Una propuesta que siempre recordaré

Hace unos años, mientras subía dirección al Centro Comercial Atlántico, pasando frente a una gasolinera, me llamó la atención un coche que estaba repostando en uno de los surtidores. Dentro del coche había una mujer rubia, y me fijé en ella porque parecía estar mirándome y haciendo algún gesto. Sin embargo, por la hora y porque iba distraído en mi mundo, no le di mayor importancia y seguí caminando, dejando la gasolinera atrás.
Aproximadamente unos 300 metros más adelante, cuando estaba en la parada de la guagua, el mismo coche de la gasolinera se acercó. Dentro iban la mujer y su marido, quienes al principio fingieron estar buscando una calle. Me preguntaron por una calle que nunca olvidaré: la Calle La Paja. Al principio no caí en el nombre y simplemente intenté ayudarles a ubicarse, pero luego noté que había algo más en su actitud. Fue entonces cuando, de manera bastante directa, se ofrecieron como pareja swinger para tener una experiencia juntos.
La mujer era muy atractiva y me atraía muchísimo, pero entre los nervios, la sorpresa y que en aquella época era bastante joven e inexperto, terminé rechazando la propuesta. A día de hoy, sigo recordando ese momento con cierta curiosidad y siempre me he quedado con las ganas de explorar algo similar. Me intriga la idea de compartir una experiencia con una pareja liberal y probar algo nuevo, algo que me saque de lo cotidiano y me permita experimentar desde otra perspectiva.