Estaba una tarde de compras por la calle Castillo, entré en una tienda y mientras miraba la ropa me fijé como otro chico algo más joven que yo me miraba, por un momento pensé que era cosa mía, pero se acercaba y hacía como que también miraba pero no; como que me buscaba con la mirada. Así que decido irme a ver si solo son imaginaciones mías o ver qué está pasando. Decido entrar en otra tienda y veo que al poco entra también, sigo mirando ropa y fugazmente me lanza una sonrisa, entro en un probador (con cortina) a probarme un pantalón a ver si se atreve a entrar o no; en parte me estaba poniendo muy nervioso porque no tenía claro si buscaba tema, o solo era un pesado o peor aún, un obseso. Veo que se acerca y se mete en el probador de al lado con alguna prenda. Como no me terminaba de gustar el pantalón que me estaba probando, salgo del probador despacio y haciendo un poco de ruido para que me oiga mientras pensaba ¿qué hago yo provocando? Veo que no tarda en salir y me sigue por la calle a una distancia prudencial.
Decido ir a la plaza del Chicharro porque suele haber gente y además ¡bingo! también había policía, así que ya me siento más seguro, me quedo en un sitio tranquilo y veo que el otro chico se para y me mira, decido ir hasta donde está él y le saludo con un hola. Enseguida me responde con otro hola, mientras me dice: espero no haberte incomodado mucho, es que te vi y me gustaste, pero no tengo claro si entiendes o no. En eso veo que uno de los policías nos mira sin dar mayor importancia, como quien controla que todo esté en orden. Le respondo que sí, que también me parece atractivo. A lo que me pregunta si me apetece tomar algo, le respondo que por mi parte sin problema mientras miro su paquete. También podemos ir a mi casa si quieres, vivo cerca en El Toscal. Vamos a tu casa, le dije. Estamos a cinco minutos, me responde. Por el camino vamos hablando sobre la situación y se le nota avergonzado, disculpa si te he hecho sentir mal. Ahí ya voy cogiendo confianza y me voy soltando.
Llegamos a su casa y me ofreció algo de beber, seguimos con una conversación sin más hasta que me acerco a él y me besa, me quito el polo que llevaba puesto y él se quita su camiseta, me suelto las zapatillas y me bajo el pantalón quedándome en calzoncillos, él también se descalza y se baja el pantalón dejando ver un suspensorio blanco con una enorme mancha de líquido preseminal, nos seguimos besando mientras le pellizco los pezones y agarro sus nalgas cachetudas. Sigo bajando por su pecho hasta llegar a su paquete y pasarle la lengua en la zona más húmeda. Él también se da cuenta que mi calzoncillo está manchado de mi líquido preseminal y le pasa la lengua, mete sus manos dentro de mi calzoncillo y me lo baja dándome un primer lametón a mi glande. Me lleva de la mano al dormitorio, nos quitamos los calcetines, le meto mano bajo el suspensorio y se lo quito, estábamos los dos muy húmedos.
Estuvimos un buen rato mamando nuestras pollas, y todo nuestro cuerpo, su polla se rozaba entre mis nalgas y la mía entre las suyas. Sudábamos muchísimo y nuestros cuerpos empapados de sudor todavía nos pedían más hasta que me tumbó boca arriba, me empujó las piernas hacia los hombros y me hizo la mejor comida de huevos que jamás me hayan hecho, hasta el punto que me corrí y casi no le da tiempo de metérsela en la boca para quedarse con mi corrida. Enseguida se corrió sobre mi pecho mientras su leche surcaba todo mi cuerpo. Nos limpiamos, nos tumbamos en la cama, con nuestras pollas flácidas nos seguíamos metiendo mano mientras hablábamos. Así estuvimos un buen rato con nuestros cuerpos sudados y pegajosos, sin ganas de separarnos.
Me dijo si me quería duchar y le dije si se duchaba conmigo, le faltó tiempo para meterse en la ducha, nos jabonamos todo el cuerpo el uno al otro y tras secarnos volvimos a la cama. Nos besábamos, nos abrazábamos y nos empezamos a empalmar de nuevo, empezamos a masturbarnos sentándose sobre mí, juntó nuestras pollas y empezó a masturbarlas, sudábamos de nuevo como pollos, me atraía muchísimo el olor que desprendíamos, me mordía los pezones con mucha suavidad. Y nos corrimos sobre mi pubis, no podía parar de coger sus nalgas, tenía un culito precioso. Nos volvimos a limpiar, nos abrazamos en su cama y nos dormimos.
Cuando me desperté en su cama abrazado a su pecho con mi polla entre sus nalgas ya había amanecido, estaba saliendo el sol que se colaba por su ventana. Al ver que me movía también se despertó, nos miramos y nos besamos. Llevé nuestra ropa a su dormitorio, mientras me miraba con cara deseo, me cogió y me devolvió a la cama. Antes me dijo que hay que terminar lo que acabábamos empezar, mientras miraba nuestras pollas que se comenzaban a alegrar de nuevo. Y volvimos a comernos las pollas hasta corrernos de nuevo . Cogí su suspensorio y me lo llevé hasta mi cara para olerlo, como me ponía, me puse el pantalón sin el calzoncillo y le pregunté si me lo podía quedar, te lo presto si me dejas tu calzoncillo, pero póntelo. Me quité el pantalón, me puse su suspensorio y él mi calzoncillo, nunca me había puesto uno y no me desagradó; nos besamos, me terminé de vestir, nos dimos los teléfonos y quedamos en devolvernos su suspensorio y mis calzoncillos, pero reconozco que me apetece tener su suspensorio y además me gusta mucho vérmelo puesto.
discr-tfe | 05/07/2024 07:40
Muchas gracias