Joder, como me pone esta mujer. Tiene exactamente todo lo que me pierde del cuerpo de una hembra. Si, veo una hembra, fértil, con esas curvas naturales, la manera en que su ropa se ajusta a ellas. Ese peinado de mujer decente, y la elegancia con que luce esas gafas. Manos de secretaria, uñas impolutas, yemas hechas para tocar pollas.
Tiene unas piernas como las que me encantan, de tobillo ancho. Y al final de ellas, esos piés. Puedo pasarme horas observándolos, oliendolos, lamiendolos, metiendo mi lengua en medio de cada dedo. Ese olor que solo tienen los piés. Ese aroma que se adhiere a mis fosas nasales embriagándome. Me los restriego por la cara, mi barba les hace cosquillas, lo se por su reflejo y el corte en su respiración. Veo su entrepierna y empieza a brillar, empieza a emanar su savia.
Mi polla está a punto de reventar.
Cuando vuelvo en mí, después de ese trance, recuerdo que en realidad ella está luchando por soltarse de las bridas con las que he atado sus tobillos (anchos), y también sus muñecas detrás de su espalda. Sus uñas (impolutas), intentan arañar, pero sólo consiguen tocar el vacío. Su peinado ya no es tan elegante, está despeinada y humedecida por el sudor de la lucha.
Pero su coño brilla, y sus ojos están negros, su boca también está húmeda. Lo sé por qué la hago creer que puede morderme, pero soy más rápido que su mandíbula, y si pongo dos dedos es incapaz de hacer presión, entonces me dan ganas de reírme.
Pero recuerdo que en realidad, ella está luchando por soltarse.
De nuevo sus pies, esa suavidad me vuelve a llamar, los veo agitados, puedo ver la fuerza con la que intenta soltarse, me asombra su persistencia.
Entonces me posicionó atrás, y me meto la punta de su pie izquierdo en la boca. Me lo quiero comer. Que bien sabe. Y alargo mi mano meto dos dedos es ese coño fluorescente, noto esa cálida humedad, y no puedo evitar llevar mis dedos y untar ese flujo en estos dedos blandos, intento dejar toda esa miel en mi comida podal.
Entonces cuando vuelvo a meter mis dedos en ese precioso folladero, y vuelvo a meter ese pie de zorra en mi boca, al notar esos jugos de puta en mi lengua, siento que me voy a correr, y de repente ella deja de luchar. Veo que sus pies me piden que los riegue, y como autómata, empiezo a masturbarme, y en menos de 5 segundos, empiezo a eyacular sobre esos pies, ambas plantas quedan cubiertas por mi semen, y no puedo evitar juntarlos y meter mi polla entre ellos y frotarme con sus pies.
De repente la veo retorcerse, pero ya no por luchar, esta vez es de rendición.
Entonces es cuando caigo en que era dómina. Era
dclxvi | 03/09/2024 10:18
Gracias