Pues ahí estaba yo masajeando a Héctor todavía boca abajo sobre la camilla. Iba a llegar el momento de decirle que debía girarse para continuar por delante y sentí que mis mejillas estaban calientes. Suelo ser bastante profesional y no me pongo nervioso cuando doy mis masajes pero en esta ocasión había algo en Héctor que me ruborizaba. Además, el hecho de que se hubiera tumbado sin colocarse la toalla no ayudaba a que me tranquilizara.
Llegó el momento, no podía alargarlo más o pasaría la hora de masaje, así que le dije, - Por favor, cuando puedas ponte boca arriba.
Héctor, levanto la cabeza aturdido, pues se había quedado medio dormido y me dijo, - Sí claro.
Se giró, sin ningún tipo de corte, y pude ver que por delante todavía estaba mejor.
Su cuello ancho, sus pectorales y abdomen musculados, sus oblicuos marcados... y oh Dios mío! Aquella herramienta me pareció algo fuera de lo normal!
Héctor no estaba empalmado, pero como me decía mi amigo Javi, "ese rabo estaba morcillón" ! Después pude fijarme en que tenía dos grandes huevos, totalmente depilados!
Aquel hombre parecía creado por un escultor! -Pensé.
Comencé a extender el aceite por el cuello, pectorales y abdomen, para masajear posteriormente. Todo su cuerpo era duro, y según pasaba mis manos por su piel, pude notar como su cuerpo se relajaba pero sus pezones no perdían su dureza.
-Voy a ponerte esta toallita sobre los ojos, para que estés más cómodo. -Le dije y él asintió.
Seguí echando el aceite hacia abajo, por los oblicuos, resbalando hacia su rabo, huevos y piernas.
Cuando comencé a masajear su vientre, dejó de estar morcillón para apuntar directamente hacia arriba. Héctor estaba totalmente excitado pero sin embargo, no me decía Nada, y seguía con sus ojos tapados con la toalla.
Seguí dando el masaje, evitando tocar su pene, recorriendo sus piernas de arriba hasta abajo. A veces al subir podía tocar con mis dedos sus enormes huevos pero el masaje que había contratado no iba más allá.
No obstante, al ver su increíble mástil le ofrecí, lo que suelo decir cuando ocurre esto.
-Hector, ¿Quieres que finalice con un masaje lingam? Solo te costaría 10€ más.
-¿Un masaje lingam? ¿Y eso cómo es?, Preguntó Héctor con la toalla todavía tapando sus ojos.
-Un masaje que consiste en la estimulación de la zona genital.
Pasaron unos segundos de silencio, que a mí me parecieron horas...