dejara en la cocina, que tampoco era mucho trabajo y a él se le veian unos brazos fuertes, como me gustaban. No tendria mas de 35 años, y una bonita sonrisa contagiosa. Dejó las botellas mientras yo lo contemplaba disimuladamente. Pasó el lector de qr rapidamente por las botellas y me miró sonriendo. Como diciendo "ya está" y me solía tocar el brazo, cosa que no era muy normal, teniendo en cuenta que no lo conocía y que era un repartidor. Ese día me tocó apenas, pero yo me moví y en vez del brazo, me rozó un pecho. Me miró sonriendo algo apurado, y yo le devolví la sonrisa como diciendo "no pasa nada". Parece que aquel chico estaba esperando una miníma señal para acercarse a mi con otros propósitos. Dejo el lector sobre la encimera sin dejar de mirarme, ahora mas serio. Como buscando mi aprobación. Y colocando su mano en mi brazo acercó su boca a la mia. Mi reacción fue de corresponderle, así que se acercó mas y se abrazó a mi besándome con suavidad y de forma que me hizo temblar las piernas. Era alto y con un cuerpo tirando a normal. Pero es justo como me gustan. Nos besamos largo rato. Hasta que yo me separé y lo cogí de la mano para conducirlo hasta mi habitación. Antes de llegar volvió a besarme, no sin pasar sus ávidas manos por mis pechos y por todo mi cuerpo. Me subió la camiseta y hábilmente me desabrochó el sujetador. Yo lo arrastré hasta mi cama y empecé a desnudarlo. Olía de maravilla. Se notaba que era su primera casa y aun no había sudado nada. Recorrí su pecho con mis manos, y su pene encima del pantalon del uniforme. Aquello prometía. Estaba ya bastante duro y soltó un suspiro cuando metí mi mano dentro. Se bajó los pantalones y me echó hacia atrás en la cama. Besando mis pechos como si no hubiera un mañana. Bajó despacio hasta mi coño que ya estaba bastante húmedo y hundió su cara en él. Parecía que leía mis pensamientos. suavemente lo degustó con su lengua como si de un helado se tratara. Estuvo así un buen rato y yo empecé a gemir con bastante intensidad. Pero él no paraba y al mismo tiempo me tocaba las tetas sin cesar. Volvió a subir y las lamió de nuevo sin dejar de susurrar "que ricas" y volvía a bajar a mi entrepierna deseoso de que me corriera. O eso pensaba yo. se puso de pie al rato. se terminó de quitar los pantalones y yo me senté al borde de la cama ya bastante cachonda. Aquella polla era una delicia. Ni demasiado grande ni demasiado pequeña. En su justa medida. Lo masturbé un minuto y me la metí en la boca. Deseosa de hacerlo disfrutar. Lo miré sin dejar de lamer y vi su cara de placer. Con los ojos cerrados y mordiéndose el labio. No esperó mucho. Me dió la vuelta y me puso a cuatro patas, que aunque no es de mis favoritas, si estoy muy cachonda, la disfruto bastante. En ese instante le rogué que parara. Así lo hizo, y le dije que abriera un cajon de la cómoda que alli habían condones. Se puso uno y empezó a penetrarme despacio primero, como temiendo hacerme daño. Pero yo ya no podía mas. Me puse cómoda y dejé que me follara de lo lindo. Según empezó despacio primero para luego seguir mas deprisa. Y luego aflojar de nuevo. Estuvo así un buen rato. Yo me acariciaba el clítoris y me corri un rato antes que él. Pues toda aquella situación me había puesto a mil. Pero tampoco tardó mucho. Tuvo la delicadeza de preguntarme si me había corrido y al decirle que sí, me informó que el haria lo propio en breve. Y así fué, según aceleró, al poco noté que gemía algo más fuerte. (Como me encanta cuando un hombre gime) Se paró y se quedó unos segundos sin moverse. Se retiró despacio y yo me tiré sobre la cama exhauta. Me dí la vuelta y vi que se estaba quitando el condón y que había recuperado su bonita sonrisa. le ofrecí toallitas humedas y con las mismas se vistió. Lo acompañe a la puerta. Me miró y me dió un suave beso en los labios. Yo suspiré y le dije adiós sin mas charla. Salió y de momento no lo he vuelto a ver. Espero con ansias que el próximo mes sea él de nuevo, el que me traiga el agua. Tengo el presentimiento de que así será