Tarde de peluquería

Tarde de peluquería

Muchas tardes salgo a caminar por eso de hacer algo de ejercicio, por la avenida que suelo ir hay varios locales comerciales, entre ellos una peluquería unisex que suelo ver vacía después de las 7, siempre que pasaba me fijaba en el peluquero, unas veces en la puerta y otras en sus cosas, pero me picaba la curiosidad porque me daba que sí le iban los chicos.

Recuerdo que era una tarde de verano con calima y hacía muchísimo calor, yo necesitaba un corte de pelo que me refrescara algo la cabeza, así que entré sobre las 7:20 y le pregunté si me podía cortar el pelo, me respondió que sí, sin ningún problema. Me dijo que cerraba la puerta porque a esa hora ya cerraba y no iba a atender a nadie más.

Empezamos a hablar del calor antes de sentarme en el sillón, yo tenía la camiseta no empapada pero sí con bastante sudor, me comentaba el calor que había pasado todo el día solo con los ventiladores. Cogió una toalla blanca y limpia, prácticamente nueva y me dijo que me pusiera cómodo, colocó la toalla en el respaldo del sillón y con mucha naturalidad y de manera respetuosa me dijo que si quería podía quitarme la camiseta para que estuviese más cómodo, por un momento me quedé sin reaccionar, pero accedí. 


Le comenté que si se encontraba tan acalorado hiciese lo mismo que lo entendía perfectamente después de todo el día, a lo que me respondió que si por el fuese se quedaba sin ropa, pero que uno debe mostrarse siempre profesional. Le pregunté su nombre, Gabriel, Gabi me llaman todos, así que le dije: Gabi, somos adultos y no nos vamos a asustar, así que ponte cómodo, encima que vengo a última hora... Se sonrió y se fue, al minuto vino en cholas y calzoncillos, llevaba unos aussiebum de color lila, entalle muy bajo, que dejaba poco a la imaginación y con una abertura horizontal por detrás, justo a la altura del culete, dejando ver el inicio de su buen culazo. ¡Bonito gayumbo! le dije y se sonrió, como si necesitase mi aprobación.


Creo que ambos fuimos conscientes de lo que había, Gabi me dijo, ahora te toca a ti ponerte cómodo mientras me lanzaba una mirada pícara y sonriente, así que me quité la bermuda, me quedé en slip y vi su cara de satisfacción. Me invitó a sentarme en el sillón, no me colocó la capa para evitar que me llenase de pelos, me dijo que no me preocupase y empezó a cortarme el pelo, entre corte y corte se me rozaba, yo le rozaba suavemente con mi mano cuando podía. 


Después de acabar me lavó la cabeza mientras me decía, ahora toca quitarte el pelo que se te ha pegado al cuerpo, nos cogimos de las manos y nos empezamos a besar, comenzamos a meternos mano y me pasó al interior del local, tenía un despacho lleno de carpetas y papeles, un pequeño dormitorio y un baño completo con una ducha enorme, nos desnudamos sin dejar de tocarnos, ambos estábamos rasurados, empezamos a mamarnos las pollas y a disfrutar de buen sexo, el agua templada de la ducha nos excitaba aún más. Estuvimos un buen rato hasta que nos corrimos y nos restregamos toda la leche.


Nos secamos y nos tumbamos en la cama hasta que cogimos fuerzas, no sé quién de los dos tenía más cara de satisfacción. Le pregunté cuanto le tenía que dar, respondió que nada, invitaba él, insistí y no me dejó pagar. Nos despedimos con un beso, mientras le miraba me susurraba... Espero volver a verte... Mientras yo sonreía y asentía con la cabeza. 


Más adelante volví de nuevo a la peluquería, pero eso ya se lo cuento otro día. Espero que les haya gustado.

Publicado por: discr-tfe
Publicado: 29/03/2015 12:30
Visto (veces): 404
Comentarios: 2
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Comentarios (2)

placerxmorbo | 24/08/2018 10:09

Mmm que relato que rico

parejajoven2224 | 30/03/2015 22:09

Muy buen relato y muy buena descripcion

discr-tfe | 31/03/2015 15:32

Gracias por vuestro comentario. Un saludo

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