Esto me paso hace unos días en el tranvía en Tenerife, me subí para bajar de la Laguna al intercambiador, en las primeras paradas iba vacio a pesar de ser media mañana ya, y se me sentó una señora mayor al lado, hasta que empezando Santa Cruz se bajo y se me sentó al lado un chico joven que como casi todos íbamos en pantalón corto o bermudas, pues hacía calor y mucho más en Santa Cruz. Con el tiempo nuestros muslos se fueron juntando y por el sudor hasta pegándose, cuando me di cuenta, pues iba concentrado en lo que baja a solucionar, me dio corte pero el haciéndose el sueco no hizo nada y me dio corte retirarme. En un determinado momento el hizo por tocarse la rodilla y obviamente toco lo mia, a lo que yo no me di por aludido, pero mirando al cristal sonreí, y se que me vio. Al llegar al intercambiador, nos bajamos y yo deje aquello en una anécdota y fui rumbo a donde iba, pero tenía previsto para evitar el calor reinante cruzar por los centros comerciales para aprovechar el aire acondicionado. En esas entro en unos famosos almacenes y el repelús del aire me da ganas de orinar y subo a una de las primeras plantas que suelen estar casi vacías en el baño de los hombres para orinar. Junto cuando estaba por terminar entra en el baño el chaval que bajo en el tranvía conmigo y en silencio como quien no quiere la cosa, entra en el baño se pone a mi lado y me agarra la polla que acababa de terminar, me la sacude y con suavidad tira de mi hacia uno de los reservados. Se sienta en el retrete y empieza a darme una mamada espectacular, aunque no hay mucho espacio y estaba en una pose algo forzada, logro disfrutar de aquella mamada a calzón bajado y mientras me la chupaba y jugaba con su lengua y mi polla me apretaba las nalgas y yo su cabeza, y aquello era mucho y me corrí antes de lo esperado quedando con los pies temblando. El que seguía en silencio, se levanto, escupió en el lavamanos se enjuago la boca y se viro hacia mí me dedico una sonrisa y se fue, dejándome sentado en el retrete, con los pantalones bajos, después de correrme intentando recuperar el aliento y pensando si lo sucedido era verdad o lo había soñado. Tarde unos minutos en recuperar el tino y al final solucionar el asunto motivo de mi viaje en tranvía. Al subir iba pensativo y con las alarmas puestas, pero no paso nada, como era de esperar.