Sorpresa de domingo

Sorpresa de domingo

Había pasado un tiempo desde la última vez que disfrutaron de una noche de esas que se quedan en la retina y en la mente para siempre. Habían vuelto a hablar en alguna ocasión pero sus vidas tenían rumbos distintos y no profundizaban demasiado en temas personales, especialmente porque él era bastante reservado con sus cosas. Sin embargo, la última vez que charlaron, estuvo un poco más elocuente de lo habitual, y le contó que llevaba una temporada trabajando fuera de la isla en la construcción de una obra. Estaba apurando el tiempo para finalizar el proyecto lo antes posible, así que pasaba muchas horas allí entre herramientas, bloques y cemento. Un trabajo duro que había moldeado perfectamente su cuerpo, unos brazos definidos, espaldas anchas y piernas torneadas que también hacían honor a su etapa como jugador de fútbol. Era de esos tíos que envejecen con mucha fortuna, como los buenos vinos.

Con él las conversaciones se sucedían de la manera más inesperada y aunque pasara el tiempo, siempre recordaban su noche de sexo y pasión salpicada de anécdotas. El viernes habían estado hablando hasta tarde, la conversación se había puesto de lo más caliente e interesante. Tenían una facilidad increíble de excitarse juntos y acabar masturbándose al otro lado de la pantalla, por separado pero dedicándose unos orgasmos intensos y extraordinariamente placenteros. Aún así la fantasía y el morbo de volver a estar piel con piel, no dejaba de rondar sus cabezas. Esa noche, después de un orgasmo largo seguido de uno más corto pero igual de intenso, decidió que la próxima vez sería su polla la que estuviera dentro de ella. Hora y media de travesía los separaba, no era tan complicado poder darle una sorpresa. El aún no lo sabía, pero se la iba a volver follar como tantas veces le había descrito en sus mensajes y audios. Sólo que ahora sería aún mejor, porque ya conocían detalles el uno del otro, que no manejaron en su primera cita.

Se levantó muy temprano el domingo, solo deseaba que el mar estuviera más en calma que sus nervios, al pensar en lo que se disponía a hacer. No se consideraba una mujer excesivamente arriesgada, pero si lo suficientemente morbosa como para saltarse sus propias normas y vivir una experiencia que terminas recordando hasta el final de tus días. Se puso un vestido elástico ceñido, de color azul intenso que dejaba ver sus piernas bronceadas y que había seleccionado la noche anterior, quería ir guapa pero cómoda, con un atuendo práctico, para que le resultara igual de fácil quitárselo que ponérselo. Sacó un tanga muy sencillo del cajón de la ropa interior, sólo tres tiras finas sujetaban un triángulo de tela de color rojo satinado. Sabía que aquel tanga lo iba a volver loco porque se lo había mostrado en alguno de sus encuentros virtuales y sus ojos lo decían todo. Unas sandalias planas para poder moverse sin dificultad, un bolso en el que no olvidó guardar uno de sus juguetes favoritos, porque nunca se sabe en qué momento puede hacer falta calmar la ansiedad de un clítoris deseoso de ser masturbado. Se recogió el pelo en una coleta alta, dejando algunos rizos al aire, sabiendo que serviría de punto de agarre cuando él estuviera embistiéndola desde atrás. Lo tenia todo planeado, estudiado, pero él no lo sabía.

En 20 minutos había llegado al muelle y en media hora embarcaría para encontrarse con él, que ni en sus mejores fantasías podría imaginar lo que le esperaba en aquella obra, un domingo de agosto caluroso, entre escombros, bidones de pintura y polvo por todas partes, pero nada comparado con el polvazo que ella iba dispuesta a proporcionarle.
Una vez el ferry comenzó su travesía, le escribió para saber cómo llevaba la jornada, y de paso, corroborar la información que necesitaba para llegar sin complicaciones a la obra, sin que él sospechara nada. Estaba relajado, sólo unos compañeros habían aceptado trabajar en domingo, así que prácticamente estaba solo, a sus anchas, aquello era grande y cada uno estaba realizando su propia faena, sin capataces observando ni dando indicaciones. Tanto era así, que empezó a jugar con la situación, quería ir calentando el ambiente para que el encuentro fuera aún más brutal. A él no le costaba mucho excitarse cuando ella tocaba la tecla exacta y ver cómo su polla respondía a sus insinuaciones, la volvía loca de satisfacción.

Comenzó a decirle que el domingo se presentaba calentito, que se había levantado con ganas de una buena follada porque tenía uno de esos días en los que su sexo iba por libre, descontrolado buscando placer. Furtivamente le envió una foto de su escote en la que se apreciaban unos pezones prominentes y un canalillo donde podía perderse la mirada, como texto simplemente:-"estoy deseando sentir el calor de tu boca chupándome las tetas y que me aprietes contra ti"-. Automáticamente notó cómo su polla daba un bandazo, despertando de la resaca con ganas de seguir de fiesta. Se la agarró por encima del pantalón deportivo que llevaba, la fina tela le permitía una buena sujeción y su dureza se hizo aún más notoria. Otra foto, esta vez de su boca entreabierta con los labios ligeramente pintados, dejando ver la punta de su lengua de una manera tan erótica como sensual. Y su polla más dura. Aquella conversación empezaba a descontrolarse tanto como su deseo. No podía concentrarse en la pared que estaba alicatando pero ella le pidió que aguantara un poco las ganas de masturbarse para hacerlo juntos, un poco más tarde cuando ella le avisara. Bajó del barco y en apenas media hora estaba en el lugar donde desataría sus deseos más íntimos con él, pero él seguía desconociendo su plan. Iban a follar allí mismo, pero él no lo sabía.

