El placer de salir a caminar por la noche

Ocurrió hace unas semanas, ese día estaba peleado con el mundo, llevaba una racha que todo me salía mal, y la ansiedad me estaba matando, así que decidí salir a caminar, me puse lo primero que pille, y aunque era de noche no quería irme a la cama sin quemar algo de mal humor.  Llegue al extenso paseo de siempre y me puse a caminar, casi nadie, lógico eran casi las once de la noche y entre semana. Si me estaba cruzando con un fulano que cuando estaba a mi altura me sonreía, a pesar de que el si estaba corriendo, la verdad tenía la cabeza en ebullición y no hice mucho caso.
Entre pensamientos me asalta una alarma, tenía unas irremediables ganas de orinar y la verdad que no era cuestión de ponerse a orinar en los parterres del paseo, pensé en bajar a la playa debajo del paseo, pero recordé de un comentario de un conocido que había unos baños que en ocasiones se dejaban abiertos y decidí apurar la marcha y ver si tenía suerte.
Justo cuando llegaba a la rampa para descender en busca de la suerte en forma de baños, el hombre aquel volvía a cruzarse conmigo y era inevitable antes de empezar a bajar. En el encuentro el me mira me sonríe y le devuelvo la sonrisa. Sin pensar más me presto a bajar indago y encuentro la entrada a los baños, y gran suerte no habían cerrado los mismo, lo cual me tranquilizo. En medio del alivio urinario siento como que alguien accede a los baños y era aquel hombre, que me sonríe y se pone en el urinario contiguo al mío.
Jadeante del esfuerzo del deporte, me saluda, me sonríe y saca su polla para aliviarse, buena polla todo hay que decirlo. Como los baños no son muy grandes siento su cercanía, bastante, casi que nos tocamos y la verdad no sé cómo reaccionar. noto como que termina y se sigue agitando el pene, lo miro y me sonríe mientras se la sigue meneando, instintivamente hago lo mismo.
El se acerca a mí, todo sudoroso y con mucha calma me retira la mano y me coge la polla y me la menea, a lo que yo correspondo de igual manera.  Ya casi nos pegamos cuerpo a cuerpo y nos empezamos a comer la boca con ganas, como con prisas, mientras nos meneábamos las pollas despacio. Sigo sin saber cómo controlar la situación y me dejo llevar por la situación. En un determinado momento, me termina de bajar el pantalón y se agacha a chuparme la polla, que delicia de mamada me estaba dando, tuve que pararlo pues sentía que me corria a la voz de ya. Obviamente le correspondí con una mamada lo mejor que pude, aunque creo que no estuve a su altura. Creo que cuando sintió que se iba dejo de acariciarme el pelo y me incorporó para seguir frotándonos los cuerpos casi desnudos e impregnándonos del sudor de ambos. Tenía  un cuerpo duro, tanto como la pollas, amasar sus nalgas era una tarea placentera, que culo tenia, incluso jugamos a tocarnos los ojetes con los dedos, que placer, yo soy gordete pero el parecía disfrutar mientras me metía mano por donde le apetecía, todo en el era terso, que gusto toquetear ese cuerpo, aunque fuera a la prisa. Buuf la polla ya me pedía una corrida y creo que la suya también, así que  el volvió a agacharse y darme una chupaditas mientras me la meneaba, hasta que ya no pude mas y me corrí entre su cara y su pecho, casi me desmayo. Acto seguido le hice la misma maniobra y creo que sus gemidos se oyeron en frente en el puerto, mientras su corrida muy abundante, no solo rego mi cara sino parte de las paredes del baño.
Exhaustos, nos limpiamos un poco con el escaso papel higiénico que allí quedaba, nos recompusimos la ropa, y tras desearnos suerte y buenas noches cada uno siguió su camino. En el mío sentía su sudor confundido con el mío, y su olor. Tras ducharme y acostarme por encima de la cama, con el recuerdo en la mente y en relax en el cuerpo, el final del día me pareció que las tragedias que me agobiaban la mente no eran para tanto y le di opción al sueño de que me abrazara.