Fóllala tan fuerte que todo se vuelva silencioso

Se desabrocha la blusa y se pregunta si se está moviendo demasiado lento. Tal vez no sea sexy y parece que se le da mal desvestirse. Así que se mueve más rápido y ahora se siente demasiado rápida, así que vuelve a disminuir la velocidad. De repente, tiene miedo de parecer una loca con los botones. Y él le agarra las manos y las saca de su camisa. Desabrocha los dos últimos botones y extiende la tela de su blusa como si estuviera abriendo un par de puertas francesas. El aire fresco de la habitación le recorre el estómago y le recorre escalofríos por la columna.

No lo mira a pesar de que puede sentir que él quiere que lo haga. Tiene ojos de color marrón oscuro y sus pupilas son como rocas de volcán. Ella los tiene memorizados porque siempre intenta averiguar qué está pensando. Pero él nunca da pistas. En todo caso, actúa intencionalmente como si estuviera pensando en algo cuando está pensando en otra cosa.

Deslizando los dedos por debajo del cuello de su camisa, le quita la camisa de los hombros. Se desliza por sus brazos y cae al suelo. Ella no sabe si quiere que sea suave o brusco. Cree que quiere que la golpee y luego la bese inmediatamente después, o tal vez sea al revés. O tal vez quiere tenerlo en su boca antes de que la folle. En el momento en que decide que hará lo contrario, intenta mantener su mente en blanco, pero en cambio, está llena.

Él mueve su mano hacia su garganta, y en el instante en que su agarre se aprieta, todo el ruido se desvanece. Su pulgar y sus dedos masajean su suave carne, y cuando ella traga, el trago lucha por superar la presión. Violentamente, él gira su cuerpo para que su espalda esté contra su pecho y ella esté de cara a la pared. Ella levanta las manos y se prepara. Él nunca suelta su cuello, apretándolo mientras tira de sus bragas hacia abajo alrededor de sus muslos. Él escupe con desdén en su palma y, momentos después, sus dedos húmedos están dentro de ella. Ella jadea, pero empuja su cuerpo contra él y él empuja sus dedos más profundamente dentro de ella, prácticamente levantándole los pies del suelo.

Aunque no se siente bien en su coño, le gusta que él no pueda controlarse, que necesite manejarla como si ella lo hubiera lastimado y ahora quiera recibir su libra de carne.

Él no pierde tiempo en frotar su polla sobre su humedad. La fuerza y empuja su cuerpo hacia adelante hasta que su mejilla se aplasta contra la pared. El yeso está frío sobre su piel sobrecalentada. Y él empuja y gruñe. La estira. Aprieta su garganta con más violencia. Cada vez que su cuerpo choca contra ella, ella se inclina hacia él. Y la fricción aumenta. Al principio, ella gime para hacerle saber que lo desea, pero pronto gime porque no puede evitarlo.

Cuando él está completamente dentro, es como si ella lo tuviera todo. Y cuando él se aleja, hay un momento en el que ella teme perderlo todo. Esto continúa una y otra vez, sintiéndose llena y con miedo de estar vacía y con su mano apretando su yugular cada vez más fuerte; la sangre lucha por llegar a su cerebro y cada vez respira más trabajosa. Abre los ojos de golpe y mira a la nada, contemplando la confusión de la inconsciencia. Se desliza más profundamente bajo su control, incapaz de detenerlo, incapaz de evitar desearlo, consintiendo sus oscuros caprichos. Ella no es más que un recipiente para su placer.

Cuanto más agresivamente la folla, más gruñe: un sudor salado gotea de su frente sobre su espalda y se desliza por su piel como las primeras gotas de una ducha caliente. Sus párpados revolotean y no está segura de si están abiertos o si está alucinando. Brillantes destellos de luz aparecen y desaparecen, y cree que se queda sin fuerzas. Ella cree que él la está sosteniendo y cogiéndola como a una muñeca de trapo sin alma. Cuando vuelve en sí, hay una explosión dentro de su coño y una sensación de calor cae sobre ella. Él está jadeando y su aliento quema. Todavía está descargándose y el líquido se está filtrando a su alrededor. Y ella espera que él no se retire. Espera que se quede quieto todo el tiempo que pueda y que esta sensación de estar lleno nunca desaparezca.