Le escribió desde el coche, diciéndole que ya había llegado "a casa", que se moría de ganas de sentirlo, de disfrutar de su cuerpo y notarlo dentro de ella. Le envió una foto de su entrepierna, donde se apreciaba un tanga ladeado y asomaba uno de los labios de su vagina e indiscutiblemente se notaba que estaba hinchado de excitación. Él se volvió loco de deseo y su mano buscó desesperadamente liberar del pantalón la erección.
Ella salió del coche y caminó hacia la obra que estaba un poco aislada y lo encontró en un destartalado apartamento con la polla en la mano. Sus ojos se quedaron clavados, él completamente inmóvil, incapaz de pronunciar palabra, ella se deshizo del vestido y se acercó lentamente con el tanga aún ladeado, incapaz de ocultar su coño. Cuando llegó a su altura, se metió los dedos en su vagina que palpitaba de excitación y se los mostró, completamente mojados, pasándolos por sus labios para que percibiera la humedad de su sexo y el olor a deseo que desprendía. Era uno de esos momentos en los que sentía la polla tan extremadamente dura, que pensó que sería incapaz de aguantar su corrida desde el mismo momento que comenzara a follársela. Le sonrió con la mirada, como dándole las gracias por aquella sorpresa dominguera. Ella bajó directa a su polla y comenzó a saborearla, metiéndose los huevos en la boca y succionando suavemente, pasando la lengua por la cara interior de sus muslos, absorbiendo las gotas que se escapaban por el placer al que estaba sometido. Lo miró desde abajo, él mantenía los ojos cerrados disfrutando de la antesala a lo que sería una follada memorable. Estaba absorto sintiendo aquella mamada cuando abrió los ojos para ver cómo se la chupaba y percibió que no estaban solos. Detrás de una columna estaban sus dos compañeros, disfrutando de las vistas. Disimuló como pudo para seguir viviendo aquel momento, obviando lo que acababa de ver y sabiendo que no sería el único que esa mañana soltaría una buena corrida.

Cuando notó que toda su leche luchaba por salir despavorida, puso su mano en la frente obligándola a parar. La levantó cogiéndola casi en volandas y la apoyó de espaldas contra la pared, penetrándola de una sola embestida. Sus manos acariciaban sus pechos y su lengua recorría su cuello descubierto. Los pezones duros, la respiración agitada. Comenzó a follársela como poseído por algo que desconocía. Su plan había sido perfecto, ella sí lo sabía.

Publicado por: maggie77
Publicado: 07/09/2024 03:11
Visto (veces): 363
Comentarios: 12
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Comentarios (12)

superbicial | 30/10/2024 11:14

Me quedé con ganas de leer en tus palabras el final que yo imaginé, evidentemente ahí reside el encanto de este relato. Enhorabuena

sonador | 05/10/2024 21:40

Un cuento apasionante y extremadamente morboso!!! Una pasada 😈

benedetti | 16/09/2024 18:23

Waaauuuuu!!!! Un relato de lo más sensusexual!!! Vaya mentes!! Que conexión!! Que disfrute!! Que pasión!! 👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻

delicioso | 11/09/2024 08:11

Estimulas mi mente y mi cuerpo a partes iguales. Me encantaría ser sorprendido así. Me encanta tu forma de disfrutar de la sexualidad. Un beso no dejes de alegrarnos la mente con tus relatos!

jagbpibex | 09/09/2024 15:55

Me encanta. Sublime diría yo, creo que juegas muy bien con los tiempos y describes personas y situaciones de una manera magistral. Me encanta este relato. Un saludo

var5 | 09/09/2024 13:21

Un tercer capítulo digno de los anteriores, esperando mas aventuras XD

liberaltf82 | 08/09/2024 22:39

Me estoy enviciando con tus relatos

maggie77 | 09/09/2024 13:04

Gracias

atrevidosbrasil | 08/09/2024 11:48

Una pena que sus compañeros no se atrevieron a juntarse a vosotros porque sería aún más morboso el relato 😍😍😍😍😍

rjmencey | 08/09/2024 01:06

Buen relata, calentamiento máximo previo... pero un final muy rápido, más al lector ... muy bien relato

maggie77 | 09/09/2024 13:05

El final de gesta en la mente de quien lee. Gracias por comentar

darkmoon | 08/09/2024 00:39

Nuevamente un placer leerte y dejar volar mi imaginacion y pensar que soy el protagonista, pero no es asi suerte tiene jajajajajaj. No pierdas la costumbre de seguir con estos relatos tan tan exitantes solo de leer. Saludos

alexthor | 07/09/2024 20:23

Especial. Tanto como la escritora.

juanxo | 07/09/2024 20:13

Sólo puedo decir: Guuaaaaauuuuuuu... !!!

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