Por esa época, se celebraba un campeonato europeo de baloncesto que veíamos mientras nos sentamos en la mesa, abrimos la botella de vino, y empezamos a ir picando, hablando un poco de todo, pasamos a las bebidas blancas y empezamos a tomar ron, oye, nos dijimos, cuidado con las mezclas que son malas, recogimos la mesa y cayeron varias copas, seguimos cada vez más nuestra animada conversación, cuando ella, se levantó y empezó a llenar la sala de velas, la verdad, ni me enteré, solo me dí cuenta de ello cuando apagó la luz, llevaba un camison de malla transparente, puso un tema de Sacred Spirit y se puso a bailar, a parte de mirarla, lo único que hacía era dar pequeños tragos a mi vaso de ron, se acercó a la mesa donde estabamos los dos y bailó muy cerca de nosotros, sin palabras, lo hacía muy bien, por un momento no fuí capaz de reconocer a la mujer que me encontré al llegar a su casa, en la cocina, fué tan especial que me quedé en "stand-bye". De repente empezó a sonar una melodia de Fausto Papetti, si ese músico italiano que tocaba melodias al saxo de temas conocidos en los años 60 y 70, para mi bastante hortera, ella bailaba sola dando vueltas, cuando el me dijo, coño, baila con esa chica que está sola. Me levanté casi por intuición, la cogí por su cintura y empezamos a bailar muy pegados, se me puso la polla muy dura y ella se empezó a reir, me llamó por mi nombre y me dijo, algo parecido, a que, si quería también sacar a bailar mi polla, nos reímos los dos, ya los besos, eran puros lenguetazos, su marido hacía un rato que había sacado su pene él cual se acariciaba, lo miré, sus ojos acuosos y un gesto libinidoso que llamaba la atención, al levantarse miré su polla, descomunal, me acojoné un poco, la mía al lado de la de el, de risa, pero era lo que había, se abrazó a ella por detrás de su cintura, yo por delante y el por detrás, en un momento determinado, le subío la malla e intentaba metersela por detrás, estaba tan excitado que no lograba encajarla, nos empujó ligeramente hacía un sillón que había en la sala, caímos en el, ella y yo abrazados, el se puso detrás, cuando si puedo metersela, le dijo, ya estás cachonda, eh, estás muy mojada, yo estaba empalmado, no, lo siguiente, le deba unas embestidas tremendas, de vez en cuando, ella se le quejaba y le recordaba que no fuera tan bruto, pero pasaba al mismo tiempo a decirle, dame más duro, todo esto con ella abrazada a mi cuello y oyendo sus gemidos en mis oidos, cuando intentaba darme algún beso, el le daba mas duro, por un momento, pensé que me iba a correr en ese momento, y me dije, las vas a cagar "men", paró, se le veía cansado y a ella también, me dijeron, solemos follar al mediodía, y hoy, también, lo hemos hecho, ella mientras se iba recuperando, me acariciaba la polla de arriba a abajo, el miraba, mientras daba tragos de su bebida. Yo estaba alucinado, miraba el salón, recordando lo que había pasado, el iba pasando canales hasta que encontró un canal local, de esos que ponen peliculas porno por las noches, ella dijo, bien les gusta a los hombres esas peliculas, joder!! Y dijo las palabras mágicas, vamonos a la cama, le miró y le dijo cuando te hayas corrido con esa pelicula puedes ir a vernos. Llegamos desnudos a su habitación, y no empezamos a follar de entrada, hablamos de cosas nuestras, del día a día, y me dijo, voy a ser tu mujer el tiempo que estemos en esta cama, trátame como si así lo fuera, mientras hablábamos me acariciaba la polla de una manera tan sutil que por momentos no sabía si había dejado de hacerlo a no, nos besábamos, ya me había dicho que le gustaba mucho besar, seguiamos hablando y me dijo, me gustas mucho como eres, empezó a mamarmela, dime si te gusta rápido o despacio, su mirada la de una mujer que sabe lo que quiere un hombre en ese momento, te gusta cariño? Creo que es la mujer que más profunda se ha tragado mi polla, se subió encima de mí, y empezo a follarme como si le fuera la vida en ello, le gustaba hablar mientras follábamos, soy una buena hembra, me sientes... se bajó de encima de mí, le dí la vuelta y empecé a comerle el coño, me encanta hacerlo, la puse de cuatro patas y le dí tan duro como podía, no sabía si llegaba a hacerlo como su marido, pero el recuerdo de lo vivido me llevaba a ello, cariño, te gusta? Le dije, ella, me contestó, y a tí? Empezó a gemir muy fuerte, tanto que su marido se acercó por primera vez, y me dijo, verdad que está buena, saqué mi polla de su delicioso jardin y me entraron ganas de besarla por todo el cuerpo, a veces, despacio y otras de manera acelerada, me dijo échate en la cama, la que te va a follar soy yo, y así lo hizo, su marido nos miraba y ella le decía de vez en cuando, estas sacando fotos? Paró, estabamos cansados, momento que aprovecho para ir al servicio, nos quedamos el y yo hablando sobre ella, me dijo, cuando venga te la follas por el culo, le dije, seguro?... Regresó, estabamos en la cama tendidos los dos, y nos dijo, de que habrán estado hablando, en tono irónico, ella se echó a su lado, le empezó a acarciar la polla y a besarse, yo en aquel momento estaba de espectador, ella empezó a mamarsela, el le decía, eres la mujer que mejor la chupa, ella paró y le dijo, la mejor? A cuantas conoces? Y risas. Volvió a coger su polla y a darle mordiscos y chupetones, ahora a un ritmo más rápido, yo al lado no había podido dejar de tocarme la polla y la tenía durisima, ella en la cama de cuclillas chupandosela, cuando el me hizo señas con la mano, como por detrás, me levante y debo decir que me quedé un momento mirandolos, el volvió a sacar la mano, y me decidí a encularla, primero una comida de su culo, larga, intensiva, primero me dijo, que rico, que bien lo haces, para decir, ya sé de que han estado hablando, fuí decidido, despacio, pero con la idea clara de tener sexo anal, la enculé poco a poco, hasta que mi polla pasó ese "camino", donde se pasa del dolor al placer, los primeros movimientos todavía seguía haciéndolos lentos, hasta que notas ese calor y esa sensación de placer máximo. Era una cachonda, pasaba de llamarnos hijos de putas, a decirme, rómpemelo, al principio bajito, pero a medida que su cuerpo y el mio, eran uno, el rómpeme el culo subía de tono, terminé corriendome dentro, ella en ese momento dejó de chuparsela a el y a decir que rico. Se levantó y se fué a darse una ducha, yo me levanté y empecé a vestirme, sabía que la fiesta se había acabado, ella se puso un pijama, el estaba, aún, en pelotas en el salón. Me dijeron si quería que llamaran un taxi, les dije que no. La verdad, prefería ir caminando por esa ciudad hasta mi hotel para asimilar lo vivido, el trayecto era como de La Cruz del Señor hasta la Plaza Weyler, más o menos.
No pude dormir lo poco que faltaba de la noche, daba vueltas en la cama pensando en lo ocurrido, así, hasta que salió el sol, desayuno y a la playa. De vuelta al hotel, un par de mensajes en mi móvil, oye, tráete esta noche una botella de vino, pero esa es otra historia...
meliton | 17/05/2015 13:11
Gracias.