Un vestuario en reformas

Hará de esto un verano de hace 12 años. Estaba en un centro deportivo, salía del gimnasio y me fui a la piscina a darme un remojón, serían cerca de las 8, la gente se iba yendo ya para su casa. Yo decidí irme al vestuario para ducharme y quitarme el sudor. Habían aprovechado el verano para reformar los vestuarios, manteniendo los de squash que eran dobles, vamos... para dos personas, solicitaban del centro que se compartiesen mientras duraba la reforma y que no los emplease una sola persona. 

Un chico de unos 20-22 años me dijo si compartíamos uno en el que estaba él entrando, accedí. Cerramos la puerta, a cada lado de la puerta un pequeño banco con unas perchas, suficiente para cambiarse, pero con una sola ducha. No sé quién pudo ser el arquitecto al que se le ocurrió semejante despropósito habiendo sitio para dos duchas.

Nos sentamos cada uno en nuestro banco, empecé a sacar mis cosas y a colgarlas, pero el otro chico solo permanecía sentado, decido sentarme y perder el tiempo mirando el móvil y ya veo que se empieza a desnudar, la camiseta.. el pantalón de deporte... Llevaba un calzoncillo deportivo muy ajustado, le sentaba de lujo, se lo quitó y vi una polla con poco vello que no sabía bien si estaba a medio empalmar o si es que el muchacho la tenía grande, yo tampoco estaba buscando rollo, así que no le di mayor importancia. 

Nos vamos alternando en la ducha mientras uno se aclara con el agua, el otro se jabona y entre mirada y mirada sigo sin tener claro si realmente la tiene larga o está a medio empalmar, me daba igual. Me pregunta entonces si le puedo dar jabón en la espalda, ya está... este huevo está buscando sal, pienso. Empiezo por los hombros, aunque ya se los había jabonado él, voy bajando y le doy jabón por los costados, le rozo muy rápido con mi polla sin empalmar aún en su culo y no dice nada, ya estoy terminando y llegando a la parte alta del culete. Decido arriesgarme y darle jabón, no dice nada, pero me da un cierto reparo y decido no seguir por si acaso estoy malinterpretando el tema, se gira, sonríe mientras se toca la polla y veo que está empalmado, asiente con la cabeza para que siga mientras me toca el culo, le jabono su culo, redondito y respingón,  muy bonito, deslizo mis manos por los costados hasta llegar a sus suaves huevos. 

De ahí paso a su polla, bien tiesa, se gira, abre la llave del agua para que se vaya todo el jabón de su cuerpo mientras agarra mi polla con su mano, se agacha y empieza a chuparmela. Solo siento un gran placer mientras el agua templada resbala sobre nosotros, se incorpora y empiezo a masturbarle, se muere de placer, empieza a chuparmela de nuevo mientras se pajea hasta que nos corremos. Me besa y nos tocamos el culo.

Nos secamos, volvemos cada uno a nuestro banco, saca un slip ajustado muy bonito de colores y se lo quito, me lo pongo y le digo con una sonrisa pícara: este es mi trofeo. Me lo empiezo a quitar y me dice que no. Se acerca a mi mochila, me coge el slip de calvin klein que había usado y aún estaba sudado, se lo lleva a la cara, lo huele y me dice sonriendo: este es el mio. Terminamos de vestirnos y nos fuimos, no sin antes darnos un apasionado beso y tocarnos el paquete. Tuve ese calzoncillo durante años. Cada vez que lo veía, recordaba lo bien que me lo había pasado aquella tarde en la ducha de un vestuario.