Nunca, en este tipo de encuentros, he podido quedar en base a mi atractivo personal, lo siento, soy bastante normal de apariciencia, eso si, creo que soy agradable en el trato, y bastante educado. Mi relato, ya tiene unos años, que me sucedió, pero lo recuerdo tan bien que pareciera haberme sucedido ayer.
Como era habitual en mí, estaba pendiente de los distintos anuncios que se ponían en las paginas donde yo estaba registrado, eran epocas, donde si habían un gran número de usuarios buscando encuentros liberales, pero ni de lejos se acerca, afortunadamente, a la gente que lo desean hoy en día, aunque sé de gente que no opina así, que antes era más tranquilo y nos conocíamos casi todos.
Pareja recien llegada a Tenerife, buscan... y allí fuí yo, a la aventura de un encuentro. No tardaron en contestarme y plantearme la posibilidad de conocernos en una centrica plaza de Santa Cruz... Eran de Galicia, 30 largos, el un alto ejecutivo de una gran empresa, bastante conocida por todos. El dicharachero, directo, y agradable en la conversación, diciendome lo afortunado que eramos con la isla donde viviamos. Ella, un poco regordeta, solo un poco, guapa, muy guapa, morena y menos habladora que su marido. La conversación, en torno a lo tipico, el trabajo, estas casado, sueles quedar con parejas... terminamos hablando de futbol, el Tete estaba en primera y el Coruña tambien, ella asentía de vez en cuando y sonreía, dandome a entender que no estaba muy interesada en lo que hablabamos, llevaba un vestido blanco con florecitas y un ligero escote que la hacía muy atractiva. En eso, su marido le dijo, la llamó por su nombre, cruza las piernas para que vea lo bonitas que las tienes, a lo que ella, no le hizo ni puto caso. En ese momento, me sentí en fuera de juego, intuía que no había nada que hacer, pero el hablaba y hablaba, creo que lo hacía porque aún no conocía demasiada gente aquí y me preguntaba por sitios, playas... Volvió a decirle que cruzara las piernas para que yo las viera, llevabamos un par de cervezas y creo que se estaba poniendo algo pesado, se levantó para ir al servicio y me quedé hablando con ella, que conocían de la isla, cuanto llevaban casados, al regreso de él, nos pidió que la disculparamos que iba al servicio, en su ausencia, el me preguntó que me parecía su mujer, a lo que yo le respondí, que me parecía muy agradable.
Regresó y se sentó, venía con el pelo recogido en coleta, su marido miró a una chica que estaba frente de nosotros, de manera un poco descarada, ella al verlo, cruzó las piernas y dejó al descubierto sus muslos bien torneados, a lo que el, inmediatamente, me dijo, tremenda hembra tengo. Ella, se incomodó y le pidió que pagara la cuenta que quería irse. Si anteriormente, intuía que no había nada que hacer, aquí me convencí del poco futuro con ellos. Un, ya te llamaremos, sirvió de despedida, no que haces el Sabado, ya te llamaremos...
Pasaron semanas y yo veia como iban poniendo anuncios en la página, pareja busca... a lo que definitivamente, me dije, socio olvidate.
Trabajo de cara al público y unos meses mas tarde de ese primer encuentro, ella, entra donde yo trabajo, mi primera intención, hacerme el loco, pero ella me dijo, nos conocemos verdad? A lo que yo le dije que sí, nos reimos los dos y hablamos de que como le iba por aquí, si habían conocido a alguien, empecé a sentirme muy cómodo y ella sonreía y hablaba como no lo había hecho en la cita, estaba muy guapa. Me preguntó si había visto Patriot Games (juego de patriotas) que había un tema que le gustaba mucho y si sabía de quien era, le dije que era de Clannad, y la canción Harry’s Games. Le dije donde se lo podían conseguir y me dió las gracias.
