Siempre he sido un amito de casa y me gusta ocuparme de las tareas del hogar, pero hace poco que vivo con mi pareja y hemos decidido que una conocida, nos ayude en casa. Mi pareja está mucho tiempo fuera, a mi al principio, me costaba mucho tener a Lucía, que asi se llama la mujer que nos ayuda, pululando por casa mientras yo trabajo en la oficina. Poco a poco me he ido acostumbrabdo a ella hasta el punto de sentieme muy a gusto, charlamos de vez en cuando y cuando tengo que estar concentrado ella parece que desaparece. A veces aprovecho, cuando ella está en la planta baja, para ver esta webb o para desahogarme, no se si me entienden, viendo alguna webb porno.
Lucía ya nos ayuda hace bastantes meses y hemos cogido bastante, demasiada confianza, diría yo. Lucía es bajita, una chica normal. Piersing muy discreto en la nariz, bastante moderna, morena de ojos castaños, diría que tiene unos 40 años. Algo entradita en carnes, con un hermoso culo y unos pechos bien plantados, tiene unos labios carnosos en los que me fijé nada más verla. Me encanta besar, no entiendo el sexo sin los besos apasionados, besos de esos que te traspasan. Lucía siempre llega y se cambia en el piso de abajo, para ponerse la ropa de faena. Un día justo bajé mientras lo hacía, ella estaba al otro lado de las escaleras, en el baño y con la puerta entre abierta, me quedé parado, por un momento me giré rapido y volví sobre mis pasos, pero luego bajé de nuevo dos peldaños hasta poder ver la escena. Primero la falda, luego la camisa, me encantó ver ese cuerpo voluptuoso desnudo, siempre me han gustado las chicas hermosas. Ver así a Lucía hizo que me exitara enormemente, tras la camisa se quitó el sujetador, dejando esos pechos hermosos, algo caidos, pero muy apetecibles, al descubierto. De forma instintiva toque mi sexo, que estaba duro como una piedra. Decidí no tentar a la suerte y subí antes de que me descubriese. Ese dia, como pueden imaginar, me masturbé varias veces recordando la escena y pensando en esos pechos en mi boca y su boca en mi polla.
Pasaron varias semanas y cuando la miraba, intentaba desnudarla de nuevo con mi pensamiento.
El otro día, mientras ella limpiaba abajo, yo me masturbaba pensando en ella y vientdo una webb donde chicas vuluptuosas, entradas en carnes follaban. A veces busco alguna chica que se le parezca y me masturbo como si lo hiciese con ella. Al terminar fuí al baño que tengo al lado de la oficina, en ese momento, mientras me lavaba, Lucía subió y entro en la oficina, "horror", me había dejado el ordenador con la webb porno abierta, lo había visto seguro. Comencé a sudar y cuando estuve seguro de que ya había bajado, salí del baño y cerre la webb. Estuve en mi oficina temblando y avergonzado hasta que una hora después, escuché que lucía me decia algo desde abajo, no supe que me decía, asi que abrí la puerta y le pregunté.
yo: Lucía, me dijiste algo??
Lucía: Sólo decía, que me cabio y me voy.
Yo: Ok, gracias.
Esto último lo decía mientras bajaba por las escaleras avergonzado. De nuevo me tropecé con la escena. La puerta entre abireta y ella cambiándose. Desnuda de cintura para arriba. Pero esta vez ella también me vio a mi. Inmediatamente me giré y dije, ups, lo siento. Ella respondió, como si nu hubieses visto nunca unos pechos. Si, pero no los tuyos y me reí. No son nada del otro mundo, dijo, a lo que respondí, yo los veo muy bien. Ya se había puesto la camisa y había salido del baño, así que me giré y la miré. Ahh, te parece que están bien, me dijo. Pues si, respondi. Nos miramos a los ojos y ya supe lo que iba a pasar. Terminé de bajar las escareras y me acerqué a ella. Ya te los había visto antes, le dije. ahhh si??? me dijo, ya lo se, te crees que siempre se me queda la uerta abierta sin querer??? al oir esto, tomé su cara con mis manos y la besé, la besé con lascivia, con deseo acumulado, la besé como si no hubiese besado antes, mordí sus labios, los rocé con mi lengua, le dí la vuelta y lamí su cuello mordiéndolo suavemente, meti una de mis manos en su blusa, no se había puesto el sujetador. Agarré primero suabe y luego con fuerza uno de sus pechos, ella se apoyó en la mesa y suspiró. Me puse a mil cuando vi la webb porno en tu ordenador, me dijo. Levanté su falda y metí mi mano en su tanga, directo a su sexo que estaba empapado, jugué un poco por fuera y luego metí despacito mi dedo en su interior, sólo un poco, muy despacito, ella no paraba de jadear. La llevé hasta el sillón y cayó de espaldas mirándome con vicio y sonriendo, me arrodillé delante de ella y de forma inmediata abrió sus muslos apoyando sus tobillos en el sillón y dejando ante mi ese sexo chorreante donde metí mi cara, donde metí mi lengua, primero saboreé todos sus jugos y luego comencé a jugar con mi lengua, la metía bien adentro para subir y rodear el clítoris y de nuevo bien adentro, una y otra vez hasta que escuche para que vas a hacer que me corra. Se levantó del sillón y de nuevo con esa cara de vicio, me miró y tiró de mis pantalones y de mis calzoncillos, dejando mi polla empinada al descubierto, me tiró de un empujón en el sillón y se sentó sobre mi, no hizo falta ayuda alguna, mi polla entro directa en su coño y ella comenzó a bailar sobre mi, sus manos en mis hombros, sos ojos cerrados, su precioso y enorme culo se movía adelante a hacia atrás rozandose con mis muslos, agarré fuerte sus pechos llevándolemos a mi boca y lamiendo, chupando mordiendo, ella susurraba, si, si, si... muerdemelos, poco a poco comenzó a estremecerse, su espalda crujió de arriba abajo, tras un rato, me miró y acercó su boca a mi oido, mientras mordía el lóbulo de mi oreja me dijo, no aguanto más, "correte conmigo", y yo le dije, como??’ pero así??, dentro de ti?? no te preocupes, respondió. Comenzó a estremecer su cuerpo parecía que a ratos riese y a ratos llorase, aunmentaba el ritmo de sus movimientos y el roce de su sexo con el mío, un grito seco desató toda la energía acumulada, mientras yo dejaba todo mi deseo en su interior. Cayó sobre mi exsausta, derrotada, victoriosa, me miró, con sus dos manos se ordenó el pelo, me miró de nuevo y me dijo. "Eres malo"... luego cayó de nuevo sobre mi pecho jadeando y suspirando.
Eso sucedió ayer, no se si tengo miedo o deseos de que llegue el próximo miércoles, que es cuando vuelve...