Rocas, Arena y mar

Suerte tenemos que en vivir en islas podamos disfrutar de un clima tan agradable con nuestras playas, igualmente ya no solo aprovechamos para pasar de un día en ellas, sino para buenos ratos de sexo.
Como muchos hemos pasado momentos morbosos en playas nudistas o playas poco transitadas que son idóneas para practicarlo.

Cerca de una playa,  conocí en una noche de verano a un sueco en una discoteca, en la conversación me contaba que había venido sólo y que llevaba pocos días en la isla y que aún no había tenido tiempo de follar con nadie ya que había estado conociendo la isla, pero esa noche, era su noche.
Después de tomar unas cervezas, salimos a un paseo cerca de allí. Él era de aspecto un poco aniñado a sus 34 años, rubio de ojos azules, quien diría que fuera sueco, delgado y piel blanca pero algo enrojecida del sol que había cogido en dos días.

Durante  el camino, charlábamos de lo que había visto en la isla y lo bien que lo había pasado, decía que éramos muy afortunados. De repente me pone la mano en el hombro, me para y me da un beso, pensé que quería mas y le dije de seguir un poco mas adelante que había una playa tranquila y que podríamos estar allí un rato, me decía que su hotel estaba muy cerca pero aun era pronto para subir... supuse que no quería llevarme al ser un desconocido.

Seguimos por el paseo y bajamos unas escaleras que llegaban a la playa. Entre rocas y arena me puse detrás suya y empecé a besarle el cuello, juntando mi paquete a su trasero y abrazándole fuerte.
Mis manos bajaron a su paquete y ya estaba erecto, le estuve manoseando un rato hasta que se dio la vuelta y nos empezamos a morrear .Allí frente a la playa y escuchando el ruido del mar, era ideal.
A la vez que nos morreábamos, nos desabrochamos el cinto y nos metimos mano dentro del vaquero, palpaba su larga polla y huevos rasurados y sin esperar más, me bajé a mamársela. Él con los ojos cerrados estaba disfrutando de placer, le bajé completamenteundefined el pantalón apretándole con mis manos sus suaves glúteos a la vez que se la chupaba.

Me hizo subir para morrearnos y al instante él hacer lo mismo conmigo, estuvo mamándomela un rato soltando mucha saliva, dándome mucho gusto cuando me pajeaba con su mano húmeda . Estábamos muy calientes y a punto de correrme. Dejó de chupar y me dice al oído:  ¿vamos al hotel ?
Sin dudarlo, le dije que por su puesto. Estaba muy excitado pero podía aguantar un poco hasta llegar al hotel . Eran cerca de las 3 de la mañana, salimos de la playa y en cinco minutos llegamos al hotel.

Subimos y sin mucha espera nos tiramos a la cama, nos fuimos quitando la ropa mientras nos besábamos. Empezando por un 69, seguido de una comida de culos muy rica, no tenía mucho bello y fue mejor, una delicia.
Llegó el momento de follarle, me lo iba pidiendo desde que nos la chupábamos en su cama, así que me puse un condón, lo lubriqué bien y empecé a darle suavemente primero, hasta que a medida que nos excitábamos le daba más deprisa, le cogí por los hombros apretándole fuertemente. Él gemía con muchas ganas sin dejar parar. Me giré para verle mejor su cara de como disfrutaba, cabalgado encima mia, me dispuse a correrme, así se lo hacia saber.

Comenzó a pajearse y sin poder aguantar más, me corrí dentro suya. Un gustazo increíble, al poco tiempo, dispuso a correrse encima de mi pecho. Me dejó una toalla, me sequé y allí en su cama nos quedamos sobando muy agustito.
Se hicieron las 8 de la mañana, le esperaba una excursión a ver delfines y tocaba despedirme. Nos abrazamos y con un beso me marché.