Apenas una semana después, recibo un correo de ellos y que querían verme, misma plaza y en un horario más temprano. Llegué y estaba solo ella, más simpatica y agradable que la última vez que la ví, le pregunté por su marido y me dijo que se uniría más tarde, que tomaramos algo y que había encontrado un sitio en La Laguna muy bonito para el encuentro. Le seguí y llegamos hasta el lugar que me había dicho, antes de entrar, me pidió una media hora y que luego ya podía subir, me dió el número de la habitación y esperé en la recepción, por mi cabeza pasaba todo tipo de historias, estará con su marido en la habitación preparando algo, quizas colocando alguna cámara, yo que sé las vueltas que le dí. A los cuarenta minutos subí, toque en la puerta, y apareció ella, déshabillé negro transparente, lencería también negra con ribetes rojos, me dijo, pensé que no ibas a subir, si hay una palabra que pueda transmitir su hermosura, la de impresionante no estaría su altura, le pregunté donde estaba su marido, de nuevo, y me dijo, trabajando, casi me dá una lipotimía, no te gusta que estemos solos, me parece que balbuceé, sí. La habitación llena de velas, pequeñas, grandes, alguna aromática. Perfecto, no volví a preguntarle por su marido, empezamos a besarnos y me pidió que me desnudara, para a continuación decirme que me echara en la cama. De su móvil sonó Harry’s Game y se puso a bailar en tema, bueno no es un tema para bailarlo pero si que se contoneaba muy bien. Si conocen el tema, es un tema relajante, con aires celta y que al terminar deja una sensación de relax total, acabado el tema, sentí su piel estrecharse con la mia, si esa piel que en determinado momento parece la tuya propia y que a cada tiempo que pasa, la deseas más y más. Al estar con ella, sabía que estaba jugando en ligas superiores, su deje gallego, el recogido de su pelo, su mirada tierna y unos pechos firmes, con unos pezones grandes y su perfume... Empezó a chuparme la polla, lento, tan lento que no sabía si era su forma de darme placer o la de querer morirme por el deseo de comerme su boca y asi darle las gracias por lo bien que lo hacía, pero su boca seguia ahí, nunca alguien me lo había hecho de esa manera, parecía que lo degustaba, mientras no hacía sino mirar su delicosa espalda, su culo, perfectamente dibujado, unas nalgas a las que aprendí a saborear, y su sonrisa, no parecía la mujer tan seca de la primera vez. La puse sobre la cama, sobre su coño, un ligero rastro de su vello pubico, que no hacía mas que incrementar mi deseo de darle placer, lo primero que pensé fue comerselo como me había comido la polla, y fuí tan lento como pude, en contra de mis ganas de penetrarla, si, estaba jugando en ligas mayores, follamos en una silla, en el cuarto de baño, frente al espejo, deseabamos ve la expresion de nuestras caras, me pidó que la penetrara via anal, ver como sus nalgas se mostraban debajo de mis ojos, gruesas, sudorosas, era un estampa bellísima, me pedía que la penetrara hasa el fondo que allí estaba el mejor lugar donde derramar mi leche, hablaba como si nos conocieramos de toda la vida, reía como la de una mujer feliz, generosa con ganas de dar más y más placer, mordidas de cuellos y lengua, mucha lengua. Al final, de cuatro patas, ahí, donde mi polla y su coño, formaba el encaje perfecto, lubricaba muy bien y no tardamos en corrernos en esa postura... Lo mejor, el baño posterior, pura dulzura y encanto.
Salimos de nuestra habitación, si era nuestra, lugar de un encuentro inesperado y sorprendente, al llegar, al aparcamiento un beso de despedida y nos deseamos suerte, ella, se despidió abanandome desde el coche, hasta que la perdí en la distancia, y pensé en dos cosas, en la deliciosa tarde que había pasado, y en lo que me dijo su marido la primera vez que nos vimos, tremenda hembra tengo...
meliton | 16/04/2015 11:28
Gracias. No esperaba que gustara tanto, pero seguro que hay mucha gente aquí con historias muy parecidas.