Deseo compartido

Llevo tiempo imaginándolo. La idea me persigue, me envuelve, me calienta. No sé en qué momento empezó a tomar tanta fuerza en mi cabeza, pero cada vez que lo pienso, la necesidad se vuelve más intensa.

No quiero solo observar. Quiero sentirlo, quiero vivirlo. La idea de estar con una pareja, de ser parte de esa conexión, de entregarme al placer de los tres, me enciende como nunca.

Imagino la tensión en el aire, las miradas cómplices, el roce casual que enciende la piel. Primero, el juego de seducción, las caricias explorando territorios nuevos, la emoción de lo desconocido. Me atrae la idea de descubrir juntos cada sensación, de entregarnos al placer sin restricciones, sin miedo.

Quiero sentir sus cuerpos contra el mío, sus labios recorriéndome, sus manos descubriéndome. Quiero ver el deseo en sus ojos, el fuego en su piel. Me excita la idea de compartir el placer, de entregarnos sin prisa, de jugar con cada sensación hasta que el deseo nos consuma por completo.