A través de un grupo que hay en esta página contacté con una persona para hacernos un intercambio de ropa interior, no tenía muy claro que iba a salir de aquello, pero me daba muchísimo morbo ponerme el calzoncillo de otro y viceversa. Enseguida comenzamos a hablar y conectamos, mantuvimos una conversación animada y picante sobre nuestros gustos en calzoncillos.
Decidimos quedar un día simplemente para tomarnos una caña y planear dónde podríamos hacer este intercambio que tanto morbo nos daba a los dos. Mantuvimos una buena conversación sobre gustos, colores y qué tipo de calzoncillo nos gustaba a cada uno, hablamos incluso el grado de limpieza (nada de falta de higiene), a los dos nos encantaban los slips, así que perfecto.
En los siguientes días no hablamos mucho y pensé que se iba a enfriar el tema pero una noche empezamos a hablar de nuevo más animadamente de donde lo podríamos hacer. Nos estuvimos mandando fotografías de los slips, a ver cuál nos ponía más a cada uno. Finalmente decidimos dónde lo íbamos a hacer y como. El llevaría un Calvin Klein de microfibra en color verde muy ajustado que a mí me encantaba. Por mi parte iba a llevar otro Calvin Klein de algodón en azul que le gustó mucho.
Nos fuimos a una tienda de ropa que tiene los probadores con puerta y pestillo, aprovechamos el principio de las rebajas para que hubiese gente y pasar lo más desapercibidos posible con los dependientes y no se fijasen en nosotros. Para disimular el otro chico había cogido tres pantalones y una camisa para probárselos, ya sabía el pantalón que se iba a comprar porque ya lo había visto días antes. Entramos los dos en el probador, cerramos la puerta, nos dimos un morreo, el otro chico se quitó su camiseta y las bermudas. Yo empecé a hacer lo mismo mientras veía como le crecía el paquete dentro de su slip. Cuando yo me quedé calzoncillos, se quitó el suyo y me lo tiró a la cara con una sonrisa pícara, se notaba que estaba limpio de llevar puesto poco tiempo, que delicioso olor a limpieza y a hombre, estaba empalmado, así que yo también me desnudé y le lance el mío, lo olió y al momento le tenía mamando de mi polla mientras yo le cogía el culo redondito que tenía dentro de aquel probador y nosotros sin hacer nada de ruido, tan solo un pruébate el otro pantalón a ver qué tal, sí sí el pantalón.
Enseguida se la comí yo a él apenas nada, con aquel montón de gente nos iban a pillar, así que nos pusimos el calzoncillo del otro, nos vestimos y fuimos a caja para pagar el pantalón que él se llevaba.
Después nos fuimos en su coche a un lugar tranquilo, nos desnudamos con más tranquilidad; se me hacía raro verle con mi slip y su líquido preseminal, por su cara creo que a él también le pasaba también lo mismo, así que nos reímos. Empezamos a pellizcarnos nuestros pezones, a tocarnos el culo y a besarnos mientras sudábamos por el calor. Con el calentón que teníamos le faltó tiempo para mamar mi polla, yo disfrutaba como nunca, al momento intercambiamos los papeles y comencé a mamar la suya, tenía unos huevos y una polla tan suaves y deliciosos, como si nunca hubiese tenido vello en sus genitales.
Nos corrimos, nos quedamos un rato tranquilos acariciándonos y nos pusimos el slip del otro en nuestra cabeza, aún estaban húmedos por el precum, nos vestimos cada uno con el slip del otro, ese era el trato; y nos marchamos. Jamás pensé que un intercambio de calzoncillos pudiese generar tanto morbo. Me encantaría volver a repetir la experiencia otra vez. ¿Alguien se apunta?
discr-tfe | 03/08/2024 07:55
Cuando tú quieras 😜