Son las 3 de la tarde, hora de salir de mi trabajo.
Bajando por el ascensor recibo una llamada al movil pero no logro descolgar porque no hay suficiente cobertura, logro salir del ascensor y de repente vuelve a sonar.
Diga... diga... buenos días soy tu vecina, que haces. Pues salir de trabajar, lo sé te estoy esperando. Dónde, vecina, tranquilo vecino sientate en los bancos de afuera y no te me pongas nervioso.
Ya veo que llevas los auriculares puesto para hablar por el móvil, para esta ocasión te va a venir de perlas llevarlos puesto.
Bueno seguimos hablando por el móvil, esperando su llegada sentado en los bancos que ella me había dicho. La conversación iba subiendo de temperatura por momentos, con lo cual yo miraba para todos los lados porque me daba la sensación que me observaba escondida en algún lugar de la plaza.
Vecina... vecina me estás subiendo la temperatura..., pues relajate que la chica del frente de tu banco se está dando cuenta de que la estás mirando con mirada de deseo, claroooo vecina es que me das que eres tú.
Fijate bien y dime porque soy yo, mmmmm... En ese momento se abre de piernas de manera sútil en dónde pude ver su hermosa rajita inconfundible, dónde le dije vecina eres inconfundible. En donde ella se rió a carcajadas, se levanto y me cogió de la mano. Vamos vecino, que estoy hechando fuego...
Bajamos al parking a coger el coche y una vez montado en el, ella procedio a realizarme una chupada característica de ella. Mientras yo miraba si venía alguien, ella termino la chupada tragandóselo toditooo, espectácular.
Me pidío ir a comer a un restaurante, como no me podía negar después de tal suceso. Pues la llevé a un restaurante con unas vistas espectáculares, ella me miraba alusinada y me decía lo agradecida que estaba conmigo y que nunca había experimentado tantas sensaciones con un chico.
Pues fuímos pidiendo la comida y cuando el camarero se retiro. Me pone debajo de la servilleta un mando y me dice como yo ya te satisfací a ti ahora con ese mando hazlo conmigo. Levanté la servilleta y miré exactamente lo que era, cual fue mi asombro que cuando apreté un botón del mando ella se extremesio y puso cara de gusto.
Donde ella aprovecho y me dijo sigue jugando... vecino que me haces rico...
Pues me pusé a apretar botones pero siguiendo la enumeración para ir en orden de excitación, era super morboso hacer esto en el restaurante delante de todo el mundo. En el momento que ella llego al orgasmo se le escapo un ligero suspiro y fue donde dimos por finalizado nuestra aventura.