Al salir de clase

Remontándome a la época del Instituto, hace ya unos 18 años  tuve mi primera aventura con un compañero de la clase de al lado.
Una tarde oscura de Febrero, al salir de clase, me iba a casa caminando y en el trayecto observó un chico que iba en la otra acera y caminando a la misma vez que yo. Este chico, lo reconocía de la clase de al lado  y me gustaba. Me llamaba la atención cuando lo veía en el recreo o por los pasillos del Instituto, pero no me daba la sensación de que entendía, un atuendo rocker, camiseta y pantalón negro y a veces con chupa negra muy habitual en el,  con perilla y pelo largo y rizado que le llegaba a mitad de su espalda.
Durante el camino, nos cruzamos las miradas.. y volvimos a mirarnos, algo hizo pensar que había alguna atracción aunque no sabía aun con exactitud, pues pensaba que sería de que me conocería de vista y poco más, por un lado me daba algo de corte y miedo, pero yo me arriesgué y cuando el me volvió a mirar me toqué el paquete, una señal que algo me interesaba.
Al momento,  el hizo lo mismo muy discretamente y seguimos caminado... al llegar a una avenida, él se adelantó y cada cierto tiempo se giraba para atrás, yo aprovechaba y me seguía tocando . Notaba que algo quería pero no sabíamos donde ir.. Aun así, yo le seguía sin un rumbo... me desvié de la ruta para llegar a mi casa, con lo que llegamos a un parque  bastante grande y con mucha arboleda, plantas y matorrales.
Esa sensación de seguir a un chico hacia un lugar desconocido me daba mucho morbo, además  de que ese chico me gustaba y quería tener algo con él.
Sín buscar mucho, se mete en una jardinera con muchos matorrales donde se escondía entre ellos.. yo le seguí y metí allí dentro.. Él ya estaba haciéndose una paja, con la cabeza baja, mientras su pelo largo que le tapaba.
Me acerqué,  nos saludamos con un "hola", y empezamos a tocarnos, a pajearnos, y a mamárnosla, empecé yo, tenía unas ganas tremendas, la tenía bastante dura y gruesa, seguía comiéndole mientras el disfrutaba.
Me subí para darnos unos besos apasionados, termina y baja a comerse mi polla, una sensación muy morbosa dentro de aquellos matojos, sin que nadie nos viera. Volvimos hacernos unas pajas, ya con ganas de corrernos, fue muy rápido, había mucha excitación y estamos a punto de caramelo..
Nos la apretamos fuerte y nos corrimos.
Al terminar le dije que me había gustado muchísimo, a él igual. La pena fue que por llevarlo discretamente me dijo de no saludarnos y siguiéramos como si no nos hubiéramos conocido, algo que entendí. Eso si, lo curioso que por casualidades de la vida, una de mis amigas, al par de meses me lo presentó, una sensación bastante rara. En verano tuvimos otro rollo y en el mismo parque, pero no fue lo mismo.
Me quedó con esa primera vez que al salir de clase y sin esperar surgió aquel momento tan morboso que  con ningún otro, se volvió a repetir.
Así que chic@s; Vivan su experiencia como si fuera la última, los momentos son únicos y no vuelven a repetirse.