Estas a punto de hacer la parada del mediodía, tienes 30 minutos para comer y volver a la oficina, te dispones a salir y de repente te llega un mensaje al móvil.
“quítate la ropa interior, al salir verás un coche gris con la puerta abierta, en el sillón del acompañante hay unas gafas grandes de sol y una pamela, sube y póntelas”.
No te lo piensas dos veces, vas al baño, te quitas las braguitas y el sujetador, llevas un colorido traje de tiros muy ceñido que te llega por encima de las rodillas.
Sales a la calle, ves el coche, me miras, sonríes, sigues las instrucciones y te sientas, pero lo haces de manera que la falda del traje deje tus nalgas descubiertas, sin nada entre ti y el asiento, sin embargo, no me dejas ver nada por delante, pones el vuelo de la falda sobre tus muslos y sonríes. Cierras la puerta y nos vamos.
Te gusta la sensación, no sabes con certeza que pasará pero sabes que será divertido. Tu mente empieza a dar vueltas y tus pezones adquieren cierta erección, se te marca el piercing y los pezones a través de la tela del traje, y muy astuta desabrochas dos botones para mostrar un generoso escote que niega mas de lo que esconde.
Nos ponemos en marcha, el coche es automático, así que no necesito la mano derecha para conducir, la pongo sobre tu muslo, bajo el vuelo del traje y me dirijo a la autopista.
Mientras acaricio el interior de tu muslo izquierdo tu piernas se van separando, noto el calor que se desprende de tu volcán, me acerco un poco y dejas escapar un pequeño gemido. Enseguida tus pezones se ponen erguidos y duros como piedras, tu lengua pasea lentamente por tus labios.
Ya noto la humedad de tu entrepierna, acerco mi dedo a tu clítoris y también está erecto, agradeces el roce con un nuevo gemido, cierras los parpados y te muerdes el labio inferior.
Aprovecho tu mudo consentimiento para deslizar mi dedo hacia abajo, abriéndose camino entre tus labios verticales. Estas completamente mojada, tu sexo esta ardiendo y se abre sin resistencia al paso de mi dedo mientras separas las piernas y me facilitas el acceso.
Acabas de adivinar lo que va a pasar y te sonríes. Seguimos conduciendo por la autopista, te gusta esta semi-exhibición y no te cortas en mostrar ligeros gestos de placer cuando adelantamos a otros o cuando nos adelantan. Al fin y al cabo en este coche, con la pamela y con esas gafas enormes nadie te va a reconocer.
Mis dedos siguen jugando con avidez y maestría, cada vez estas mas caliente y tu cara se pone roja, tus pechos quieren saltar del hueco de los botones de tu escote, se te aumenta el puso y la respiración, de vez en cuando se te escapa una sonrisa, un gemido….el masaje sobre tu clítoris va adquiriendo fragor y tu respiración se acelera, los gemidos se vuelven jadeos, se te seca la garganta y los labios, sacas la lengua para humedecerte la comisura y tragas salivas mientras abres la ventanilla. Poco a poco vas perdiendo el control de tu cuerpo, los pezones se clavan en la banda del cinturón de seguridad y tus caderas han perdido la posición original en el asiento, vas cediendo terreno al abandono, de manera tácita me pides mas fragor en el constante masajeo, oigo tus humedades…. Empiezas a contonear tu cuerpo al compás del movimiento de mi mano, quieres mi boca en tus pezones, sobre tus labios, en tu cuello, bebiéndome tu aroma, pero sabes que no puede ser, y te gusta, te gusta saber que solo tu gozas que yo tengo que limitarme a hacerte gozar. Ya habías tenido experiencias en coches, pero esta era la primera vez, que ibas camino al orgasmo mientras tu amante conducía. Tu pulso se acelera, contraes la respiración, sabes que te vas a correr, pero quieres esperar el momento exacto. Y lo encuentras precisamente mientras adelantamos una guagua de extranjeros, ellos te estaban mirando desde arriba, asombrados de lo bien que te lo estabas pasando, eres consciente del morbo que estas despertando y mientras tu sexo expulsa gotas de placer, tus muslos se retuercen incontroladamente y tus caderas se vuelven convulsa dejas caer la cabeza hacia atrás, elevas la barbilla y como un volcán en plena erupción gritas a través de la ventanilla abierta “ME COOOOORROOO!” “ME COOOOOORROO”!
Durante unos segundos, tu cuerpo es pura tensión y convulsiones acompasadas. Me has clavado las uñas de tu mano izquierda en mi brazo derecho, tu mano derecha esta agarrada al asidero que hay sobre la ventanilla, después de una ultima violenta convulsión, acompañada de un poco mas de humedad, tu cuerpo se relaja, tomas aire profundamente y sonríes.
Te llevas mi dedo masajeador a la boca, lo besas, lo lames me lo chupas….no te has fijado que ya han pasado 25 minutos estamos llegando de nuevo a tu oficina.
Sin decir palabras, me agradeces el momento, miras el reloj, me besas cálidamente mientras piensas “me bajo y vuelvo al trabajo o vamos a su casa….?”
Muaks.
gspotter | 24/08/2016 21:23
Muchas gracias por tu comentario. Esa era la idea, me alegro de haberlo conseguido