Habíamos discutido mucho por la mañana, nos habíamos alzado la voz y estuvimos unas horas sin hablarnos. Me daba pena verla así, con lo bonita que es no quería que llorase ni verla mal.
Quise pedirle disculpas, retomamos la conversación más serenos, nos dimos mimos, nos dijimos cosas bonitas y empezamos a preparar la cena.
Mientras cocinábamos, nos planteamos abrir una botella de vino y nos la acabamos antes de terminar de cocinar. Abrimos otra.
Nos estábamos animando mucho y como era viernes dijimos de salir. Ella se vistió con un vestido negro que le dejaba ver toda la pierna.
-con ese vestido si te mueves mucho te verán todo.
-entonces iré sin bragas, sé que te gusta que sea el centro de atención
Salimos y la ciudad estaba bastante tranquila, entramos en la discoteca y también. No había mucho ambiente de momento pero nos pedimos la primera y esperamos a ver cómo avanzaba la noche.
Cuando nos dimos cuenta ya estábamos abarrotados, habíamos estado bailando y ya estábamos sudando. Su cuerpo brillaba por ello y llamaba la atención. Noté que se fijaba en un par de chicos cerca de nosotros y le pregunté:
-¿Ves algo interesante?
-hay dos chicos cerca que no paran de mirarme, fíjate. -dijo mientras empezó a mover el culo arriba y abajo.
-es verdad, te han mirado de nuevo vamos a acercarnos.
Disimuladamente mientras seguíamos bailando nos acercamos a ellos y chocamos. Ella empezó a bailar con uno de ellos y yo hablé con el otro.
-parece que se pone buena la discoteca
-si, hay mucha gente, ¿son pareja?
-si, salimos hoy porque nos apeteció no quedarnos en casa
-eso está bien, tu mujer se mueve muy bien, la vimos antes.
Ella se acercó al chico que estaba hablando conmigo y empezó a bailar con él también, ahora yo estaba con el otro.
Después de un rato bailando ella les dijo algo. Se volteó para hablar conmigo.
-amor, creo que esto te va a gustar, nos los llevamos a casa ¿vale?
Inmediatamente los cuatro nos fuimos de la discoteca y por el camino íbamos vacilando entre todos, yo no sabía que habían hablado entre ellos pero tenía curiosidad. Me imaginaba que se la iban a follar los dos mientras yo les observaba. Nada más lejos de la realidad.
Cuando llegamos a casa, todos nos quitamos el calzado, les dije que tomaran asiento y uno de ellos siguió la conversación.
-Eli nos ha dicho que eres bisexual.
-eh, si jajaja
-amor, les he dicho que podríamos jugar entre todos.
-nos da curiosidad ver cómo lo hacéis en pareja.
Ahí Eli y yo nos miramos y ambos supimos lo que teníamos que hacer. Nos pusimos delante de cada uno, nos arrodillamos y empezamos a besar sus muslos por encima del pantalón. Parecía ensayado.
Les sacamos las pollas, el de ella estaba un poco más duro pero ninguno estaba al cien por cien. Nos tocaba a nosotros prepararlas. Tanto Eli como yo teníamos las pollas en la boca, lamíamos, escupíamos, olíamos y así fueron engordando. Ambas eran preciosas y vigorosas.
Los chicos iban entrando en confianza, se quitaron las camisas, se atrevían a follarnos la boca y pasarnos la polla por la cara. De vez en cuando nos mirábamos y no dábamos crédito de lo que estaba ocurriendo.
Ella se levantó el vestido y se metió la polla bastante rápido, se notaba que iba mojadisima porque en dos segundos estaba cabalgando. La escena era preciosa, una polla en mi boca y otra follandose a mi mujer.
Yo hice lo mismo, me tumbé en el sofá y le dije al chico que me follara. Escupí mucho mi culo, me metí dos dedos y lo siguiente fue su polla. Me flipaba estar viendo como dos tíos desconocidos nos estaban dando tanto placer.
En un momento dado, Eli quiso probar de mi chico y cambiamos posiciones, ahora estaba yo saltando en una polla mientras ella recibía y aprovechaba para masturbarse.
Nos estaban dando tan duro que ambos nos corriamos continuamente pero ellos seguían.
Mi parte favorita fue cuando ambos nos pusimos a cuatro y mientras nos daban, podíamos besarnos.
-¿Quién iba a decir que esta mañana estábamos discutiendo, amor? Te quiero
-yo también te quiero, me encanta que disfrutemos las mismas cosas
-encima están buenísimos
-nos están reventando jajaja
Los chicos siguieron follandonos, hasta que uno de ellos nos avisó de que estaba a punto de correrse, entonces ambos nos arrodillamos y empezamos a comer sus pollas nuevamente. El primer lingotazo de semen nos chocó en la cara, pero no paró hasta dejar toda la cara de Eli blanca.
Al otro le costó un poco más, acabó follandome un rato más hasta que se corrio en mi culo. Eli se reía mucho de la guarrada que habíamos hecho.
Cuando ambos terminaron nosotros nos quedamos tirados en el sofá, ellos se iban vistiendo y nosotros con ganas de más.
Los chicos se fueron, agradecidos por haberles dado tal espectáculo y nosotros seguíamos besándonos y comentando lo que había ocurrido, nos dormimos con toda la leche en la cara y oliendo al sexo más inesperado que podríamos habernos imaginado.
Me pregunté si Eli querría repetir algo así porque yo ni me lo pensaría.