Una Gaviota en Barcelona... 3º...

Por fin llegó el lunes,  siempre queremos que el fin de semana dure mucho, como si las 48 horas pudieran estirarse como un elástico y apurarlo lo más posible, pero este era distinto a los demás. Ya mi mente había asimilado el viaje, y lo que había empezado como un marrón, ahora quería que se convirtiera en una aventura. 
En un volver al deseo, al sentirse adolescente, y con chiribitas en el estomago. La reunión del trabajo era el miércoles, el viaje el martes, y el regreso en el primer vuelo del jueves. Dos noches de hotel, martes y miércoles, esas eran mis dos balas...
Marqué el móvil, y tras unos interminables segundos, los que pueden producirse en tres simples rings  "ring... ring... ring", una voz suave, susurrante, relajada pero segura me contestó. Era ella... Daniela. 
Al comenzar a hablar, supo rápidamente con quien hablaba, y dijo " Vos sos el Canario", ... pues sí contesté... pareció que pasaba una hora, aunque realmente no fue más de un segundo... cuando me dijo "he hablado con mi amiga y puede el miércoles a las 21:30".
Perfecto logré balbucear, pues hasta el miércoles.
La tarde del lunes, la aproveché para terminar de preparar la reunión de trabajo, hacer el trolley, con poca ropa, el portátil, reservar el taxi y al final acostarme a dormir.
Cogí el vuelo el martes por la tarde, Barcelona me recibió con frío, bueno mucho frío no más de 12 grados, llegar y cenar en el propio hotel. Me acosté temprano, estaba cansado y quería recuperar fuerzas, y llegar super fresco y despejado a la reunión de trabajo.
EL miércoles, la reunión fue lagar y farfallosa, pero salió muy bien en cuanto a sus resultados laborales se refiere. Como suele ocurrir en estos casos, un almuerzo de trabajo, donde se habló de informes, estadísticas... futbol, ... y mujeres.
En algunos momentos sentia que tenía que ponerme serio o cambiar de tema, ya que me parecía que en cualquier momento, una sonrisa que tuviera me delatara de la aventura que pocas horas después iba a tener.
Volvimos a reunirnos para cerrar unos flecos y sobre las siete terminamos. Me disculpé de no asistir a la cena... "no gracias, mi avión sale muy temprano". Cogí un taxi y me fui al hotel. Me di una ducha caliente, con mucho jabón, mientras me enjabonaba, mi pensamientos volaban pensando en lo que iba a pasar poco rato después, y mi miembro empezaba a decir aquí estoy ...

Continuará